Alexander y Sofía. dos enemigos mortales que acaban con sus vidas al mismos tiempo. sin imaginarse que sus destinos se unirá en una época diferente, en un siglo moderno, como el XXI
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capitulo 20: Ejecución de Plan.
Sofía sabía que la clave para atraer a Elena era a través de Iván. Por eso, decidió llamarlo, y él, al escuchar su voz, respondió de inmediato.
— Sofía...
El tono de su voz con seriedad que daba miedo. Cada palabra era un filo doble.
— Iré a verte en tu oficina, necesito hablar contigo sobre este problemita llamado Elena. Ella busca arruinar la vida pacífica que tengo. Buscó la muerte y eso soy yo. ¿Estás conmigo o no?
La intensidad de sus palabras sorprendió a Iván, pero no dudó en darle una respuesta afirmativa. Elena había sido una espina en el costado de Sofía durante demasiado tiempo, tenía claro que si había que deshacerse de ella estaba dispuesto a ayudar. Para asegurar la felicidad de Sofía, tenía que cumplir con ello, después de todo, Iván no quería arriesgar todo lo que está construyendo con ella.
Cuando Sofía llegó a la oficina de Iván, su presencia era imponente. Se sentó en la silla de al frente, con una calma inquietante que contrastaba con la tormenta que pronto causaría.
— Debería darle una muerte dolorosa, ¿Verdad? A ambos. Porque son dos que están en mi lista negra.
Iván, con el semblante serio, asintió.
— No te preocupes. Ya estoy al tanto de quiénes son los responsables. Bonet lo traerá ante mí sin problema.
Las palabras de Iván tranquilizaba a Sofía, pero no pudo evitar dudar.
— ¿Acaso Bonet tiene la fuerza necesaria para traerlo a los dos?
Iván se mostró confiado, y lo estaba porque conoce a su subordinado.
— No, pero sí tiene la inteligencia para hacerlo. Por eso, iremos a la casa de inmediato.
La decisión estaba tomada. Mientras tanto, en la ciudad, Bonet se encontraba en un estudio hablando con el periodista recién iniciado en el mundo de este trabajo. Esta conversación era crucial para los planes que tenían entre manos.
— Y por eso, el señor Ivánovich desea verlo. Tiene muchas ofertas solo para usted, que apenas es un periodista iniciando su carrera — expuso Bonet, con una sonrisa en su rostro.
El periodista, sorprendido y halagado al mismo tiempo, respondió con un tono dudando.
— ¿Quiere que yo haga un periodismo corporativo?... Sería la primera vez que haría algo así pero... Acepto. De todas maneras, tengo que terminar un trabajo e iré después a su oficina.
Bonet, con voz firme, lo interrumpió.
— Lamento informarle que la oferta está en pie hasta hoy, deberá presentarse formalmente a la casa del señor y allí firmará para trabajar con nosotros.
El periodista reflexionó. Sabía que a pesar de que el trabajo de Elena lo tenía en espera, la promesa de una nueva oportunidad era tentadora. Después de considerar sus opciones, decidió que era mejor un trabajo seguro que un rumor en el aire, que de igual manera lo hará pero que aún no ha subido.
— Debo tomarme tiempo en arreglarme.
— Por supuesto — respondió Bonet, levantándose de su silla — Lo esperaré abajo con el chófer para llevarlo.
Mientras Bonet bajaba en el ascensor, decidió tomar el siguiente plan; comunicarse con Elena.
— Señorita Elena. Tengo noticias. El señor Iván desea verla.
Elena, al recibir la llamada, sintió un escalofrío recorrer su espalda. La emoción del momento se mezcló con una dosis de incertidumbre que no podía ignorar.
— Bonet... ¿Qué desea Iván conmigo?
— Dice que se aburrió de su esposa. Por el momento, quiere verla como antes.
Elena sintió cómo su corazón se aceleraba; creía que esa relación era pasajera y que volverían como si siempre.
— Está bien. Iré a verlo en su oficina.
Bonet, consciente de la delicada situación, ajustó el rumbo de Elena.
— No. Él está en su casa esperándola; su esposa, Sofía, está en la oficina, por ende no debería acercarse allá.
Elena entendió la implicación y asintió, comentándole a Bonet con una seguridad que no tenía en días.
— Entiendo, iré a su casa de inmediato.
Bonet, tras colgar, murmuró para sí mismo.
— Necesitaré vacaciones después de esto. — Luego de un momento de reflexión, volvió a marcar, esta vez a Iván. — Jefe, ya está listo.
Mientras tanto, Iván manejaba su coche, sosteniendo el teléfono con una mano, concentrado en la conversación.
— Perfecto, te daré lo que quieras...
— ¿Podría darme vacaciones...?
La risa irónica de Iván resonó al otro lado de la línea.
— Si y no. Ahora te necesito conmigo. Luego de que pase está tormenta.
El cierre abrupto dejó a Bonet frustrado. Esperaba ansioso que el periodista bajara para llevarlo a cumplir con los planes establecidos. En ello, Iván manejaba hacia la mansión, donde se decidiría el destino de Sofía y su periodista. Ahora mismo, él le coloca una mano a Sofía sin apartar la mirada del camino.
— No quiero que te moleste conmigo, te prometí que resolvería esto y lo voy hacer. Sabes que me importas mucho.
— Con la diferencia de que te ayudaré. Así que no lo hagas solo. Príncipe.— ella apretó más su mano, dándole a entender que le importa también.
A pesar de que ellos tenían todo en sus manos, algo se le escapaba de su vista. Giovana y su hija ya tenía todo para su siguiente fase de plan.
— La casa y la vida que se vaya a perder, no vale nada a comparación del seguro que vamos a cobrar.
— ¿Segura de que funcionará?— preguntó Clarisa.
— Por supuesto, después de todo, la evidencia quedará en ceniza. Ya le di instrucciones a una persona para cuando llegue la perra esa, comience con lo acordado... Quemar esa casa es lo de menos, lo importante es tener el seguro y sacar Sofía del camino...