Del Caos A Las Estrellas.

Caos y Pasión 21

El día después.

Elsa ISASA.

Mar Velotti, tomaba la segunda taza de café cargado de la mañana. Un impecable guardapolvo blanco de doctora cubría su impúdico vestido rojo. Escapó del departamento de Carlo , dejándolo dormido, a las 9 de la mañana después de haber descansado solo tres horas. Atravesó el lujoso lugar, y se marchó directo al hospital donde generalmente llegaba a las 8 hs en punto. Pero después de lo de esa noche, no pudo cumplir su rutina.

Estaba agotada físicamente pero su espíritu bullia en esa agitación que solo produce una noche de sexo maratónico y maravilloso. En realidad siempre supo que sería así entre ellos.

“Porque no me despertaste mi vida. Te amo”,leyó el mensaje de Carlo y contestó escueta : “mucho trabajo”.

Luego abrió su consultorio al nuevo paciente.

– ¿Me amas?

El nuevo mensaje estaba titilando en el teléfono mientras escuchaba los síntomas de la señora Vergara. Mariusa seguía a cargo de la UTI y ella de sus pacientes femeninos.

Se acercó al teléfono y contestó con un monosílabo : Si.

Este idiota aún revolvía con una espada, su desesperado estado. ¡Claro que lo amaba con desesperación!

– Tiene la presión muy alta. ¿Comió o bebió algo inconveniente” -

– Es que estoy molesta doctora. Creo que se debe a la mala noche que pasé con Juan. El dolor me empezó en la nuca y me bajó a los hombros. -

– Aja. - dijo. Otro marido infiel, seguramente. - pensó.

– Tomará una pastillita ya de esta muestra. Y le haré una receta. Tiene que cuidar su salud, entiende?Se que los maridos causan problemas, pero primero está usted. Tiene ya casi cincuenta años. Su presión no debe superar los 11 sobre 7. -

– Oh. Mi marido es un santo. Se trata de mi…amante. Juan no me llamó ayer, creo que tiene otra. A usted puedo contarle doctora Velotti.

Mar quedó despuntada.¿La Señora Vergara con carita de santa tenía marido y amante?

Cuando despidió a su paciente fue llamada a urgencias. Su teléfono quedó olvidado sobre la mesa de su consultorio. Pasó bastante tiempo atendiendo a otra señora con una pérdida espontánea de un embarazo de cuatro meses. El legrado fue obligatorio. No podía dejar resto alguno en su matriz que pudiera causar infección y más problemas.

Entre las piernas de la chica que lloraba , trataba de hablar con tranquilidad y empatía.

– Esto es muy común, señorita Martinez. Lamentablemente a veces por alguna cuestión el útero no retiene al feto. Lo importante es que sane usted bien para tener otro bebé cuando lo desee.

– ¿Podré volver a embarazarme?- decía ella llorosa.

– Por supuesto. Nada de sexo unos días. Después incluso del sangrado normal, espere un tiempo. Tome a diario y en horario sus antibióticos. Luego podrá retomar su vida sexual. - respondió Mar.

Cerca del mediodía varios médicos se reunieron en la salita que oficiaba de comedor. Ella no había traído nada para almorzar y tampoco había pedido. Dani le ofreció uno de sus sándwiches y comió con desesperación.

– Parece que anoche hiciste mucho ejercicio y cenaste poco. - dijo Daniel - ¿qué fue lo último que comiste y a qué hora?

– Unas fresas. A las 4 de la mañana- contestó recordando el sexo en el balcón de Carlo matizado con fresas con crema.

– Mmm.. y ¿las fresas te produjeron alergia?. Tienes una mancha en la nuca. -

La mente de Mar recordó el mágico momento en que saltaba desnuda sobre su novio mientras él le besaba el cuello y la espalda.

–Hum.. dijo soltando la coleta y desparramando su cabello sobre su chaqueta.

No pensaba contar nada a nadie de su relación con el heredero millonario de la CIA Brasco de autos de alta gama. Era una locura. Ella lo sabía. Respondió los múltiples mensajes que le habían dejado en su teléfono.

– “Te quiero. Mucho. Trabaja por favor y déjame trabajar”.

– “Ya te envío ese monto.¿ Cómo que papá hace dos días que no viene a casa? ¿Cómo está mamá?”

Luego de hacer la transferencia a su hermana,empezó a recibir a los pacientes de la tarde. A pesar del sueño no podía dormirse sentada en su consultorio.

– Te busco a las 20. Tengo una sorpresa. ¡Estoy loco por ti amor mío! - le volvió a escribir Carlo.

A eso de las 17 hs cuando dormitaba recostada en su camilla del consultorio su secretaria entró despertandola.

– Dra Velotti. La mamá de su novio necesita hablar con usted.

Por Dios- pensó .

¡Solo estaba en una incipiente relación con el heredero Carlo Brasco y ya era acosada por los padres como si estuviera por casarse !

– Señora Eugenia. ¿Cómo está usted? Que le trae por mi humilde consulta ,- dijo después de besarla.

Esa mujer estaba vestida de forma exquisita y su aroma era una sutil fragancia seguramente muy cara.

– Dra Velotti. Mar. Cómo madre estoy preocupada por mi hijo. Hoy llegó tarde a la empresa. ¿Acaso anoche salieron?

– Estuvimos juntos, si. - dijo cortante- Mire Señora Brasco. Estamos en una relación circunstancial. No sé preocupe.

– Carlo no piensa lo mismo. - respondió ella - piensa que lo de ustedes es algo serio.

– Carlo está entusiasmado. Eso es todo. -

– Señorita Velotti. Mire.Seré franca. Mi Carlo apenas consigue llevar a una mujer a la cama, se olvida de ella. Quería advertirle. Ud parece ser una excelente persona. -

– No se preocupe. Se muy bien cómo son los mujeriegos. No me hago ilusiones.

Luego sacó otros temas con la preocupada señora. Hasta que se despidieron con un beso.

A las veinte estaba bastante cansada del ajetreo de ese día. Pero lo esperaba. El dijo que vendría.

Cuando pasaron quince minutos sin aparecer, supo que las predicciones de Eugenia se cumplirían. Fue muy rápido por lo visto. Para él, la alocada locura pasional de esa noche ya fue suficiente.

Juntó sus cosas y se despidió de sus compañeros. Tenía ganas de llorar pero no lo haría está noche. Tenía mucho sueño.

En la puerta del Hospital lo vió llegar agitado.

– ¡Aquí estás! Recién he terminado de trasladar tus cosas mi amor. ¿Quién tiene más de veinte pares de zapatos? - dijo él abrazándola.

– ¿Trasladar mis cosas?- preguntó asombrada pero a la vez feliz de ver su cara y sentir sus labios.

– Así es.¡ Te vienes a vivir conmigo!. No puedo pasar ni un minuto sin ti. -respondió el maldito mujeriego.