Cambiando Mi Destino

Ariel: yo te prometo que me esforzaré, te juro mami que lo hare.

Amanda: ambas lo haremos amor y ya no tendremos que seguir sufriendo en esta horrible mansión.

Ariel: mamá, nosotras saldremos adelante! Así sea con poco, pero ya nadie nos hará más daño.

Amanda: mi niña, yo te prometo que te protegeré y no te volverá a pasar nada malo.

Ariel: gracias mamá, eres la mejor y te amo.

Amanda: yo también te amo mi niña.

Ariel: pero mami, cuando lleguemos a ese nuevo lugar; quiero aprender a defenderme! No quiero volver a sentirme vulnerable e indefensa.

Amanda: está bien mi niña, no me negaré a que aprendas.

Es necesario y ahora lo entiendo.

Ariel: si mami, además que montaré mi negocio de pociones medicinales y con eso podemos vivir.

Amanda: te amo mi niña, gracias por darme las fuerzas de salir de aquí y comenzar de nuevo.

Sé que eres una mujer, hasta de mi tamaño estás ja, ja, ja 🥹

Pero está sociedad nos enseña a ser sumisas y al final nuestro valor se mide por el estatus del hombre que esté a nuestro lado.

Desde que llegaste a mi vida, has sido una hermosa luz que ilumina cada día mi vida.

Haré todo lo posible para nunca dejar que nada malo te pase y el día que consigas el amor, que sea porque tú así lo decidas y con quién tú quieras mi niña.

Ariel: mami, ahora no quiero saber nada del amor.

Quiero esforzarme para cuidarte y ayudarte cada día.

Sé que viviremos bien las dos juntas.

¡Eres la mejor madre y amiga! ¡Te amo y daré lo mejor de mí, ya lo verás! Te sentirás orgullosa de mí.

Amanda: mi niña, ya me siento orgullosa, por el solo hecho que seas mi hija.

Amanda abrazó a Ariel y ambas se acostaron en la misma cama.

Ariel: mami, que te gustaría hacer en nuestra nueva vida?

Amanda: siempre me gusto la cocina amor, solo que mi madre me enseñó que eso solo lo hacía la servidumbre, yo solo debía ser una dama respetable de la sociedad y verme linda.

Ariel: pero que aprendiste en todos tus años?

Amanda: sé administrar dinero, puedo incluso trabajar de mayordomo en alguna mansión o llevar cuentas.

puedo trabajar en eso o en la limpieza, no importa! Lo importante es que saldremos adelante juntas.

Ariel: mamá, te prometo que me esforzaré y te montaré un pequeño restaurante y así puedas vender comida, no necesitas trabajar limpiando.

Tu cocinas muy rico, sería buena idea.

Amanda: veremos si nos queda dinero, lo haremos! Si no montas tú puesto de pociones y mientras las dos trabajaremos en eso, ok?

Ariel: está bien mami! Descansa.

Amanda: tu también descansa mi niña.

Amanda le dió un beso y se acomodó para dormir.

Madre e hija, estaban juntas y ahora más que nunca se unirían para salir adelante y cumplir sus sueños.

Ariel sentía el abrazo de amor que le daba su madre y su corazón se puso chiquito.

¡Primera vez en su vida, que experimentaba el amor de una madre!

Su antigua madre, solo se preocupó por el dinero que ella les proporcionaba, pero jamás se preocupó por ella.

Cuando su novio la entrego a esos hombres que la usaron por días, ella le contó a su madre y está no hizo nada, solo la reprendió por haberse dejado tocar por esos hombres y no haberles quitado algo de dinero.

Ahí fue donde entendió que no podía seguir viviendo en ese país; fue cuando tomo la decisión de mudarse, dejando todo atrás.

Ahora al sentir como Amanda la ama, solo quiere esforzarse para darle lo mejor y que se sienta orgullosa de ella.

Ella será la mejor hija, trabajará duro y la cuidará.

Recordó los libros de pociones que tenía en su cuarto, se llevaría los más importantes y practicaría arduamente para hacer lo mejor posible.

En su otra vida casi no aprendió nada, ya que solo se dedicó al baile y a dar placer a los hombres.

Nunca se preocupó por estudiar o aprender cosas y ahora lo lamenta mucho.

Solo sabe hacer unas pocas cosas, pero una le será bastante útil.

Ella aprendió a hacer jabones y perfumes sencillos, cuando compartían habitación con unas compañeras de baile.

A sus compañeras les encantaba hacer jabones aromáticos para cuidar mejor sus pieles y eso fue algo que a ella le gustó y lo hacía muy seguido.

Hacia jabones de avena, de aloe vera, de miel, y otros más.

Al igual que aprendió a hacer perfumes sencillos.

Solo necesitará conseguir alcohol y esencias; ella espera poder lograrlo y así vender esos dos productos y obtener alguna ganancia con eso.

No sabía mucho de cuenta ~~ ella nunca estudió, desde muy joven se dedicó a esa vida y nunca supo lo que fue ir a una escuela.

A duras penas sabía medio leer y escribir y las cuentas que sabía hacer eran básicas.

Ella no tiene recuerdos de la Ariel original aún, así que le pedirá a su madre que la enseñe.

Está decidida a aprender y esforzarse; ahora hará las cosas bien.

Sabe que no será fácil, pero con mucho esfuerzo y la ayuda de su madre, sabe que podrá lograr salir adelante.

Sentía a su madre relajada, supo que se había quedado dormida.

Estuvo reflexionando sobre su vida pasada.

Muchas veces su compañera le dijo que las reencarnadas siempre eran inteligentes, doctoras, matonas experimentadas, estudiadas, y pare de contar.

Ella solo era una bailarina que daba servicios privados, nunca aprendió nada y valla que se lamenta ahora.

Pudiera hacer eso en esta vida, pero no quiere vivir más de esa manera.

Tan poco quiere que la única persona que se interesa por ella, se decepcione si la ve que gana dinero de esa forma.

Se acomodo mejor en la cama y abrazo a su madre.

Todo estará bien se repetía en su cabeza, ahora todo estará bien.

Con ese pensamiento se quedó dormida, esperando tener un mejor mañana.