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“Historias De Caballeros Móviles: El Vuelo De Antonieta”

“Historias De Caballeros Móviles: El Vuelo De Antonieta”

Status: En proceso
Genre:Autosuperación / Reencarnación / Villana / Duque
Popularitas:689
Nilai: 5
nombre de autor: Aramisss

Antonieta, una joven noble de catorce años, vive atrapada entre las estrictas reglas de la alta sociedad y su pasión secreta: volar en un caballero móvil. Mientras se prepara para cumplir con su rol como dama y conocer a su prometido, entrena en secreto para dominar la tecnología que le permitirá surcar los cielos. Pero no todos están dispuestos a aceptar su sueño, y Antonieta deberá decidir si seguir las normas o romperlas para volar libre.

NovelToon tiene autorización de Aramisss para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 17: Bienvenida a Helior, Antonieta.ll

[Interior – Pasillo de dormitorios – Atardecer]

Narrador:

Minerva y Lemon caminaban por el corredor, cada una cargando una pequeña caja con sus pertenencias. Acababan de ordenar su habitación cuando escucharon gritos provenientes del otro extremo del pasillo. Una voz, inconfundible, resonó con furia.

Antonieta (a lo lejos, gritando):

—¡SUÉLTENME, ANIMALES DE CAMPOOOO!

Minerva se detuvo en seco. Varios alumnos de tercer año pasaban corriendo, cargando a Antonieta atada con cinta mágica fluorescente. Ella pataleaba como una fiera mientras los mayores reían con crueldad.

Minerva (frunciendo el ceño):

—¿¡Qué demonios es eso!? ¡Tenemos que hacer algo!

Lemon (sin alterarse, suspirando):

—No. Es una tradición helioriana. Se llama “la prueba de la bienvenida”. O como le dicen... la novatada.

Minerva (molesta):

—¿¡Eso te parece normal!? ¡Están secuestrando estudiantes!

Lemon (encogiéndose de hombros):

—Yo también pasé por eso. Forma carácter. Además... Minerva...

Minerva ya avanzaba, decidida a intervenir. Justo entonces, Richard salió de su dormitorio con una cuerda en las manos. Se detuvo al ver la escena.

Richard:

—¿A dónde vas tan rápido, Minerva?

Minerva (deteniéndose):

—¡A impedir esto! ¡A Antonieta se la están llevando—!

Se interrumpió al ver cómo Lemon sacaba otra cuerda de su grimorio.

Esta se desenrolló sola al tocar el suelo.

Lemon (mirando a Richard):

—¿Tú vas por los tobillos o los hombros?

Richard (pensativo):

—Depende… ¿Cuánto crees que pese Minerva?

Minerva (retrocediendo, confundida):

—¿Q-Qué están haciendo? ¿¡Cuándo se pusieron de acuerdo!?

Lemon (riendo con malicia):

—No lo hicimos, pero somos pilotos. Además… dijiste que querías ayudar, ¿no? Pues bienvenida a la tradición.

Ambos avanzaron lentamente, como si acecharan a una presa.

Minerva (levantando su grimorio como escudo):

—¡Ni se les ocurra!

Richard:

—Tarde.

[Interior – Depósito abandonado – Tarde]

Narrador:

Antonieta se retorcía furiosa. Había tenido que ser amordazada tras insultar a medio pasillo. Como ella, varios estudiantes de primer año estaban siendo llevados por los veteranos hacia un enorme depósito lleno de caballeros móviles viejos y oxidados.

Alrededor de ellos, un círculo de estudiantes los esperaba con emoción. Gritos, burlas y vítores llenaban el aire. Antonieta fue arrojada al centro. Al alzar la vista, distinguió a alguien inconfundible: mirada filosa, ojos negros, cabello largo del mismo tono. Era Rosaria Talía de Vosk, una de las protagonistas de Suit Armor Clayva.

Ambas cruzaron miradas.

Rosaria parecía molesta por verla; Antonieta, en cambio, solo sentía admiración. Pero el momento fue interrumpido por el sonido de una campana. Un joven de traje ajustado tomó un micrófono conectado a un amplificador mágico.

Ryan (con una sonrisa):

—¡Bienvenidos a Helior! Yo soy su anfitrión Ryan, y saluden a las pequeñas promesas… bueno, las que logren pasar. Pero hey, ¡al menos vivirán parte de la experiencia!

(Pausa incómoda. Nadie ríe. Ryan fuerza una sonrisa.)

—En fin. ¡Hora de iniciar la novatada de este año! Sé que muchos están afectados por lo ocurrido en Lethermont, pero…

(Se detiene. Breve silencio.)

—…tenemos que seguir. Un poco de convivencia sana nunca viene mal. Ahora… pasemos al evento principal.

(Aplausos entre los alumnos, menos entre los novatos.)

—Es sencillo: los subiremos a estos viejos caballeros móviles. Tendrán que escapar del Destructor de Novatos.

(Se ajusta el cuello del traje.)

—Antes solo los tirábamos al lago desnudos… ahora somos más diplomáticos.

(Se oyen risas. Rosaria rueda los ojos.)

—Si sobreviven, pueden irse. Si no, bueno… el agua está fría esta noche.

Narrador:

Ryan cedió el paso a Rosaria, quien chasqueó los dedos. El círculo estalló en gritos mientras los novatos eran llevados a los caballeros.

Ryan (burlón):

—¡Un aplauso para nuestros voluntaria... mente obligados participantes!

[Interior – Cabina de Caballero Móvil – Atardecer]

Narrador:

Antonieta fue lanzada dentro de una cabina destartalada. El asiento estaba hecho trizas, con resortes sobresaliendo. Mientras aún estaba amarrada, uno de los veteranos le colocó un casco.

Al instante, Antonieta dejó de moverse. Su respiración se hizo lenta.

Alumno 1 (sorprendido):

—Increíble. ¡Esta sabe que va a iniciar un enlace neuronal!

Alumno 2 (desatándola):

—Yo seguía gritando cuando fue mi primer enlace...

Alumno 3 (revisando una tablilla mágica):

—Todo listo. No hay contraindicación.

Antonieta (furiosa):

—Me aseguraré de que paguen por esto…

Alumno 1 (burlón):

—Qué miedo. Por cierto, princesa: el enlace inicia en diez segundos

.Narrador:

Antonieta no respondió. Recordó lo que Alan le había dicho:

"Todos sienten el dolor de forma distinta. Un corte puede dolerte poco, pero para otros es como morir. Lo mismo con un enlace. No te levantes bruscamente."

El enlace comenzó. Antonieta jadeó… luego se rió. No de forma normal, sino como una psicópata. Unas carcajadas tan espeluznantes que pusieron nerviosos a algunos de los presentes.

Ryan (incómodo):

—Antes eran dulces gritos de dolor… ahora parece que perdió el juicio.

Rosaria (seca):

—No creo. Es solo una niña. Apenas está dando su primer paso.

Narrador:

El enlace terminó. Antonieta se puso de pie dentro del caballero móvil. Miró alrededor: solo veinte seguían en pie. El resto yacía en el suelo o era retirado inconsciente.

Antonieta (susurrando):

—Alan tenía razón… no todos soportan su primera conexión.

Ryan (tomando el micrófono):

—Correcto, quien sea que esté ahí… no todos lo logran.

Antonieta:

—Mi altavoz está encendido.

Ryan (interrumpiéndola):

—¡Y todos te escuchamos!

De pronto, otro caballero móvil se alzó.

Aspirante (furioso):

—¡Morirán por esto! ¡Mi padre los expulsará, malditos!

Ryan (con sorna):

—Uy, qué miedo…

El caballero intentó avanzar… pero una explosión en sus piernas lo derribó.

Ryan (riendo):

—Les presento al Destructor de Novatos. No lo ven, pero está ahí. Su objetivo: llegar al muro este… o ser los últimos en pie.

(Pausa. Sonríe.)

—Tienen diez segundos. ¡Corran!

[Interior – Dormitorios – Tarde]

Narrador:

Richard y Lemon estaban sentados en uno de los balcones del edificio. Valeria les servía té. Ambos reían como aristócratas en una fiesta, mientras Minerva y Alison los observaban. Esta última los filmaba con la mirada fulminante.

Lemon (sacando binoculares de su grimorio):

—¿Cómo crees que le esté yendo a tu hermana?

Richard (tomando té):

—Lo suficientemente bien. Aún no escucho disparos…

En ese momento se oyó un estruendo. Lemon buscó con sus binoculares y vio un caballero móvil en el suelo, mientras otros comenzaban a correr.

Lemon:

—Cayó el primero.

Valeria:

—Es... ah, ¿cómo se llamaba? Antonieta.

Se oyó a Alison intentando decir algo, pero una tela atada a su boca se lo impedía.

Richard (burlón):

—Habla más fuerte, primita. No te escucho.

Acto seguido, desató la boca de ambas.

Alison (furiosa):

—¡Escúchame bien, pedazo de animal! Si alguno de esos bastardos toca a Antonieta, ¡te juro que te castro!

Minerva:

—¡Lo que ella dijo!

Richard:

—Oh, vamos, señoritas. No se enojen tanto.

Alison:

—¡Juro que te compraré el segundo volumen, Richard!

Richard:

—¿De qué?

Alison:

—Cretino de...Richard volvió a amordazarla.

Alison gruñía, mientras Minerva intentaba convencer a Lemon de que la soltara.

Otra explosión sonó.

Lemon trató de ver quién fue, pero Richard tuvo un mal presentimiento.

Algo vibró en su saco.

Richard (con voz seria):

—Lemon, ¿puedes ver que no se escapen? Debo atender una llamada.

Lemon asintió. Richard entró al edificio, caminó unos pasos y sacó una esfera rosa.

Voz misteriosa:

—Richard, necesito verte en el pasillo este. Lleva un arma.

Richard echó a correr y, mientras lo hacía, sacó de su saco un revolver.

[Interior – Depósito abandonado – Noche]

Narrador:

Un viejo caballero móvil, de color desgastado, trota torpemente entre los árboles. Sus articulaciones crujen como huesos viejos y emite humo por el motor dorsal. En su interior, Antonieta forcejea con los mandos, respirando con dificultad.

Antonieta (jadeando):

—¡Vamos, chatarra maldita! ¡Muévete! ¡Solo necesito llegar al muro este!

El caballero móvil tropieza y se tambalea. Es la cuarta vez que le ocurre. Frustrada, Antonieta grita mientras a lo lejos se escuchan disparos mágicos.

Ryan (por el parlante mágico):

—Y con eso caen tres de los últimos cinco supervivientes.

Antonieta logra estabilizar su unidad justo cuando otro caballero móvil aparece en su campo de visión. Este carga directamente contra ella. Antonieta esquiva por poco el impacto.

Antonieta:

—¿¡Qué estás haciendo!?

Alumno (desde su cabina):

—Solo quedamos dos. Si te derribo, termino esta estupidez.

Antonieta:

—¡Mira, solo debemos llegar al muro este! Si eso pasa...

No la dejó terminar. Su oponente la golpeó con fuerza, haciendo tambalear su unidad.

Antonieta (molesta):

—Si así quieres resolverlo... ¡adelante!

Antonieta cargó con su unidad, pero su oponente bloqueó el ataque fácilmente. En un solo movimiento, logró arrancar el brazo derecho del caballero de Antonieta. Las piezas cayeron al suelo en chispas.

Narrador:

Antonieta gritó. El sistema de enlace neuronal le permitía sentir los daños como si fueran suyos.

Alumno (sonriendo con crueldad):

—¿Acaso no te entrenaron para no sentir dolor?

El enemigo continuó golpeándola. Ella intentó responder, pero fue detenida rápidamente. Logró conectar un golpe, pero comprendió de inmediato que su oponente lo permitió: en represalia, le arrancó el otro brazo.

Antonieta (gritando de dolor):

—¡¡AAAHH!!

Alumno:

—Esto es todo.

De una patada, el caballero de Antonieta cayó al suelo. Su pierna fue arrancada, y la muchacha comenzó a llorar. No podía mover nada, y el dolor era tan real como si su cuerpo hubiera sido despedazado.

Su oponente levantó un brazo, listo para rematarla... cuando fue impactado por un proyectil mágico directo al torso.

Ryan (por el parlante):

—¡Y ahí lo tienen! ¡Aplaudan a la ganadora, aunque fue con algo de suerte... la piloto del Rusty número 3!

Narrador:

Antonieta lloraba. El dolor persistía. Sabía que no eran sus extremidades reales, pero eso no lo hacía más llevadero. Se sentía como si le hubieran desgarrado la carne.

Ryan:

—No temas, chica. Habrán más partes que perderás.

Antonieta (desde el altavoz, furiosa):

—¡¡Púdrete!!

[Lago de Helior – Noche]

Narrador:

Minutos después, los alumnos de grados superiores cumplieron con su última tradición: todos los novatos fueron lanzados desnudos al lago, excepto Antonieta, quien seguía vestida.

Ryan:

—Por ser la ganadora, te permitimos conservar tu ropa... y tu dignidad.

Antonieta:

—¿Por qué no mejor me ch—

Antes de terminar, Rosaria la levantó en silencio y la arrojó al lago.

Ryan (decepcionado):

—¡Oh, vamos! Quería escuchar qué iba a decir.

Rosaria:

—No importa. Hora de irnos. Y ustedes, novatos... ¡espero que se diviertan nadando!

Narrador:

Los alumnos veteranos se marcharon. En el lago, los novatos —entre ellos Antonieta— nadaban lentamente hacia la orilla, tiritando bajo la luna de Helior.

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Maria Teresa Villarreal Rodriguez
Me ha gustado mucho tiene mucha imaginación. Lo que no me agrado es que esta en pendiente. Es como un cómic para niño pero muy interesante felicidades espero que sigas tu trabajo adelante no metas muchos personajes se pierde uno con muchos.
Maria Teresa Villarreal Rodriguez
pensé que eran aviones, grande imaginación
nombre re: Gracias por el comentario
total 1 replies
nombre re
Rumores en que historias no existen /Smile/
Himura Kenshin
Quiero compartirlo
nombre re: Adelante
total 1 replies
tao shin
Tu estilo es impresionante.
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