IRONÍA DEL DESTINO.

Perspectiva de Patrick

Mi madre me contacto por el enlace. Indicándome que había llegado el correo. No perdí el tiempo y me excusé rápidamente de mis labores y me dirigí a casa.

Cuando llegué, ya sabía en donde estaban reunidos. Se había convertido en un ritual familiar, cada vez que llegaba el correo.

Todos estábamos sentados alrededor de la isla de la cocina. Eso sucedía cada vez que nos llegaba una de las raras postales que nos enviaba nuestro pequeño mar. Mi cumpleaños era mañana, así que sabía que el correo era para mí.

_ ¿que esperas? _ dijo mi padre. Todos queríamos saber que era lo que Mar nos había enviado está vez. Primero, observé la foto. Era una foto panorámica de una ciudad en Canadá. después de apreciar la foto, le di la vuelta para poderla leer.

Hola, querido hermano. Feliz cumpleaños. Espero que tengas un hermoso día. Ya te estás haciendo viejo, dentro de poco, andarás con un bastón, hermano mayor. Dales mis saludos a papá y mamá, diles que los amo y que pienso mucho en ellos. estén tranquilos por mí, estoy bien y soy feliz. Me gusta viajar y conocer nuevos lugares. Los amo a todos. Besos y abrazos a la distancia.

Su pequeño mar.

Leí en voz alta. Todos nos quedamos en silencio un momento, mientras reflexionamos las palabras escritas con esa letra tan familiar. Extrañaba a mi pequeña hermana, pero no más que mis padres, aún así, dolía hasta el punto de no poder respirar. Aunque está vez había algo diferente en sus palabras. Esta vez había dicho que era feliz y de algún modo, esas palabras me habían hecho feliz a mí tambien. Nunca antes las había escrito.

_ Dijo que está feliz _ hablo mi madre. Su voz traía alegría, pero también venía cargada de tristeza.

_ me alegro de que mi princesa esté feliz _ dijo mi padre.

Sonreí y fui a abrazarlos. El dolor de no tener a Marely era un dolor que cargamos juntos, desde que se fue. después del efusivo abrazo, le entregué la postal a mi madre. Ella las tenía todas guardadas. Ninguna era igual a la anterior y tampoco eran del mismo lugar.

_ necesito irme, deje una reunión importante _ les dije a mis padres. Los volví a abrazar para despedirme.

Hoy sería todo sobre mi pequeño mar. Siempre que llegaba una postal, era así.

Cuando descubrimos que se había escapado. sentí que era mi culpa. Mamá me había dejado cuidándola y yo... Yo por idiota salí y la dejé sola. Por un momento, mi padre y yo nos volvimos casi locos y estábamos decididos en salir a buscarla. En eso, llega el Alfa Carlos a ofrecer su ayuda, ya que había escuchado lo sucedido. Mi padre, en su momento de cólera, por la perdida de su hija, golpeó al Alfa. Lo hizo con un golpe tan fuerte, que lo derribo en el acto. Mi madre tuvo que intervenir, para que la situación no se saliera de control, pero en el proceso declaro que nadie iría a buscarla. Que respetarán su decisión, que Mar había tomado la decisión que creía que era mejor para ella. Mi padre no fue castigado, pero su amistad se vio rota. Nada volvió a ser igual. Mi padre aún resentía a su amigo por sus acciones que llevaron a qué Mar se fuera. Tal vez las cosas se hubiesen arreglado si mi madre y la Luna se lo hubiesen propuesto, pero mi madre no intervino. En cambio, se alejo de la Luna y de toda su familia. Sus acciones se limitaban a cumplir con sus deberes, como la esposa del beta de la manada. La manada resintió este cambio. Una manada desunida, se hace más débil, fue por esa razón que el Alfa Carlos, decidió darle el cargo a su hijo, Alex. tenía la esperanza de que este cambio ayudará a la manada. Fue así, como termine siendo el beta de la manada. Alex me lo pidió y aunque estuve a punto de rechazarlo, mis padres me dijeron que no lo hiciera, que debía sentirme culpable por nada de lo que pasó. así fue como al final termine aceptando el cargo.

cuándo llegue a la casa de la manada, Alex se acercó a mí

_ la reunión terminó, ahora bien, dime ¿qué fue eso tan importante que te hizo retirarte de la reunión? _ pregunto

No quería responderle, en estos cuatro años, seguía diciendo que era lo mejor para el grupo y para él, haber rechazado a Mar. Pero aunque quería ocultarlo, sabía que no era del todo cierto. Su lobo había estado prácticamente gritando que quería a su compañera. Le exigía a Alex que la buscará y la trajera de regreso. Pero como cualquier testarudo Alfa, Alex se negaba. Aunque quería negarlo, sabía que las cosas no eran así de simples, como el lo pintaba, puesto que en estos cuatro años, no había elegido a ninguna loba, para ser su Luna. además, no es como que le faltarán candidatas. Lobas había de sobra y Cindy, la hija del antiguo gamma, se había encargado de terminar en su cama en más de una ocasión. aún así, él no había elegido a una compañera permanente. sabía que tanto él, como su lobo, aún esperaban a su compañera. que ironía ¿no?

_ bueno, mi madre me avisó que tenía una postal de Marely y no me pude resistir _ le dije

_ mmm _ dijo, tratando de ser indiferente, pero su voz lo delataba.

_ ¿cómo está? _ pregunto

_ bien, dice que es feliz. No sé, tal vez encontró a alguien _ dije. No pude evitar restregarlo.

_ ¿que quieres decir, con feliz?¿encontró una segunda oportunidad?¿esa es la razón de su felicidad? _ pregunto. Eran inevitables sus celos

_ es una posibilidad, no lo sé. Ya sabes cómo es ella. Reservada con sus asuntos _ respondí. Un pequeño gruñido se le escapó

_ ¿desde donde fue enviada? _ pregunto

_ desde Canadá _ respondí

_ la anterior fue desde baja California, México ¿verdad? _ pregunto

_ sí, todas han sido enviadas desde distintos lados, pero nunca cerca de casa _ dije con voz triste.

_ ¿crees que se mantiene en constante movimiento? Digo, nunca manda una postal de lugares aleatorios. Brinca de un punto a otro _ preguntó con preocupación en su voz.

_ no lo sé, no lo sé, maldita sea. odio la idea de que mi pequeña hermana ande sola de un lugar a otro _ no pude evitar decir. Era verdad, los lobos solitarios, solían andar de un lado a otro y aunque podían unirse a otras manadas, era difícil que los aceptarán. Odiaba la idea de mi hermana sola, en un extenso mundo.

_ bueno, ella no es precisamente una loba. Tal vez pudo establecerse en algún lugar. _ no pude evitar gruñir. Era de mi hermana de quién estaba hablando. aún así, respire y me tranquilice, pero no pude evitar escupir las palabras que simplemente querían salir.

_ mi hermana es una loba completa. El solo hecho de llevar cuatro años fuera de la manada, sin un grupo y sin el apoyo de su familia. Demuestra lo fuerte y capaz que es. No me imagino sólo, vagando por lugares desconocidos, me mata el terror, así que deja de menospreciarla _ le dije y pareció arrepentido de sus propias palabras

_ lo siento, no quise que sonara así. Sé que tomé la decisión correcta, pero mi lobo... Joder, la extraño como loco. Pero estoy confundido, no sé si la extraño porque es mi compañera o porque era una de mis mejores amigas

Suspire y puse mi mano en su hombro.

_ lo siento, pero todo esto es tu culpa. No debiste rechazarla, eran perfectos el uno para el otro. Ahora bien, espero que nunca te arrepientas de tus decisiones _ le dije

_ escuché lo que pasó con Cindy _ cambio de plática. Cindy había intentado meterse en mi cama. No pude evitar hacer una mueca de desagrado.

_ supongo que se aburrió de esperarme _ volvió a hablar Alex

_ supongo que sí, pero no pretendo caer en eso _ le dije

_ ¿aún esperas a tu compañera destinada? _ me preguntó

_ ¿que te puedo decir? Quiero una relación como la de mis padres. Mi padre adora a mi madre y mi madre adora a mi padre. A mí no me importa quién sea, solo que me ame _ le dije. En partes para hacerle entender su error y por otra parte, era verdad. No me importaba si mi mate era alta o bajita, Alfa u Omega, solo que fuera ella.

_ bueno, eso es en teoría _ refuto, sabía que no aceptaría su error.

_ bueno, yo solo espero que mi hermana encuentre su segunda oportunidad. Que de verdad este siendo feliz y que un día, tenga cachorros. Estoy seguro de que cuando eso suceda, ella nos contactara, porque realmente sus heridas habrían sanado. Ella más que nadie, se merece esa segunda oportunidad y estoy segura de que la diosa Luna, se la dará _ estás fueron mis últimas palabras, antes de entrar a la oficina y ponerme a trabajar. sabía que le ponía sal a la herida, pero no estaba mintiendo. Amaba a mi hermana y lo único que quería para ella, era su felicidad.