Dicen que la historia la escriben los vencedores.
Que los héroes son solo villanos que supieron contar mejor su versión.
Yo no crecí con cuentos de hadas.
Crecí con sus sombras.
Mi nombre es Hope Michelson.
Soy la hija de una loba alfa y del híbrido más temido del mundo.
Llevo en la sangre la magia de los brujos, la furia de los licántropos y la sed eterna de los vampiros.
Mi linaje está marcado por la tragedia, la traición… y el poder.
Durante siglos, mi familia fue temida por todos.
Hasta que fueron malditos, encerrados en un sueño del que solo yo puedo liberarlos.
Pero para hacerlo, debo encontrar al Doppelgänger.
Y tomar su sangre.
Esta es mi historia.
La historia de una heredera sin reino,
de una hija sin padre,
de una bestia con corazón humano.
Mi historia… y la de un linaje maldito.
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capítulo 9
—Mis abuelos acababan de casarse cuando la plaga llegó a nuestra familia. Perdieron a un hijo, querían escapar y proteger a sus hijos de la peste. Fue entonces cuando la bruja que le había enseñado a mi abuela sobre la magia, la bruja Ariana, les contó que los espíritus le hablaron sobre un país mágico donde nadie enfermaba y donde además tenían velocidad y fuerza. Mis abuelos, desesperados por una vida mejor, viajaron desde Europa hasta aquí para vivir entre esa gente...
—¿Hombres lobo?
—Para ellos, solo eran vecinos... Mi familia vivió en paz con ellos durante veinte años, y en ese tiempo mis abuelos tuvieron más hijos, entre ellos a mi padre...
—Haces que suene como si tu familia fuera normal.
—Lo eran, en ese entonces... Cada mes, mi familia se encerraba en las cuevas bajo el pueblo. Los lobos aullaban toda la noche y, para la mañana, volvíamos a casa.
Una luna llena, mi padre Niklaus, junto con su hermano menor Henry, salieron para ver a los hombres convertirse en bestias... estaba prohibido. Mi pobre tío pagó el precio. Ese fue el fin de la paz con los vecinos... y uno de los últimos momentos en que mi familia fue humana.
Mis abuelos, devastados por la pérdida de su hijo, le imploraron a Ariana que invocara a los espíritus antes de la luna llena para proteger al resto de sus hijos. Pero la bruja se negó... juraba que los espíritus no revelarían cómo hacerlo, porque lo que mis abuelos pedían iba contra la naturaleza.
—¿El vampirismo nació como una protección?
—¿Y qué más iba a ser?
—Una maldición...
—Mis abuelos lo vieron como la forma de mantener a sus hijos con vida.
—Sí, pero... ¿por qué se quedaron? Si les tenían tanto miedo, ¿por qué no se fueron a otro lugar?
—Orgullo... Mis abuelos no querían huir más. Querían pelear y ser superiores a los lobos. Ellos mordían, mi familia debía morder más; su velocidad debía igualarse, su agilidad, fuerza, sentidos... Mi abuelo, intentando convencer a la bruja Ariana, le explicó todo esto y le dijo que su idea era que nuestra familia viviera para siempre. Ariana, la bruja más poderosa de su aquelarre, les advirtió sobre las consecuencias: los espíritus se alejarían y su magia desaparecería. Sin más, Ariana les dijo que no sería parte de lo que ellos pedían, y entonces mi abuela Agnes, usando el grimorio de Ariana, usó un antiguo hechizo que les dio la protección e inmortalidad que deseaban para sus hijos.
—¿Entonces dices que tu propia abuela maldijo a sus hijos?
—Ella no sabía que eso sería así... Mi abuela solo quería proteger a sus hijos, no perder a ninguno más. Tanto fue su amor que solo convirtió a sus hijos, pero ella no se convirtió.
—¿Cómo los convirtió?
—Le pidió al sol la vida, y al roble blanco ancestral, un símbolo eterno de la naturaleza, la inmortalidad. Aquella noche, mi abuelo les ofreció vino que contenía sangre y luego, con su espada, les atravesó el corazón.
—¿Los mató?
—Y no lo hizo con mucha delicadeza... o eso me contó mi padre. Cuando despertaron, mi abuelo los llevó ante una joven del pueblo y, frente a ellos, con su navaja, le cortó las muñecas, dejando brotar toda su sangre. Para completar el ritual, tuvieron que beberla... Cuando lo hicieron, se sintieron eufóricos. El poder es... no sabría cómo explicarlo.
Cuando todo terminó, mis abuelos entendieron que Ariana tenía razón sobre las consecuencias. Los espíritus se alejaron y la naturaleza se defendió. Por cada fuerza, había una debilidad. El sol era su enemigo; los mantenía encerrados por semanas.
Para contrarrestarlo, mi abuela creó un hechizo que, al colocarlo en un anillo, les permitía caminar durante el día. Pero aparecieron otros problemas... Casas a las que antes podían entrar, ahora les estaban vedadas; las flores bajo el roble blanco los quemaban y les impedían hipnotizar a las personas. El hechizo decía que el árbol que les daba vida también podía arrebatársela. Por eso, un día, todos ellos prendieron fuego al roble.
Pero la peor consecuencia fue algo que mis abuelos no esperaban... El ansia. La sangre los había revivido, y la sangre era lo que mi familia más deseaba por encima de todo. Era incontrolable...
Y así nació la especie de depredadores más temidos. Con los siglos, mi familia fue conocida como la familia original, porque de nuestra sangre se han creado todos los vampiros que existen hoy en día...