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SOY UNA MUJER NO UN MUEBLE

SOY UNA MUJER NO UN MUEBLE

Status: Terminada
Genre:Completas / Elección equivocada / Traiciones y engaños / La Vida Después del Adiós / Reencuentro / Pareja destinada / Cambio de Imagen
Popularitas:480.9k
Nilai: 4.7
nombre de autor: Karina Garcia

Yaneli se casa enamorada a sus 16 años.

en el año de 1978 casarse a esa edad no era raro y más cuando las familias estaban de acuerdo.

Yaneli pensó que sería feliz, fue educada para hacer la esposa perfecta, pero nunca pensó que su infierno empezaría con ese matrimonio.

Antonio no era el hombre que esperaba y en el momento que lo encontró con otra mujer, no lo soporto, su orgullo, su dignidad, la hace abandonar a su esposo, su pueblo y renunciar a su familia.

ahora tiene que sobrevivir y darse a respetar ante una sociedad machista, de doble moral y sobre todo que juzga sin piedad.

te invito a conocer la vida de Yaneli, una joven que no está dispuesta a hacer el mueble de su esposo en una casa donde no tiene otra obligación que obedecer a su esposo.

¿ustedes creen que ella podrá ser feliz después de tener el estigma de una mujer separada?

NovelToon tiene autorización de Karina Garcia para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPÍTULO 21

Yaneli no entendía lo que María quería decirle con su mirada, pero cuando menos lo esperó, la escuchó decir que cada galleta costaba $.15 centavos.

La mujer encantada dijo que sí, que se las pusiera todas, eran gállenlas grandecitas, cabían muy bien en la palma de la mano y eran gruesas como el dedo medio de una mano de mujer delgada.

Yaneli se sintió ofendida al momento que escuchó que María vendía sus galletas. En ese momento se dio media vuelta y sale de la tienda, no le dijo nada, pero si estaba enojada, se le hizo una falta de respeto, no entendía por qué lo había hecho; esas galletas se las había dado con cariño, como un agradecimiento y María parecía no haber entendido eso, ni siquiera las había probado.

Regresó a su casa y, como estaba furiosa, se fue al corral y empezó a limpiarlo. Con sus manos empezó a arrancar la hierba, desde la pequeña hasta la más alta; estaba tan enojada que avanza rápido cuando menos pensó, ya tenía limpia una gran parte del corral y pudo acomodar los tendederos de la ropa en mejor lugar.

Para las 11 a. m. dejó de limpiar, entró a la casa, se metió a bañar, al salir se puso un vestido. Una vez que estuvo lista, se fue a la cocina, preparó unos plátanos enmelados, después se puso a hacer su comida del mediodía.

Ese día decidió preparar un caldo de verduras, se puso con lo que tenía a la mano y, mientras se las arreglaba para cocinar, pensaba en lo que le hacía falta para su cocina. Para las 2 pm empezó a servir su plato para sentarse a comer; estaba dejando el plato en la mesa cuando tocaron a la puerta.

Deja el plato en la mesa y fue a ver quién era; al abrir la puerta, se sorprende al ver a María. Suspira profundamente para calmar su enojo y le dice secamente. — ¿Qué quieres?

María le sonríe y tratando de sonar con dolor le dice. — ¡Perdóname! ¡Vamos, invítame a entrar!

Yaneli sin nada de ganas, le abre la puerta y la hace pasar. Al estar dentro de la casa, María le entrega un quilo de harina; ella lo toma algo insegura, frunce el ceño e inquieta le dice. — María, perdón que te lo diga, pero cuando alguien se disculpa, es costumbre llevar algo horneado, un postre o un dulce, pero no le llevas solo harina.

María le sonríe, se sienta en la silla donde estaba el plato de verduras y, mientras tomaba la chura, descaradamente le dice. — Bueno, Yaneli, la disculpa, ya te la pedí y la harina no es para pedirte disculpa, esa es para ser socias. Vengo a proponerte un negocio, creo que te va a interesar.

Yaneli va al refrigerador, saca la jarra de agua de limón, sirve en dos vasos, le entrega uno y otro para ella, se sienta a su lado; la mira comerse su plato de caldo de verduras y en ese momento algo intrigada le pregunta. — ¿socias? ¿Puedes explicarme?

María le dijo que esperara y siguió comiendo, le gustaba tanto su comida, que no pensaba desaprovechar que el plato ya estaba servido; una vez que terminó de comer, le dijo. — Yaneli, entiendo que te molestará la venta de las galletas, pero tienes que entender que a eso me dedico y, si miro algo que pueda negociar, sacarle provecho, créeme que lo voy a hacer, porque ese es mi negocio.

La mujer quedó encantada con tus galletas, tanto que me pidió dos docenas y yo pensé que sí a esa mujer tan descontenta, porque déjame decirte que a ella poco le gusta lo dulce. Es más en los años que tengo vendiéndole su despensa, es la primera vez que la miro comprando algo dulce.

Pienso que si a ella le gustaron, puede que a los demás clientes también les guste y me compren, pero para eso tendrás que hacer bastantes galletas por la mañana, para que estén calientes y olorosas como las de hoy.

Yaneli, deja el coraje y dime que aceptas, puedes tener una ganancia. Si en esto nos va bien, no tendrías que buscar trabajo. Puedes dedicarte a esto, hasta vender pasteles para los cumpleaños, yo te ayudaría con los clientes.

Yaneli nunca pensó en vender sus postres, pero la idea no le desagradó y sin dudarlo le dijo que sí, se empezaron a poner de acuerdo; le dijo que salían 35 galles por kilo más, los ingredientes le dijo lo que gastaba que eran $2.50.

Sacaron cuentas y, si las vendían a .15 centavos, estaban sacando el doble de lo que le invertían. María le dijo que, por su trabajo, le proponía que, en las ganancias por cada kilo, a ella le tocaría un peso y para Yaneli 1.50.

Yaneli se emocionó y le dijo que sí, para empezar, pensó que no estaba mal tener ese ingreso y quedaron que tenía que hacer 5 kilos para la siguiente mañana; el coraje desapareció y cuando terminaron de ponerse de acuerdo, María se pone de pie, le pide un poco de la sopa de verdura para llevar.

Ella no dudó en dársela en uno de los sartenes de plástico, también le dio un poco de plátano enmelado y cuando estaba en la puerta, le recordó que las galletas tenían que estar listas para las 6 a. m., que era la hora que abría la tienda.

Yaneli depositó parte de esperanza de tener éxito con la venta de sus postres. Si en eso le iba bien, pensaba que no iba a tener que tomar más dinero de la tarjeta, más que para comprar la casa. Tendría un buen ahorro por si se enfermaba o pasaba algo más.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

Muchas gracias a todas espero que el capítulo les haya gustado ☺️

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Niñas saben que su opinión es importante para mí, déjenme su comentario y de corazón mil gracias por el apoyo que me dan.

1
Amaris
hermosa historia.. me llegó al alma❤️🥰
Amaris
hermosa historia, quedé fascinada con esos personajes Amé a Aldo desde el primer momento. felicidades 🥰
Rhina Aparicio
Muerde la mano de quien le dió de comer.

TRAIDORA Y ENVIDIOSA
Georgette Azúa
muy linda la historia de que cualquier mujer puede seguir adelante sola con la ayuda de personas indicadas
Rhina Aparicio
Hay pero que mujer más tóxica y ponzoñosa
Izamar Mendoza
excelente novela
Martha Navas Pinilla
un trabajo excelente, felicitaciones.
Eufrosina Ortiz Martinez
muchas felicidades excelente historia
Jacke💜
Excelente
Julia Rosa Montero Rojas
te doy 200 estrellas más,fué la historia mas hermosa que leí,maravillada estoy con la historia,te felicito.una realidad de muchas mujeres en el pasado pero con finales en muchas quizás como la de Yanely,.muchas felicidades.
Maria Angelica Guillaume
Fui adolescente en los 70, en una ciudad chica, si bien era otra epoca la sociedad no era tan cerrada como la describes. Saliamos, usabamos minifaldas, teniamos novios, siempre respetando nuestras flias, los valores inculcados. Esta buena la novela, estoy enganchada, pero por momentos me parece demasiado prejuiciosa.
Rama Fernandez
hermosa historia ,habla de la rigurosidad de la época, machismo y prejuicios ,temas que no se tocan tan comúnmente, gracias porque se ponen en el presente temas introsecos en la problemática social de hoy
Yolanda Morocho
muy hermosa felicitaciones escritora
Mar Sol
Muy linda novela, gracias.
Mar Sol
Si hay razón de ayudar a los padres, pero ellos no fueron buenos con Yaneli, por interés apoyaron al cobarde de Antonio
Mar Sol
¿Y que le quieren ver esos sinvergüenzas de sus padres de Yaneli, si es que se les puede decir así, que se vayan por dónde llegaron.
Mar Sol
¡¡Hay no puede ser!! falta que Pedro y Andreína planearan algo en contra de Yaneli.
Mar Sol
A las lectoras, les pido que apoyen leyendo las otras novelas que tiene la escritora, NO se van arrepentir están bien emocionantes y muy bonitas.
Las recomiendo mucho.
Yolanda Morocho
era q le den un buen escobaso para sienta también dolor y tenga un poco de miedo de volver a la casa a molestar
Mar Sol
Que detengan a todos a Andreína, Pedro, al comandante y Antonio, por miserables, corruptos.
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