La desgracia siempre había sido una constante en la vida de Riki. Pero esa vez fue diferente.
En un solo día, su mundo cambió por completo.
Acababa de descubrir que alguien lo había incriminado y humillado. Y al regresar a casa, enfrentó una desgarradora realidad: su hermana, su única familia, se había quitado la vida.
Cuando intentó denunciarlo todo a las autoridades, solo se encontró con más humillación. No era más que un perdedor.
Solo quedaba la muerte para él; mejor morir que vivir en medio de la miseria.
[¿Quieres vengarte?]
¿Eh? ¿Qué es esto?
[Únete al sistema que te ayudará a obtener justicia y riqueza.]
¿Riqueza?
[¿Aceptas?]
Pero, ¿no estaba Riki ya muerto?
Cuando despertó, una nueva vida lo esperaba.
Era el momento de la venganza.
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Capítulo 20
Unas horas antes del amanecer.
Tika estaba muy feliz de recibir un fajo de un millón de rupias del joven amo Riki.
Mientras tanto, Riki estaba encantado de haber engañado a Anton y Andre con su habilidad que parecía irreal. Era como un acto muy tramposo, cambiar su apariencia a la de cualquiera. Aunque solo durara unas pocas horas.
«Pero joven amo, ¿por qué pidió la llave de la habitación de la señora? Me fue muy difícil conseguirla, especialmente en secreto», dijo Tika.
Riki se giró hacia Tika, que estaba guardando el dinero que él le había dado en el gran bolsillo de su uniforme de sirvienta.
«Eso es asunto mío. Hagas lo que hagas, lo sepas o no, no debes comentar, y mucho menos decírselo a otros. Si lo incumples, no solo no volverás a recibir dinero de mí... sino que haré que no puedas volver a trabajar para nadie. Si quieres seguir ganando mucho dinero, no traiciones la confianza de los demás».
Tika solo observó en silencio cómo Riki se ponía de pie y luego le devolvía la llave de la habitación de la esposa de Edward.
Riki solo podía transformarse en otra persona, pero su ropa permanecía igual, no podía cambiar.
Tranquilo, Riki no tenía pensamientos lascivos. Menos aún sobre esa mujer mayor que parecía una bruja.
Sandra Cempaka era una mujer hermosa, exmodelo famosa y también subcampeona de Miss Indonesia. Era una mujer perfeccionista, y también enseñaba a sus hijos a ser perfeccionistas.
Sin embargo, ella no sabía que lo que estaba haciendo era crear un monstruo, en lugar de un ser humano talentoso y excepcional.
De hecho, Ricky nunca envidió a Anton o Andre por tener una madre, al ver la naturaleza de Sandra.
«Me voy de nuevo, recuerda no revelar esto a nadie».
Tika solo asintió con la cabeza, obedeciendo todas las palabras de su apuesto pequeño jefe.
Después de eso, como de costumbre, Riki se fue sin hacer ruido. También trepó el alto muro de la casa sin hacer ruido.
No se sabía cómo lo hacía Riki, pero lo cierto es que Tika estaba asombrada con ese muchacho.
En realidad, la edad de Tika no era muy diferente a la de Riki; ella todavía tenía 20 años. Después de graduarse de la escuela secundaria, se sometió a casi dos años de capacitación para convertirse en una sirvienta profesional.
No todas las chicas de pueblo como ella podían ingresar a la capacitación, solo las elegidas podían hacerlo.
Las chicas elegidas debían tener una altura mínima de 160 cm, piel clara, rostro hermoso y un peso no superior a 60 kg.
Casualmente, Tika medía 161 cm y pesaba 55 kg.
Parecía grande en el pueblo, pero resultó ser pequeña en la ciudad.
Al principio, Tika sintió que los dos años de capacitación habían sido en vano. Sus padres le habían pedido durante mucho tiempo que renunciara y trabajara en otro lugar con un salario suficientemente bueno, porque necesitaban mucho dinero en ese momento.
Con el salario de sirvienta en esa gran casa, Tika tardaría mucho tiempo en conseguir el dinero que necesitaba.
Sin embargo, de repente, apareció Riki.
«Es como un superhéroe con cara de villano, jejeje», murmuró Tika, todavía mirando la pared por donde Riki se había ido, aunque ya no podía verlo.
«¿Será que todos los ricos son así de guapos? El señor Anton, el señor Andre y el señor Riki, todos guapos… incluso alguien mayor como el señor Edwin también es guapo. ¡En el pueblo no hay nadie así, todos son simples! Pero el más guapo sigue siendo el joven amo Riki…» Tika sonreía tontamente para sí misma mientras se sentaba en el borde de la cama de Ricky.
Tika ya había limpiado y ordenado esa habitación, porque ninguna otra sirvienta quería hacerlo.
Incluso, la habitación casi se convierte en un almacén. Pero Tika logró salvarla.
Todo por el joven amo Riki.
«Pero… ¿qué habrá hecho él antes? Tengo mucha curiosidad», murmuró de nuevo.
Hasta la mañana siguiente, mientras estaba ocupada limpiando la habitación de Anton, que de hecho debía limpiarse todas las mañanas, recibió una pregunta que hizo que su corazón latiera descontroladamente.
Su corazón latía por miedo, no porque quien preguntaba fuera guapo.
«¿Está mi madre en su habitación?», preguntó Anton, su rostro pálido y asustado.
Tika, que también temía que se descubriera que Riki se había colado en esa habitación la noche anterior, negó lentamente con la cabeza.
«Aún no, joven amo, la señora todavía está en Hong Kong, ¿no regresa la señora la próxima semana? Eso dijo la sirvienta principal», respondió Tika, ocultando desesperadamente su miedo.
Después de eso, Anton solo guardó silencio, pensativo, mirando sus propios pies donde no había nada.
«Me retiro, joven amo…» Tika se apresuró a irse de allí antes de que Anton dijera algo más.
Después, Tika contactó a Riki por mensaje para informarle lo que le había sucedido a Anton esa mañana. Porque ese era su trabajo.
Riki sonrió al ver el mensaje de Tika.
«Resulta que el buen chico que no le teme a nada solo le teme a su madre, ¿eh? Hmm, pero no puedo seguir usando este método, tengo que encontrar otra manera. Si no puedo golpearte abiertamente, golpearé tu mente».
Riki luego se rio tontamente para sí mismo mirando la pantalla de su teléfono.
[Has logrado debilitar la moral del oponente]
[Recibes una recompensa en forma de un saldo adicional en tu cuenta de dos mil millones de rupias]
Riki sonrió feliz al ver lo que había obtenido.
El dinero del premio era algo que realmente necesitaba en ese momento. Riki estaba luchando contra gente adinerada, así que necesitaba mucho capital para ello.
[Nuevo enemigo detectado acercándose a tu ubicación]
¿Nuevo enemigo?
¿Qué demonios es eso?
«Dilo más claramente, ¿a qué nuevo enemigo te refieres?», preguntó Riki, comenzando a entrar en pánico, pero aún luciendo relajado.
[Edward, te está esperando para que salgas solo del apartamento]
Riki chasqueó la lengua con pereza.
«¿Qué quiere ese viejo? Ya es alcalde y todavía se ocupa de problemas de niños. Debería ser un mejor político, ya ha despilfarrado mucho dinero de mi padre para ganar las elecciones», refunfuñó Riki.
Aun así, terminó rápidamente su desayuno, que consistía en huevos duros y pechuga de pollo hervida. Un desayuno aburrido, en realidad, pero como Riki había sido pobre antes, todavía lo consideraba un menú caro.
No debía desperdiciarse.
Vistiendo solo pantalones hasta la rodilla y una chaqueta negra con una capucha grande para cubrir su cabeza, Riki salió del apartamento.
No fue difícil encontrar el Mercedes Benz C200 negro de Edward.
Riki ya conocía de memoria el coche que, por enésima vez, había sido comprado con el dinero de Edwin.
Pero Edward era bastante astuto; eligió un lugar solitario, por lo que no había mucha gente alrededor.
Efectivamente, después de ver a Riki, los hombres de Edward bajaron del coche y rodearon a Riki.
Arrastraron a Riki a la fuerza, aunque Riki no tenía intención de resistirse.
«¿Tienes que arrastrarme así, viejo?», preguntó Riki, inmediatamente después de que Edward bajara del coche de forma dramática.
Sin mediar palabra, Edward abofeteó a Riki con fuerza, y Edward era un hombre fuerte cuya fuerza equivalía a la de dos hombres normales.
