Astrid Steel, hija del temible mafioso Magnus puso sus ojos en Aiden Harris desde la adolescencia, quien fue enviado al extranjero prometiendo volver cuando ella fuera mayor, pero al volver ya había olvidado su promesa, creando en ella un profundo dolor, pero no esperaba que la joven fuera desafiante, creando una fortaleza en ella, la lucha por volverla a tenerla se convirtió en un desafío contra el amor que ambos sentían.
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Planes en contra
Magnus y su familia estaban presentes, y no perdieron detalle de las palabras de Elena, Astrid se sintió abrumada por el llanto de la mujer, no tenía mucho tiempo de haber intercambiado palabras, era confusa la situación, pero ver que el ministro se derrumbaba de dolor por la pérdida de su esposa, parecía realmente triste, pero Magnus algo no le convencía, la prensa hacía referencia al dolor por el fallecimiento de la madre y esposa como tema principal.
Sonia se acercó a darle el pésame a la chica que sin dudar se prendió a sus brazos, era quien resentía realmente su pérdida, pero la llegada del novio de la joven para acompañarla fue la gota que derramó el vaso, el ministro se dejó ir en su contra tratándolo de indeseado y una ofensa para su desgracia, Elena se enfrentó a su padre mientras que el publicó tenía una mirada de incredulidad, el ministro logró reaccionar no le convenía un escándalo, suspiró mirando hacia su hija, pero ella estaba exhorta por su sentir y la presencia del hombre que de verdad amaba.
Conozco al chico, exclamó Sonia mirando la interacción que tenía con la hija del ministro, pero Aiden aclaró,— ¡Es un farmacéutico! Qué el ministro desprecia para Elena por no tener un estatus destacable, pero es a quien ella a elegido,— Si ya recordé, el laboratorio que me proporciona los agace, me lo ha recomendado como un laboratorista de investigación, necesito contactarlo.
—¡Después que esto pase! — Tendrás oportunidad no es conveniente hoy mismo, le dijo su nieta mirando al atractivo hombre,— ¿Podemos hablar en privado?— Le dijo el mafioso cerca al oído,— Algo que el ministro percibió de mal gusto, pero tuvo que disimular, no era el momento ni el lugar, tenía que hablar con sus apoyos, y convencerlos de acelerar el pedimento de matrimonio, el mafioso se veía muy interesado por ella.
Cuando el cementerio quedó vacío, en una zona tranquila y retirada del bullicio, Aiden y Astrid se reunieron,— ¿Que era eso tan importante que querías hablar conmigo?— Preguntó llenándose las fosas nasales del aroma exquisito qué desprendía el hombre frente a ella, Aiden la atrajo hacia el, sujetándola de la cintura, besándola sin previo aviso, un beso exigente, cuando se separó de ella,— sus ojos se clavaron en los de ella.
—¡¿Porque sigues con el tema de la boda!? Preguntó acariciando su rostro,— Te diré lo mismo que le dije a mí padre, — Necesito que confíen en mí,—¡Confiaza!— Es todo lo que les pido y que no me dejen sola, le dijo poniéndose de puntillas para tratar de besarlo, el le dedicó una sonrisa agachándose para que ella pudiera hacerlo.
—¡No puedo hacerme a la idea!— Puede ser peligroso,— Se que eres autosuficiente para defenderte pero no debes subestimar al adversario sabiendo que esa propuesta encierra más que eso, — Lo he pensado pero solo así podríamos dar con el Camaleón con un descuido que tenga, Espero no te equivoques!— ¡Pero te pido no me alejes porque voy a estar más cerca de lo que imagines.
Con un suspiro asintió, volviéndose a besar antes de despedirse, pero alguien los veía de lejos escondido tras una arboleda, el ministro los había seguido sin llamar la atención, cuando se alejaron, hizo una llamada,— ¿Que quieres ahora ministro? Preguntó sin paciencia,— Tienes que acelerar el tiempo, la chica está interesada en el mafioso que ya te pateo el culo,— Esa nena será mía antes de lo que imaginen, le contestó para después colgar la llamada.
El Brasileño tenía una sonrisa, había investigado todo sobre la joven, incluso cuando viajaría, ya que Astrid como científica, tenía que viajar en unos días hasta África por la ciencia que necesitaba para hacer su tesis doctoral, pero su padre su madre y hermano irían con ella.
CASA MINISTERIAL
Mientras tanto Adolfo el ministro daba órdenes para que le dieran un escarmiento al farmacéutico que se decía era novio de Elena, si con el escarmiento lo mataban no le importaba, no lo quería ver cerca de su hija, fueron las órdenes que él hombre sin remordimiento les dió.
Mientras tanto Aiden le mandó un mensaje a Elena pidiéndole verla, tenía un asunto que tratar con ella, pero que Roger estuviera presente pues Sonia le había pedido de favor que le propusiera trabajar en su laboratorio, ella no sabía cómo contactarlo sin llamar la atención del ministro, Elena le respondió que estarían esperando por el cerca de la farmacia donde Roger trabaja.
Pero cuando Aiden llegó había tres hombres sospechosos cerca de ellos, y Elena se veía muy nerviosa, Aiden se acercó como si nada, eso hizo que Elena se sintiera más relajada, los hombres, se lanzaron hacer su encomienda,— Vete de aquí bonito,— le dijo uno atravesándose entre Aiden y los jóvenes,—¿Porque tengo que hacerlo? ¡He venido hablar con mis amigos!—¡Te dije que te fueras! Antes que te desfigure tu bonita carita.
Aiden sonrió,— ¿Y quien va hacerlo? Le contestó sin dejar de reír,— Los tres, ¿Te parecen pocos? Le dijo el sujeto riendo mirando a sus compañeros,— De hecho si, les contesto con burla, eso hizo que el primero se le dejara ir enojado queriéndole golpear en el rostrostro, pero Aiden se movió empujándolo eso hizo que se fuera de bruces, se levantó maldiciendolo, los otros dos quedaron viéndose para enseguida tirarle un golpe pero el mafioso lo recibió con una patada directamente en su abdomen, mientras el tipo se reponía uno se le dejó ir a patadas con velocidad pero Aiden era hábil de tres patadas lo dejó en el suelo.
Los tipos se dieron cuenta que no era cualquier hombre, por lo que decidieron parar he irse, no iban a poder con el.
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