El Regreso De La Villana

Finalmente era el día en el que las dos nobles Señoritas se enfrentarían con sus habilidades de preparación. Serían "valoradas" con lo que habían realizado en dos días.

Las jóvenes Señoritas invitadas cono también las alfrintionas, yacian entre dos mansiones extravagantes, una al frente de la otra. Mansiones que mayormente se ocupaban para celebrar o hacer reuniones importantes.

Una la ocupaban para los caballeros mientras la otra la ocupaban para las damas. Mayormente las damas hacían una fiesta de té mientras esperaban a que sus maridos terminaran su importante reunión.

Inés ocupó la de las damas pues así lo sugirió ella por lo que a Anya no le tocó otra que tomar la que sobraba. Tuvieron unos pocos días para crear una fiesta de té digna para competir. Ambas redecoraron su lugar a sus gustos y preferencias.

La fiesta de té iba a tomar lugar a las 8:00am de la mañana. Un día sábado para no retrasar a las alumnas de sus primordiales estudios.

Ambas estaban allí, de pie en frente de su casa de té. Sus miradas se cruzaron y a pesar de que Anya no la fulminaba con la mirada, Inés si. Los dos lados estaban ardiendo en competencia y con decisión a ganar.

—Buenos días, Señorita Barnes.—

Saludó la hermosa joven de cabellos plateados sonriendo calmadamente y extrañamente amable o así lo aparentaba.

—Buenos días, Señorita Vertron.— Respondió su saludo fingiendo amabilidad.

La joven rubia sonreía forzadamente y haciendo lo posible por no mostrar su expresión de enojo hacia Anya.

Las dos grandes mansiones estaban cubiertas por una manta color blanca. Ocultando el tesoro que se encontraba adentro de ella por lo que nadie veía como lo habían decorado.

—Buenos días, Señorita Vertron. Estoy ansiosa por asistir a su fiesta de té.—

Dijo Elena notoriamente ansiosa. Rebeca solo rió por lo bajo y después saludó a Anya.

—Buenos días a todas. En este momento empezaremos. Ya que yo fui la que empezó el desafío, le daré el honor a la señorita Vertron a que empiece primero.—

Exclamó Inés haciendo que todas las señoritas miraran a la joven de cabellos plateados grisáceos.

—Muchas gracias por el honor que me ha concedido, pero insisto. Sea usted la primera en empezar, ya que en un principio fue su deseo.—

Dijo sonriendo amablemente la joven Villana, como así mismo, Inés le sonrió de vuelta.

—Esta bien, (suspirando rendida) seré yo la que inicié.—

Respondió la joven rubia dándose la vuelta y haciendo señas a sus sirvientes que rápidamente descendieron con un globo aerostático para quitar la manta que cubría la mansión.

La manta subió rápidamente por el aire, revelando una hermosa mansión como un castillo dorado que resplandecía y llamaba toda la atención por su majestuosidad.

Y eso no fue todo el espectáculo, después unos globos aerostáticos volaron por arriba de la mansión, esparciendo un montón de pétalos rojos por el cielo cayendo como lluvia; lentamente y hermosamente.

Todos quedaron deslumbrados y cautivados por tal belleza. Hasta la joven de cabello plateados se sorprendió por un breve momento haciendo sonreír creidamente a Inés.

La joven Villana sonríe y se voltea alejándose de la multitud de señoritas asombradas por lo que veían.

—Señorita Anya.— Llamó Elena preocupada por Anya al observar que se alejó de ellas y caminaba hacia la Mansión que le correspondía.

—Disfruten de la fiesta de té de la Señorita Inés, solo espero que dejen espacio para más comida después.— Pidió la joven de ojos grises para que no se preocuparan sin voltear y siguió caminando.

Elena la miro preocupada y simplemente dijo: —No se preocupe, no voy a comer nada de allí-

Anya y Rebeca solo rieron por la respuesta de la joven Elena.

Rebeca llevó a Elena del brazo y se adentraron a las grandes y hermosas puertas de la Mansión, no, castillo.

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...PUNTO DE VISTA DE MADAN RUBBIE...

Aquí estoy de pie justo a unos pasos de la Señorita Barnes y la Señorita Vertron. Siendo la juez quien juzgará e identificara a la ganadora de esta absurda competencia.

Al ver a la señorita Barnes, veo una señorita refinada y al mismo tiempo orgullosa. Se puede decir que tiene buenos modales pero cuando su orgullo está en peligro, la personalidad cambia drasticamente como también sus modales.

A diferencia de la señorita Barnes, la señorita Vertron es una señorita reservada. Puedo decir que es un total misterio lo que guarda en sus ojos y además de reservada, es muy educada y un ejemplar para las demás señoritas de su edad.

Pero ¿Tenían que llamarme a mí en especial? Sí, ya sé que soy reconocida por mis fiestas de té pero podrían llamar a otra persona que les ayudara.

Bueno, de todas maneras ya estoy aquí. ¡¿Qué se puede hacer?! ahora solo tendré que disfrutar y elegir lo antes posible para poder irme.

Las dos mansiones están ocultas. No puedo ver nada de lo que hay adentro, pero misteriosamente la mansión de las damas se ha vuelto un poco más alta que antes. O tal vez es solo imaginación mía.

¡Pero que sorpresa!, hay globos aerostáticos participando aquí. Eso sí que no lo había previsto, pero tenía que haberlo imaginado pues sería difícil quitar esa gran manta que cubre las mansiones.

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¡Que hermoso! Es extravagante para mi gusto, sin embargo, nunca en mi vida había visto tal belleza. Me recuerda al castillo de su majestad solo que este es aún más hermoso si se puede decir así.

A la mansión le han agregado torres de castillos, haciendo un parecido a un castillo. El color es extremadamente llamativo a mis ojos, es como si estuviera hecho de oro puro. Los adornos florales en las puertas, ¡le quedó magnífico! No son flores reales, pero ¡Que hermosura!

¡Y hay más sorpresas! la señorita Britney se a lucido con los pétalos de rosa. Se ve ¡bellísimo!, es como si estuviera en un cuento de hadas.

Bueno es hora de entrar a la Mansión de la señorita Britney. Ahora tendré que analizar lo que importa en realidad.

Entré por las puertas y mis ojos se cegaron por un instante. El brillo que transmitió fue suficiente para cerrar mis ojos por un momento.

El bullicio se empezó a escuchar por todas partes, las señoritas hacían un escándalo con sus opiniones. Y yo, me quedé atónita por lo que mis ojos veían...