Azul Zetas nació en un entorno complicado, marcada desde su infancia por el abandono y el maltrato. Su madre biológica la dejó en casa de su abuela materna, que no le brindo el amor que se merecía, siendo maltratada y abandonada a su suerte. Un trágico incendio en la casa de su abuela marcó un giro inesperado en la vida de Azul. Fue la única sobreviviente, gracias a la intervención oportuna del oficial de investigación Franco Coen, que se sintió conmovido por la situación de Azul y decidió llevarla a casa de sus padres, intentando ofrecerle un refugio seguro. A pesar de las buenas intenciones de Coen, la ley lo obligó a devolver a Azul a su madre biológica. De nuevo, Azul se encontró en un hogar sin amor, bajo el techo de su abuelo materno, un policía abusivo y alcohólico. Un nuevo incendio llevo a qué Azul quedé bajo el cuidado de unos tíos que la tenían como sirvienta. El oficial Coen la acomoda en un internado para liberarla del sufrimiento. ¿Encontrará la felicidad y el amor aquí?
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21° Cumple del padre de Jhon
#AZUL#
Siento un fuego en mi estómago, mi garganta seca, aprieto mis dientes uno contra otros con ansias de romperlos, al sentir celos por ver a Nahuel del brazo de esa joven que llegó, luciendo un vestido rojo corto al cuerpo transparente.
(Aira hermana de Jhon)
-Hay hermanito, no me presentas a tu novia. Le dice ella con una amplia sonrisa a Jhon.
-Azul te presento a mi hermana y al parecer acompañada de nuestro profesor. Dijo Jhon entre dientes, sin corregir lo que ella dijo de que yo era su novia.
-Un gusto. Le digo fingiendo una sonrisa.
Nahuel estaba serio, no expresaba ni una palabra, como si no me conociera, como si no fuéramos conocidos de él, sumado a lo que dijo Jhon que era nuestro profesor.
-Es preciosa, ¿y es ciega?, porque para estar con un feo como tú debe serlo. Dice de manera burlona.
Note esa mirada de envidia, no era la primera vez que la sentia sobre mi persona.
-Agradece que no saco la lista de los que desfilaron como pareja tuya. Le dice Jhon serio y me señala para irnos.
Me prendo del brazo de Jhon mirando de reojo a Nahuel, cree que es el único que puede jugar a este juego, me dejó creyendo que no me enteraría que estaría con otra.
-Padre, traje a Azul. Le dice Jhon al ver a su padre que habla con un grupo de personas.
-Felicidades. Le dije posando un beso tierno en su mejilla.
El padre de Jhon me sostuvo la mano, la sentí caliente, como la de Jhon. Me tomo la pera.
-APAGUEN LAS LUCES. Ordenó.
Ni bien dió esa orden veo que me miro con sorpresa, sus expresión dibujo una sonrisa.
-PRENDAS LAS LUCES AZULES NADA MAS. Escucho que ordena.
Veo que lo hacen.
-Tenias razón hijo, es impactante la primera vez que la ves, sus ojos son increíbles. Dijo el padre de Jhon.
-Te lo dije padre. Le responde Jhon.
-Jhon le contó, el color de mis ojos. Le pregunto.
-Ja,Ja (Se ríe) Me contó que se asustó pensando que era un fantasma... Pero después descubrió que eran de una joven muy hermosa que lo dejó impactado, hasta me hizo un dibujo para que me de una idea. Me dice y saca su celular enseñándome una imagen que le envío Jhon.
-Que hermoso... Aunque nunca estuve en el mar. Le comento.
-Te vio en el internado cuando salió a hablar conmigo... Le gusta dibujar de ese modo. Me explica.
-Me puedes hacer una copia para mí. Le pido a Jhon.
-Si tu me dibujas. Me dijo Jhon.
-¿Qué hiciste con el que te regale? Le pregunto.
-Quiero otro. Me responde.
-Sabes Azul, puedes usar unos lentes de contacto, que pueden funcionar como los lentes oscuros que te cubren de la claridad, tengo unos ahí, puede que te molesten, pero con unas gotas, con el tiempo te acostumbras. Qué te de Jhon, te resultará más fácil así andar. Me dijo de manera acelerada el padre de Jhon antes de ir a recibir a sus invitados.
-Eso es genial, ¿No lo crees? Me dice Jhon.
-¿Qué son lentes de contacto? Le pregunto.
-Ven, te lo enseño. Me dice tomándome de la mano y llevándome con él.
Ingresamos en una habitación, que tenía un escritorio con láminas, una computadora, un estuche lleno de lápices de diferentes colores.
-Mira. Me enseña un pequeño estuche y veo unas laminas finas circulares, pequeñas, que asemejaban la parte del iris de un ojo.
- Duele usarlo. Le pregunto.
-No, yo los uso, por estar mucho con el celular, tengo disminuida la visión. Me cuenta.
-Siento escalofríos, de solo imaginar que deben ponerme eso. Le comento.
-No te lastima, deja que te pruebe, creo que al que se refería mi padre es al que filtra la luz. Me cuenta buscando en el cajón, lo encuentra y me enseña.
-¿Cómo te lo pones? Le pregunto.
-Deja que te enseñe, vamos al tocador, primero hay que lavar las manos. Me dice guiandome a un baño que tenía la habitación.
Nos lavamos la mano.
-Permite que te ayude, después lo haces tu misma. Me dice.
-De acuerdo. Le respondo, no muy convencida.
-Bueno, mira, lo tomas así, con la mano limpia, solo usas tu dedo, abre los ojos, muy bien. Me dice y no puedo dejar de pestañear, me da cosa.
-Trata de abrir grande y no pestañear. Me pide.
-Ja, Ja... De acuerdo, lo voy a intentar, me pone nerviosa. Le respondo, tomo aire y trato de no pestañear hasta que logra colocarme de un lado y luego del otro.
Pestañeo varias veces, se siente raro.
-Y que tal. Me dice.
-Lo siento raro, pero, ya, ahí logro ver bien. Le comento.
-Hagamos la prueba, voy a encender la luz normal (Me avisa y corre a hacerlo). -Sal, y dime qué tal. Me indica.
Salgo y la verdad no me molesta la luz.
-Ahaha. Es genial, no me molesta. Le digo sonriendo alegre.
-Tienes una hermosa sonrisa, debes sonreír más. Me dice Jhon.
-En serio, de acuerdo. Le respondo sonriendo. Me entrega la cajita donde guardar los lentes de contacto y una gotas.
-Es para que te coloques al sacarte los lentes para dormir y los guardas en su estuche, cuando tengas dudas, pregúntame. Me dice.
-Eres muy amable. Le dije.
En eso se empezó a escuchar una música muy fuerte y me cubro los oídos.
-Te molesta el sonido. Me pregunta Jhon.
-Esta muy fuerte para mí gusto. Le respondo.
-Ponte esto, aislara el sonido. Me dice colocándome unas gomitas en el oído.
-¿Qué son? Le pregunto.
-Tapones de oído, los uso para nadar, y para ocasiones así, a mí tampoco me atrae la música fuerte, solo quiero dibujar, pero debo estar presente, y así es el único modo que puedo. Me responde.
-Gracias, la verdad así no siento que retumbe en mi interior, es como si mis órganos cambiarán de lugar. Le digo.
-Oh, Oh, Oh (Se ríe de una manera gruesa). Si quieres podemos quedarnos aquí, tengo para dibujar. Me dice.
-Me encanta la idea, pero que hay de la cena por el cumple de tu padre. Le consulto.
-Podemos ir luego, aún no van a cenar, están llegando recién, pero si quieres comer algo, podemos ir a la cocina. Me sugiere.
-Me gustaría conocer la cocina. Le digo.
-Vamos. Me dice animado.
-Joven debe estar en la mesa. Apareció ese señor que nos había buscado en el auto.
-Arturo, claro que estaré, solo llámame cuando deba sentarme, no antes. Le responde Jhon.
Al salir chocamos con un joven que trataba de arreglar una corbata en su cuello.
-Deja que te la ate. Le dice Jhon.
-Estas cosas siempre se me enredan. Le dice ese joven muy bien vestido como Jhon y le veo cara conocida.
-Ah, por cierto, Justo, te presento a Azul. Le dice Jhon y veo que el joven levanta la mirada y me quedo mirando sorprendido.
-Ah, si, un gusto. Dijo nervioso.
Era el chico que salve de esos brabucones.
Me aproxime brindándole un beso en la mejilla.
-Justo, que gusto volverte a ver, ¿Cómo estás? Le pregunto.
-He, bien, bien. Respondió nervioso.
-¿Ya conocías a mi hermano menor? Pregunta Jhon.
-Si, lo...
-Nos cruzamos en el internado, cierto. Me dice Justo mirándome intenso, no quería que cuente cómo fue.
-Si, eso. Dije cómplice de su mentira.
Veo que se aleja presuroso, a la vez diviso las personas que llegan con regalos.
-Me gustaría regalarle algo a tu padre, ¿Le gustara un retrato suyo dibujado por mi? Le consulto a Jhon.
-Si, mira, ten mi tablet, tiene para hacer dibujos, luego se lo entregamos, se puede imprimir. Me sugiere.
-No se cómo usar. Le digo al ver lo que me entrega.
-Es fácil, este es el lápiz, si quieres algún color solo toca aquí, elige y pintas, o si quieres más grueso, solo toca aquí, ves, es fácil. Me dice entregándome su tablet.
-Lo intentaré. Le digo no muy convencida.
Me dirijo a observar al padre de Jhon, buscando que pose me atrae de él, para dibujar.
Hasta que lo veo sostener un bastón que le regalaron, le dejaba una imagen distinguida.
Siento a Jhon espiando sobre mi hombro.
-Si me respiras en la nuca no me puedo concentrar. Le digo.
-Solo quiero ver tu técnica. Me responde.
-Me haces cosquillas si me respiras en el cuello. Le digo.
-De acuerdo. Me responde alejándose.
Terminó de dibujar y siento que me sopla en la nuca haciendo que me recorra un escalofrío.
-Eres tramposo. Le digo colorada.
-Ya terminaste. Me dice y asiento.
Me toma la mano llevándome con él.
-Permiteme, lo vamos a imprimir en este papel fotográfico. Me dice y veo que mira serio.
-No te gusta. Le consulto.
-Si, está muy bien, pero no le pones color, se ve que te gusta ese estilo entre negro, gris y blanco. Me dice.
-Si. Le dije.
-Bueno, es tu regalo. Me dice y veo que activa una máquina.
-¿Cómo lo imprimís? Le pregunto con curiosidad.
-Es fácil, conecto la tablet con la impresora así. Me muestra dónde activa y al rato se escucha que la impresora hace un pitido y enseguida empiesa a imprimir la imagen.
-Guau, quedó muy bien. Le digo admirando.
-Debemos dejaré que se seque. Solo un momento. Me explica.
-Deben ir a la mesa. Aparece Arturo avisando, es como si nos vigilará por donde andamos.
Nos dirigimos en el sector de los regalos, le escribí una dedicatoria en un album donde tenía fotos de el padre de Jhon y le dejé la que le hice, Jhon me dió para que le sostenga contra el álbum, un broche chiquito.
Nos acomodamos en la mesa y adelante de nosotros se sentó su hermana junto a Nahuel, evite mirarlo, puse mi atención en Jhon, no quería que sepa que me afectaba verlo con otra.
Jhon se portó muy tierno, me hacía probar los aperitivos, poniéndome en la boca.
-¿Te gusta? Me pregunta.
-Es un poco picante. Le respondo cuando me dió a probar una pequeña galletita con una pasta blanca encima y algo de salame con tomates y aceitunas, era como si quisieran asimilar un sándwich en miniatura, pero de otra manera.
-Prueba este. Me da un rollito de verduras con una salsa, sin dejar que le responda, ya me lo puso en la boca para que pruebe.
-Mmmm... Este me gusta. Le digo, sintiendo ese sabor suave y exquisito.
-Que tierno cuando recién empiezan. Escucho que dice la hermana de Jhon.
"Cof, cof" tose Nahuel.
No le responde, al contrario se prendende de una botella de bebida alcohólica.
-Al fin encontró a una con sus mismos gustos, creí que no llegaría ese día. Escucho que dice el padre de Jhon a su esposa al estar en la cabecera juntos, escucho lo que dijo su hija, al tenerla próxima, a su izquierda, mientras que con Jhon estamos a su derecha.
-Espero que Aira por fin asiente cabeza, es la mayor y no deja de saltar de una relación a otra. Escuché que le dijo la esposa en respuesta.
Trajeron la cena, consistía en unos trozos de carne con salsa y puré. El puré sabía muy cremoso, la carne muy tierna. Lo acompañamos con un jugo cremoso.
-Es muy dulce. Le digo a Jhon que me limpia la comisura de la boca con su dedo índice y luego lo chupa.
-Si es muy dulce. Me responde, suspira hondo, se aproxima a mi oído y susurra.
-Vamos a dibujar, ya termina la cena y van a ponerse a bailar. Me dice en un tono como si eso le molestará.
-Claro. Le respondo, al no soportar tener al frente a Nahuel cuchicheando muy plácidamente con Aira.
Nos dirigimos a ese estudio donde ví todos los diferentes colores y la mesa de dibujo.
-Puedo. Le consulto entusiasmada al ver los fibrones y querer usarlos en el papel enorme que salía de un rollo acomodado contra la pared.
Él se aproximó muy cerca, me miro a los ojos, tomo un fibron.
-Usa este. Me dijo con la voz grave, sin quitarme los ojos de encima.
-¡AZUL! Escuché la voz del oficial Franco en un tono molesto.
-Hola. Lo saludé confundida del porque estaba ahí.
No dijo nada me tomo de la muñeca sacándome de ante de Jhon, se lo veía enojado.
-¿Pasa algo? Le pregunto confundida.
-TRATO DE PROTEGERTE PERO ME LO PONES DIFICIL. Me susurro en el oído enojado.
-¿Ya te vas? Me pregunta el padre de Jhon.
-SE LE PASO LA HORA DE DORMIR. Le dijo el oficial Franco.
-Ja, claro, entiendo que proteja a Azul. No le culpo. Le respondió amable.
Le pasaron un bolso con mis cosas al llegar a la salida.
¿Cómo se enteró? Me preguntaba.
"De seguro fue Nahuel, él fue quien le aviso", pensé al ver como miro cuando me iba.
Continúa con está historia!.