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MI QUERIDO SECRETARIO

MI QUERIDO SECRETARIO

Status: Terminada
Genre:Yaoi / CEO / Casada con el millonario / Jefe en problemas / Mujeriego enamorado / Completas
Popularitas:3k
Nilai: 5
nombre de autor: Fanny123

Un joven talentoso pero algo desorganizado consigue empleo como secretario de un empresario frío y perfeccionista. Lo que empieza como choques y malentendidos laborales se convierte en complicidad, amistad y, poco a poco, en un romance inesperado que desafía estereotipos, miedos y las presiones sociales.

NovelToon tiene autorización de Fanny123 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPITULO 18

El gran día

El sol de la mañana brillaba con intensidad, iluminando la ciudad con una calidez que parecía celebrar el evento más esperado del año. Para Gabriel, ese día no era solo especial: era la culminación de meses de amor, esfuerzo y planes compartidos con Alejandro. Se levantó temprano, respirando profundo mientras observaba su reflejo en el espejo. El traje estaba impecable, perfectamente planchado, y la corbata cuidadosamente ajustada por Valeria, quien había insistido en acompañarlo para asegurarse de que todo estuviera perfecto.

—Te ves increíble, Gabriel —dijo Valeria, sonriendo con entusiasmo—. Alejandro va a quedarse sin palabras.

Gabriel sonrió nervioso, ajustándose los puños del traje.

—Gracias, Vale… estoy emocionado, pero también un poco nervioso.

—Normal —respondió Valeria—. Hoy te casas con el hombre que amas. Disfruta cada segundo.

Mientras tanto, Alejandro estaba en la suite principal del hotel donde se realizaría la ceremonia. Su traje negro clásico estaba impecable, pero su expresión era seria, más por los nervios que por otra cosa. Samuel estaba a su lado, ajustándole los últimos detalles del nudo de la corbata.

—Respira, Alejandro —dijo Samuel con una sonrisa—. Hoy es tu gran día.

—Lo sé —respondió Alejandro, apretando ligeramente la mandíbula—. Solo… quiero que todo sea perfecto para Gabriel.

—Lo será —replicó Samuel—. Ya hiciste todo lo posible para que sea inolvidable. Ahora déjate llevar.

El lugar de la ceremonia estaba decorado con delicadeza y elegancia. Un jardín amplio, rodeado de flores blancas y rosadas, con un camino de pétalos que guiaba hasta un altar adornado con luces suaves y cintas de seda. Las sillas estaban alineadas con precisión, y los invitados comenzaban a llegar, entre ellos Valeria, Carlos Ríos —que no pudo resistir aparecer aunque sabía que no tenía oportunidad—, familiares y amigos cercanos.

Gabriel llegó acompañado por Valeria, caminando por el sendero mientras los ojos de todos se posaban sobre él. Su corazón latía acelerado, pero la sonrisa que llevaba era sincera, reflejo de la felicidad que sentía en lo profundo de su ser.

Al final del camino, Alejandro lo esperaba, impecable, con una expresión solemne que se suavizaba al ver a Gabriel acercarse. Sus manos temblaban ligeramente, pero su mirada era firme, llena de amor y promesas silenciosas.

El intercambio de votos fue emotivo. Gabriel habló primero, con voz firme pero cargada de emoción:

—Alejandro, desde que llegaste a mi vida, todo cambió. Me enseñaste a amar de una manera que nunca creí posible. Me mostraste paciencia, ternura, y me hiciste sentir seguro incluso en mis momentos de miedo. Hoy prometo estar a tu lado, apoyarte, cuidarte y amarte cada día, en la alegría y en la tristeza, en la calma y en la tormenta. Te elijo a ti, hoy y siempre.

Alejandro, con los ojos brillando, tomó la mano de Gabriel antes de responder:

—Gabriel, siempre he sido un hombre controlado, serio, y pocas veces me permití abrir mi corazón. Pero tú llegaste y cambiaste todo eso. Me enseñaste a ser vulnerable, a amar sin miedo. Prometo protegerte, respetarte y acompañarte en cada paso de nuestra vida. Te amo, y hoy, delante de todos, te elijo a ti, sin condiciones y sin dudas, para siempre.

Las lágrimas de algunos invitados eran inevitables, y Valeria y Samuel no pudieron contener la emoción. Alejandro y Gabriel se miraron a los ojos, sonriendo entre lágrimas, sintiendo que aquel momento era el comienzo de un nuevo capítulo perfecto en sus vidas.

Después del intercambio de anillos, Alejandro deslizó el aro sobre el dedo de Gabriel con delicadeza, mientras Gabriel hacía lo mismo con él. Al cerrar los puños alrededor de sus manos, ambos sintieron que no había nada más importante en el mundo que ese instante compartido.

—Ahora… puedes besar al novio —dijo el oficiante, y Alejandro no esperó ni un segundo.

El beso fue suave al principio, lleno de ternura, pero pronto se convirtió en una explosión de emociones contenidas durante meses. Gabriel apoyó sus manos en los hombros de Alejandro, mientras él lo rodeaba con fuerza, como si quisiera asegurarse de que nunca se separaría.

Cuando finalmente se separaron, ambos respiraban agitados, con sonrisas que no podían borrar de sus rostros.

—Te amo —susurró Gabriel, apoyando su frente contra la de Alejandro.

—Y yo a ti —respondió Alejandro, con una voz suave pero firme—. Siempre tú.

Los invitados aplaudieron, y algunos soltaron vítores y risas de felicidad. Valeria no pudo contenerse y gritó:

—¡Por fin! ¡Los amo!

Samuel rió y le dio un codazo a Alejandro.

—Mira, incluso tus amigos están más emocionados que tú.

Alejandro sonrió débilmente, todavía abrazando a Gabriel, y respondió:

—Sí… hoy es nuestro día.

La recepción fue igual de mágica. Las mesas estaban adornadas con flores, velas y manteles elegantes. Un cuarteto de cuerdas tocaba suavemente, mientras los invitados disfrutaban de la comida y el ambiente romántico. Gabriel y Alejandro se movían entre los invitados, recibiendo felicitaciones, abrazos y sonrisas. Cada mirada compartida entre ellos era un recordatorio silencioso de su amor y compromiso.

Valeria, emocionada, se encargó de organizar el brindis.

—¡Por los recién casados! —exclamó—. Que su amor crezca cada día más y que esta unión sea solo el comienzo de una vida llena de felicidad.

Todos levantaron sus copas, y Alejandro y Gabriel se miraron, brindando con la certeza de que habían encontrado su lugar en el mundo: juntos.

Incluso Carlos Ríos estuvo presente, aunque visiblemente incómodo. Había intentado acercarse a Gabriel discretamente durante la recepción, pero Alejandro nunca dejó que eso sucediera. Cada vez que Carlos se aproximaba, Alejandro intervenía con una mezcla de cortesía y firmeza que dejaba claro que Gabriel ya no estaba disponible.

Gabriel, aunque educado, evitaba cualquier conversación innecesaria con Carlos, concentrándose únicamente en su esposo y en disfrutar el día que habían esperado con tanto entusiasmo.

La música cambió a un vals suave, y Alejandro tomó a Gabriel de la mano para el primer baile como esposos. Se movieron lentamente, dejándose llevar por la melodía. Cada paso, cada giro, era un reflejo de su confianza y amor. Gabriel apoyó la cabeza en el hombro de Alejandro, mientras él rodeaba su cintura, con los ojos cerrados, disfrutando de la cercanía que tanto había deseado.

—Nunca imaginé que estaría tan feliz —susurró Gabriel.

—Y yo nunca imaginé amar tanto —respondió Alejandro—. Pero aquí estamos, juntos, y nada más importa.

La noche continuó entre risas, bailes y abrazos. Los amigos y familiares compartieron historias y recuerdos, algunos graciosos, otros emotivos, pero todos centrados en la felicidad de la pareja. Valeria y Samuel se encargaron de capturar cada momento, tomando fotos y asegurándose de que nada faltara.

Al final de la velada, cuando las luces se suavizaron y la música se volvió más lenta, Alejandro y Gabriel se sentaron juntos, observando las estrellas desde la terraza del lugar.

—Hoy fue perfecto —dijo Gabriel, apoyando su cabeza en el hombro de Alejandro.

—Sí… —Alejandro suspiró, abrazándolo con fuerza—. Todo esto es nuestro. Cada momento, cada emoción. Te amo más de lo que jamás imaginé.

—Y yo a ti —respondió Gabriel, cerrando los ojos y dejando que la felicidad los envolviera a ambos—. Siempre tú.

En ese instante, Alejandro supo que ningún desafío, ningún rival ni ningún obstáculo podría separarlos. Habían llegado al día más importante de sus vidas, y lo habían vivido con amor, confianza y la certeza de que su futuro juntos sería tan brillante como ese momento.

El gran día había llegado, y con él, el inicio de una vida compartida, donde cada amanecer traería nuevas aventuras, nuevos recuerdos y la seguridad de que, pase lo que pase, siempre estarían el uno para el otro.

CONTINUARA

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Fanny
🥰
orneidy soto
Hermosa esta novela gracias por compartir
Fanny: Muchas gracias 🥰🥰
total 1 replies
Fanny
linda
☫ Queen ✜S. D. R꫞
gracias por apoyarme, de nada apoyarse, te deje un puntos de 199 de cafecito. espero que continúe el capítulo🥰☺️
Fanny Rodriguez: 🥰🥰🥰🥰🥰🥰🥰🥰🥰🥰🥰🥰🥰🥰
total 1 replies
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