La tercera generación Vannecelli ha heredado de sus padres un legado de caos y destrucción. Estos jóvenes, acostumbrados al lujo y a las mejores instituciones educativas del país, se verán forzados a asistir a una escuela pública como parte de un castigo. Allí, enfrentarán las diferencias sociales y descubrirán realidades inquietantes en su nuevo entorno. ¿Serán capaces de sobrellevar las adversidades que les aguardan y demostrar por qué han sido apodados demonios? Te invito a explorar esta intrigante historia juntos.
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Capítulo 19 La odiosa estrella 2/2
**Lian Vannecelli**
-Al día siguiente, ya estábamos en la casa V, donde la música, la comida y las bebidas estaban preparadas. Antes de que Kai saliera a buscar a Luker, le sugerí que hablara con él sobre la posibilidad de que trajera a Estrella. Transcurridos unos minutos, observamos cómo dos automóviles llegan. De ellos descienden Kai, acompañado de Flor y una niña pequeña. Posteriormente, se baja Luker junto a su hermana odiosa;la miro de abajo hacia arriba y le sonrío de lado. Ellos se acercan y nos saludan con alegría, mientras Estrella, asombrada, mira a su alrededor y comenta- ¡Qué casa tan hermosa! ¿Quién vive aquí?
-A lo que yo respondo-Nosotros. En realidad, esta casa es un espacio para relajarnos.
-Ella observa con asombro y luego sonríe. Todos nos dirigimos hacia la piscina, donde comenzamos a bañarnos. Las chicas se colocan sus trajes de baño y todas se ven muy bien con ellos. Sin embargo, Estrella destaca aún más y ella lo sabe. Me lanza una mirada y sonríe. Se dirige a las demás chicas y les dice algo, luego se encamina hacia el interior de la casa. Mientras converso con los chicos, me disculpo por un momento, manifestando que iré a buscar algo de beber. Camino hacia el interior y la observo subir las escaleras hasta llegar a mi habitación. La sigo, abro la puerta y la encuentro de espaldas. Le pregunto-¿Qué estás haciendo?.
-Ella se sobresalta y esconde algo detrás de ella. Al notar mi presencia, arquea una ceja y responde-Me asustaste, no estaba haciendo nada, ya me voy.
-Me acerco a ella y percibo su evidente nerviosismo. Le pregunto- ¿Qué es lo que escondes detrás de ti?
-Intento quitarle lo que tiene detrás, pero ella se resiste. En ese momento, me doy cuenta de que tiene una de mis camisas. Ella se sonroja y, con algo de nerviosismo, me dice-Solo buscaba un baño. Tu camisa estaba en el suelo, fui a recogerla, no la estaba robando, ¿entendido?.
-Ella intenta salir, pero la sujeto del brazo y le digo-¿Qué hacías con mi camisa? No me mientas, la camisa estaba doblada en la cama, no había forma de que se cayera.
-Ella guarda silencio, y me pregunto si acaso olió mi camisa. Sonrío y la tomo por la cadera, mientras la observo con atención. Ella dice- He compartido contigo lo que sucedió, así que si decides no creerme, es algo que te incumbe. No te sientas superior.
-Ajusto un poco más su cadera y le digo- ¿Acaso piensas que no me he dado cuenta de cómo me miras estos meses? La nerviosidad que te invade cuando estás a mi lado y cómo siempre buscas una razón para estar cerca de mí. Sé que te gusto, Estrella, a pesar de que pretendas que me odias.
-Puedo ver su sorpresa, pero permanece en silencio, como si estuviera desarmada. Ella me responde-Te lo estás imaginando, no me gustas en absoluto, eres demasiado engreído.
-Conecté con su mirada, notando la forma en que se humedecían sus labios y percibiendo su respiración más acelerada. Me acerqué a sus labios y ella me correspondió. Una cosa es lo que expresa su boca y otra lo que transmiten sus labios y su cuerpo. Nuestros besos se volvieron más intensos; la tomé suavemente del cabello y la atraje hacia mí, besándola con determinación mientras ella correspondía a mi impulso. Tras unos segundos, nos separamos por falta de aire. Nuestras miradas se cruzan cargadas de emoción, y me acerco nuevamente para besar esos labios finos y rosados que tienen el dulce sabor de la miel. La recuesto suavemente en la cama, donde continúo besándola. Mi lengua explora cada rincón de su boca, mientras mis besos descienden por su cuello. Escucho sus suaves gemidos y me detengo a admirarla; sus ojos, ampliamente dilatados, sus labios ligeramente hinchados y sus mejillas sonrojadas la hacen lucir extraordinariamente hermosa. Acaricio sus labios con mis dedos y luego bajo delicadamente por su pecho, disfrutando de la suavidad de su piel. No puedo resistir la tentación de volver a besarla mientras ella acaricia mi espalda; en este momento la deseo intensamente. Sin embargo, de repente escuchamos unos golpes en la puerta. Al mirar hacia allí, rápidamente le tapo la boca. Escuchamos la voz de Kira que pregunta- ¿lian, estás aquí?
-Ella retira mi mano de su boca y susurra-Debo esconderme, no puede verme aquí.
-Yo arqueo una ceja y le respondo-No, me esconderé yo; eso es lo que hacen los hombres.
-Ella levanta una ceja y, con un gesto, dice-¡Pero este es tu cuarto!
-Le contesto-Es cierto, así que escóndete en el baño.
- Ella se levanta y, al verla caminar hacia el baño, la tomo de la mano, la beso nuevamente y le digo- Estrella, no puedes dejarme así. Debemos terminar lo que comenzamos.
- Ella sonríe y responde-Quizás lo hagamos.
-Ella se esconde en el baño. Yo abro la puerta y veo a Kira, quien me pregunta-¿Por qué te demoraste en abrir la puerta? No encuentro a Estrella.
-Le respondo-Estaba ocupado. Estrella... No, no la he visto. Debe estar en la piscina o en alguna habitación. Vamos a buscarla.
-Cierro la puerta detrás de nosotros, llevando a Kira conmigo, disfrutando de los labios de esa chica de cabello negro que besa exquisitamente y a quien deseo tener en mi cama. -
quien rie último ríe mejor ....
bueno ke pasará cuando sus padres se enteren