Luna después de tener lujos y unos padres amorosos, conoce a Joseph; un hombre carismático y guapo.
fue amor a primera vista, dándole lugar al amor en su corazón.
Joseph tiene un hijo de 3 años, llamado Esteban, el cual llegara a ser la mayor debilidad de Luna y por quien estará dispuesta a dar su vida.
Pero Joseph no es nada de lo que aparenta, y detrás de esa fachada, oculta un lado psicópata, en dónde lo único importante para él, es él mismo.
NovelToon tiene autorización de anonimus para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Es tu ángel
Esteban que venía asustado, al estar cerca de un hombre tan grande como ese. Levantó la vista y vio a Luna venir corriendo hacia él.
Soltó la mano del hombre y salió a abrazar a su mamá.
Estaban: mami! Mami, viniste por mí.
Luna: si amor! Aquí estoy y nada malo te va a pasar, no importa si tengo que dar la vida por ti.
Estaban: estaba asustado! Estaba en un lugar oscuro y tengo mucha hambre.
Luna: mi amor! Tranquilo, ya no volverás a ese lugar y todo estará bien.
Esteban: me lo prometes?
Luna: si! Tal vez no esté para siempre contigo, pero te prometo que todo estará bien.
Mariano que estaba cerca escuchando la conversación, los interrumpió.
Mariano: no seas tonta mujer! ¿No le digas esas cosas al niño, si tú no estás, quién lo va a cuidar? No eres su madre?
Luna se quedó viendo a Mariano y este le dio a entender que ella se iría con ellos.
Luna: gracias! Si es posible limpiare por el resto de mi vida, para agradecerle lo que hace por nosotros.
Mariano: no necesitas limpiar, solo lo vas a criar y te vas a asegurar de nunca alejarte de él.
Pero siempre recordándote nuestro trato.
Luna: si señor! Cómo usted diga.
Esteban: mami, quién es el señor?
Luna: es tu ángel!
Esteban: mi ángel? Cómo? ¿No entiendo?
Luna: si, el vino a rescatarte y se va a asegurar que nunca te pase nada malo.
Esteban se soltó de los brazos de Luna y se acercó a Mariano.
Esteban: usted no va a dejar que ese hombre y su madre, nos vuelvan a lastimar?
Mariano: exacto! De ahora en adelante yo los voy a proteger.
Esteban: gracias, señor! Yo no quería volver a esa horrible casa. Yo le tengo mucho miedo a ese señor y a la señora bruja también.
Luna: amor! ¿Que hablamos de eso?
Mariano: déjalo! Es un niño, Pero es muy inteligente.
Luna asintió, tomo a Esteban en sus brazos y se fueron a la camioneta.
De regreso, la barriga de Esteban no dejaba de sonar.
Mariano: para en el primer puesto de comida, necesitamos comprar algo para darle al niño.
Conductor: si señor!
Luna: no es necesario...
Mariano: como no va a ser necesario? ¿Acaso estás loca? El niño tiene hambre, además que debes recordar que tu deber es cuidar de él, ahora yo soy el representante del chico.
Luna: no lo decía de esa manera! Es que no quiero molestar. Esteban y yo, estamos acostumbrados a aguantar hambre.
Mariano: pero eso no volverá a suceder. Ahora son mi responsabilidad y no quiero que esto vuelva a suceder.
Luna: si señor!
Mariano era bastante frío y temperamental, no le gustaba que le llevarán la contraria.
Esa mujer por lo visto, había sido llevada a sumisión, pero él no lo tolerará mucho.
Así que espera que ella se adapte rápido y no cometa tantas estupideces.
Mariano: mi dinero ahora estará disponible para todo lo que el niño necesite. No necesitas pedirme permiso o cohibirte en comprar lo que él necesita.
Tendrás una tarjeta donde se depositará todo el dinero que el chico vaya a requerir, así que no quiero incompetencias, no soy tan paciente como crees.
Luna: si señor, me disculpo.
Mariano: como es que te llamas? Lo olvidé.
Luna: mi nombre es Luna.
Mariano: yo soy Mariano. Puedes llamarme por mi nombre, no soy tan viejo para que me llames señor a cada momento.
Solo mis hombres me llaman así.
Luna: está bien!
El carro paro en el primer puesto de comida que encontraron y compraron mucha comida para Esteban.
Este estaba emocionado, Pero no tomaba nada hasta que su mamá no le diera el permiso.
Luna: puedes comer amor.
Esteban sin dudarlo, comenzó a comer. Era tan rico, no recordaba cuando había comido algo tan delicioso.
Mariano: tu también debes alimentarte, de ahora en adelante cuidarás de él y necesitas estar sana.
Luna: si! Gracias.
Ambos comían, mientras eran observados por Mariano.
El niño comía con tanto desespero, que parecía que en cualquier momento se podía atorar.
Mariano: hey! Despacio o no abra helado después.
Esteban lo vió con ojos brillantes y asintió. Comenzó a comer más despacio, para así poder ganarse el helado que el hombre había dicho.
Luna se sentía agradecida, estaba por enfrentar nuevos retos.
Mariano se dejaba ver cómo un hombre frío y de pocos sentimientos; pero su comportamiento a pesar de eso, era mil veces diferente a Joseph.
El cual nunca le compro un helado al niño y mucho menos, dedicó dinero para su cuidado.
Esteban quedó satisfecho, y aunque quiso aguantar hasta que le comprarán el helado, al final se quedó dormido en los brazos de su mamá.
Luna lo acurrucaba en su pecho y a cada momento le daba besos.
Su pequeño estaba feliz y por primera vez en mucho tiempo, dormía tranquilo en los brazos de ella, sin ningún temor al futuro.
Joseph
El pequeño Esteban
Luna , aunque actualmente está bastante descuidada y no se parece en nada a aquella chica mimada que vivía con sus padres.
Mariano kiev