**Saga Vannecelli**
Uzziel Vannecelli, futuro líder de la organización italiana, es un hombre carente de empatía, caracterizado por rasgos psicopáticos. Su único vínculo emocional verdadero radica en su familia. Desde su infancia, ha sentido una conexión especial con Ángela Müller, hija del sublíder alemán. La inocencia y pureza de Ángela lo obsesionan, llevándolo a desear despojarla de su esencia pura. Por otro lado, Ángela anhela consagrarse a Dios y, en dos meses, tiene planes de convertirse en monja. La pregunta que prevalece es si Ángela logrará cumplir su vocación religiosa o si Uzziel interpondrá su camino. ¿Quién prevalecerá en esta contienda: el bien o el mal?
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Capítulo 4 Gabriela no es un juego.
Uzziel Vannecelli
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-Gabriela se levantó con rapidez para ponerse la blusa. Me miró y, con un tono de preocupación, me dijo-Uzziel, no es lo que parece.
-Le respondí con sarcasmo-Entonces, ¿puedes explicarme lo que estoy viendo?
-Comencé a caminar hacia ellos y noté que Gabriela se acercaba a mí. Me dijo- Hermano, por favor, no tomes ninguna decisión impulsiva; puedo explicarlo, vamos afuera.
-Miro a Salvatore y le pregunto- ¿Vas a permitir que Gabriela me explique o lo harás tú?
-Él me respondió-Por supuesto que lo haré yo, ella es mi novia, mi futura esposa.
-Gabriela mira hacia él con una expresión de sorpresa y sacude la cabeza. Le digo- ¿Tu novia? ¿La tienes escondida? ¿Qué tipo de líder y novio cobarde eres?- Miro hacia Gabriela y le digo-Gabriela, déjame a solas con Salvatore.
-Ella me responde- No me iré.
-La miro de una manera que nunca antes había experimentado; siento como si las venas de mi rostro se marcaran, como si quisieran estallar, mientras un ardor recorre mi piel. No puedo tolerar que desobedezca mis órdenes. Si fuera otra persona, no dudaría en actuar con dureza y partir su cuello, pero siendo mi hermana, me esfuerzo por controlar mis impulsos. La tomo de la mejilla y, en un tono serio, le digo- Espérame en el despacho del abuelo; allí hablaremos. No te preocupes, -añado, dirigiendo una mirada hacia él- No le haré daño a tu noviecito. Ahora, espérame allí y no me hagas repetirlo.
-Ella me observa fijamente; en sus ojos percibo un ruego silencioso para que no cometa ninguna imprudencia. Escucho la voz de Salvatore indicándole que se retire y que solo nos limitaremos a hablar. Ella asiente con la cabeza y se aleja, cerrando la puerta tras de sí.
Me acerco a él, quien me observa detenidamente. Con un movimiento ágil, le propino un golpe en el abdomen, sacándole todo el aire. Luego, le asesto otro golpe con mi pierna, y él cae al suelo. Le digo- Espero que no estés jugando con Gabriela, porque no me importa en lo más mínimo que seas el hijo adoptivo de mi tía o el líder de la mafia alemana. Te haré pagar de una manera desagradable si haces sufrir a mi hermana; con ella no se juega. ¿Estamos claros?
-Se levanta, tosiendo, y dice-No te respondo como lo mereces porque estamos en la casa de los abuelos y no quiero hacer un escándalo. Yo no estoy jugando con Gabriela; yo sí la amo. Si la familia no lo sabe, es porque ella no quiere. No te equivoques, aunque no creo que sepas qué es amar, ya que los psicópatas como tú no pueden sentir.
-Lo veo cómo sonríe de lado; le respondo- solo los tengo por mi verdadera familia, y al resto, como tú, no lo tengo.
-Salí de la habitación y me dirigí hacia el despacho. Al entrar, vi a Gabriela de pie, quien me preguntó- ¿De qué hablaste con Salvatore?
-Le respondí- ¿Por qué no quieres que la familia se entere de su relación?
-Ella pasó su mano por su cuello, suspiró hondo y explicó- Porque valoro mi libertad. Si la familia se entera, podría haber un escrutinio sobre nosotros. Me gusta cómo estamos en este momento.
-A lo que le pregunté-¿Cuánto tiempo llevan juntos?
-Ella respondió-Llevamos tres años.
-La tomo de la mano y caminamos hacia las sillas. Nos sentamos y le digo-Ya tiene tiempo de estar juntos. Pensé que me tenías confianza, pero ya veo que no. Sé que es tu vida y no pienso meterme, pero así como yo te descubrí, cualquiera de la familia lo hará y allí será un problema. Debes tener cuidado y tener en claro qué es lo que quieres con él. Salvatore ya tomó el cargo de líder de su organización y, por lo que parece, pronto deberá casarse. Es una ley para tomar el mandato, por lo que me imagino que será contigo. Lo sabes, ¿verdad?
-Ella se mordió el labio y dijo-Confío en ti. Solo no te lo había mencionado porque no sabía cómo ibas a reaccionar. -suspira-Lo sé, él me propuso matrimonio, pero Uzziel, no quiero casarme todavía. Soy joven y deseo terminar mi carrera; tengo mucho por vivir antes de considerar el matrimonio y la maternidad. Esa no es la vida que quiero para mí.
-La observo en silencio y reflexiono sobre diversas posibilidades para el futuro. Sería conveniente que ella contrajera matrimonio con ese idiota, convirtiéndose en la dama de esa organización, al igual que lo fue mi tía. Sin embargo, siempre buscaré lo mejor para ella y para mis hermanos. Le digo-Gabriela, es importante que seas sincera con Salvatore. Él ya te ha propuesto matrimonio y está convencido de que serás su esposa. Considera las implicaciones de un matrimonio con él: podrías convertirte en una figura prominente dentro de la mafia alemana, lo que te otorgaría un mayor poder. Además, en lo que respecta a los hijos, no tendrías que preocuparte por ello hasta que estés realmente preparada. Sin embargo, la decisión es únicamente tuya.
- Ella queda en reflexión, en silencio. - Lo sé, también lo he considerado. Sabes que me apasiona el poder; he tenido muchos planes, pero valoro aún más mi libertad. Uzziel, por favor, no se lo digas a mis padres y, mucho menos, a Bruno; ya conoces su carácter explosivo y eso generaría un gran escándalo.
-Me levanto y le digo-No diré nada.- La tomo de la mejilla, le doy un beso en la frente y le digo-Descansa, Gabriela, y busca un departamento o un motel para llevar a cabo tus asuntos, no en casa de los abuelos.
-La observo sonrojarse mientras sonríe nerviosamente y se retira del despacho. Tomo mi teléfono y veo varios mensajes; uno de ellos confirma que la compra fue un éxito y que la propiedad ahora está a mi nombre. Sonrío satisfecho y salgo del despacho hacia mi habitación para descansar, ya que son la 1 de la mañana. Al recorrer el pasillo, me encuentro con Almass, la hija de Gian, quien me saluda diciendo- Hola, Uzziel.