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MI PEQUEÑA ESPOSA༆

MI PEQUEÑA ESPOSA༆

Status: Terminada
Genre:Romance / CEO / Matrimonio contratado / Matrimonio arreglado / Diferencia de edad / Casada con el millonario / Completas
Popularitas:4.8M
Nilai: 4.6
nombre de autor: Beatriz. MY

Mi nombre es Isabel del Castillo y, a la edad de dieciocho años, mi vida experimentó un cambio radical. Me vi obligada a contraer matrimonio con Alejandro Williams , un hombre enigmático y de gran poder, lo que me llevó a quedar atrapada en una relación desprovista de amor, llena de secretos y sombras. Alejandro, quien quedó paralítico debido a un accidente automovilístico, es reconocido por su frialdad y su aguda inteligencia. Sin embargo, tras esa fachada aparentemente impenetrable, descubrí a un hombre que lucha con sus propios demonios.

NovelToon tiene autorización de Beatriz. MY para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Demasiado tarde

           ༺Narra : Alejandro༻

Cuando mamá y papá regresaron a casa acompañados de Frederick, me desplacé hacia ellos en mi silla de ruedas. La curiosidad me invadía, así que les pregunté con calma, tratando de mantener un tono neutral para no mostrar la preocupación que sentía.

—¿Qué les dijeron? —inquirí, mirándolos atentamente.

Mamá fue la primera en hablar, su expresión reflejaba una mezcla de alivio y seriedad.

—El médico nos informó que no es nada grave —comenzó, asegurándose de que cada palabra que pronunciaba fuese clara y comprensible—. Solo necesita guardar reposo. Debido al accidente, tiene varios moretones y una fractura en el brazo, pero poco a poco se irá recuperando. Lo más recomendable es que se mantenga en reposo —repitió, como si quisiera que comprendiera la importancia de seguir esas indicaciones al pie de la letra.

Observé cómo su preocupación se transformaba en seguridad, y sentí una leve sensación de alivio, aunque era consciente de que el proceso de recuperación sería un camino que debían recorrer con paciencia.

Observé a Frederick, que se encontraba de pie a un lado, con una mueca de sufrimiento en su rostro.

—Seguramente llegaste manejando en estado de ebriedad, ¿no? ¿Por qué no te tomaste la molestia de pedir un taxi? —le solté, incapaz de contener la irritación que me invadía.

Frederick me sostuvo la mirada con firmeza, mirando directamente a mis ojos.

—No soy un niño. Sé cómo manejar mis propias decisiones —respondió, usando un tono que desafiaba a la confrontación.

—Desde luego, no eres un niño, pero tu comportamiento dice lo contrario —repliqué, manteniendo la calma y la compostura a pesar de la tensión que se respiraba entre nosotros.

Papá decidió intervenir antes de que la situación se volviera aún más tensa.

—Eso es suficiente, chicos —dijo con firmeza.

Mamá se acercó a Frederick, quien aún lucía alterado, y lo llevó suavemente hacia su habitación. Mientras tanto, papá y yo nos dirigimos a la sala de estar. Me acomodé en mi silla de ruedas, sintiéndome un poco más tranquila después de la intervención de papá, y él se sentó en el sofá frente a mí.

Poco después, mamá bajó las escaleras y se unió a papá en el sofá.

—Estoy contenta de que todo haya terminado bien —comentó mamá, mostrando una sonrisa aliviada.

—Así es —respondió papá con un tono serio pero relajado—. Bueno, ya es hora de descansar. Todos hemos tenido un día realmente agotador hoy.

La atmósfera en la sala se llenó de un silencio relajante, como si el peso de la tensión finalmente comenzara a desvanecerse.

Tras ese momento, los tres nos retiramos para descansar. La noche transcurrió de manera apacible, sin interrupciones ni incidentes. Al amanecer, me encontré en la oficina, sumido en diversas tareas relacionadas con la empresa. Oliver se encontraba a mi lado, concentrado en su iPad, revisando información y proporcionándome los datos que necesitaba para llevar a cabo mi trabajo. Su presencia era un apoyo valioso, ya que me mantenía al tanto de los detalles importantes.

          1:39 p.m 𓊈La visita𓊉

—¿Cómo van los preparativos para la boda? —le pregunté, manteniendo la mirada fija en la pantalla de la computadora, sin apartar la vista de mis tareas.

—Aún no hemos logrado encontrar un lugar que se adapte a los gustos de ella —me contestó Oliver, algo frustrado—. Ya le he pedido su opinión a la señorita Isabel, pero me dijo que elija el lugar que considere más adecuado.

—Lo comprendo —respondí, asintiendo con la cabeza mientras pensaba en la situación.

—Por cierto —continuó Oliver, cambiando de tema—, su madre ha solicitado que invite a cenar esta noche a la señorita Isabel. Desea conocer a su nuera antes de la boda.

Finalmente, aparté la mirada de la pantalla del computador y centré mi atención en él.

—¿De verdad mi mamá quiere conocerla? Bueno, está bien, organiza una cena para esta noche —dije, considerando la idea.

En ese instante, sonaron unos golpes en la puerta de la oficina, interrumpiéndome. Escuché la voz de la secretaria.

—Adelante —respondí, invitándola a entrar.

La secretaria entró con paso decidido y se acercó a mí, luciendo un poco preocupada.

—Señor, hay una señorita que pregunta por usted —inició, con un tono que indicaba que la situación era algo inusual—. Dice que no se irá hasta que la reciba.

—¿Y quién es exactamente? —pregunté, sintiéndome intrigado por la insistencia de la joven.

—Ella dice que su nombre es Giselle —me respondió, manteniendo la mirada fija en mí—. Comenta que desea hablar con usted.

Una mezcla de curiosidad y sorpresa me invadió al escuchar el nombre.

Suspiré, cuestionándome sobre lo que podría desear en este momento.

—Me pregunto qué es lo que desea —expresé en voz alta.

—No lo sé, señor, pero es evidente que no se marchará hasta que la reciba —respondió Oliver.

—Está bien, que la haga pasar —le indiqué a la secretaria con un tono firme y decidido.

Tras unos minutos de espera, la puerta de la oficina se abrió y Giselle hizo su entrada. Oliver, al verme, se levantó de su asiento y se acercó a la puerta.

—Los dejaré solos —comentó, con un gesto de comprensión, antes de salir y cerrar la puerta tras de sí.

Una vez a solas, dirigí mi mirada a Giselle, adoptando una expresión seria y directa.

—Ahora dime, ¿qué es lo que quieres? No tengo todo el tiempo del mundo, así que te pido que hables rápido.

Giselle se acercó a mí, rompiendo un poco la distancia que había entre nosotros. Tomó mi mano con suavidad, como si buscara establecer una conexión más cercana.

—¿De verdad estás decidido a casarte con mi hermana? ¿No has pensado que podríamos intentar reencontrarnos? Soy consciente de que cometí un error, pero todos en algún momento fallamos. ¿Acaso mi equivocación no puede ser perdonada?

La observé con una expresión fría y decidí apartar mi mano de la suya.

—Por favor, señorita Giselle, lo que compartimos tú y yo es parte del pasado. En este momento, estoy comprometido con su hermana. Le pido que respete esa decisión.

1
Landis Gutiérrez
pinche vieja irresponsable y el detective también un irresponsable como si no supiera los alcanses de su hijo
Lidia Edith Vera González
Que va les parece el regalo..un hospital!!🫢😂😂un regalo por su dedicación a la medicina ... que dedicación??si recién terminó de graduarse!!🫢
Tatiana Eljaiek
este capitulo fue como incongruente, lleno de una ficción demaciado exagerada, ese regreso después de 4 años tan distante y hasta absurdo, me. parece faltó algo
Lidia Edith Vera González
tampoco entiendo nada!!al irse de nuevo era terminar l,lo que le quedaba de la carrera... pero resulta que se fue a empezar una carrera de 7años y la termina en 4años ...no vino a la boda ni nacimiento de su sobrino..pucha que mal copiada está trama!!
SHEILA RUIZ
Disculpa mi querida escritora no se como bucar algunas novelas que le faltan episodios me podrías ayudar
SHEILA RUIZ
Hola, gracias por brindarme una bonita historia y sobre todo estuvo completa,
Susana Cermeño de Gaudier
excelente 😍
Lina Rosario
Me ha encantado el giro que h a tomado esta historia. Es de autoayuda para muchas personas que han pasado por situaciones similares y que desconocen su proceder
Carmen Villarroel
Bueno Será un milagro que sane al hermano
Carmen Villarroel
Y que paso con los vestidos de diamntes
Carmen Villarroel
Bueno autora de verdad que la imaginación es algo que nosotros disfrutamos tener, pero las incongruencia que hay en la novela son fantástica, por ejemplo yo no puedo admitir que haya un collar de 55 millones de dólares, segundo que se lance de un tercer piso y no fracture una pierna ni tengan aunque sea un esguince, o tenga un rasguño, soy fanática de leer y ver películas pero por favor cuando escriban por lo menos basense en la realidad.
Esther Miranda
Espero cuatro años x ella , cada quien en países diferentes, lo siento pero eso no es amor, y se supone q es millonario y no pudo hacer nada x ella, su amor no es válido es muy triste y sin ganas, lo siento adiós me dejo mal el final
Esther Miranda
Ni siquiera han tratado de estar juntos se conforman con besos y abrazos
Esther Miranda
Siento q el amor entre ellos no se siente apabullante, más bien es algo frío y sin matices, ojalá se sintiera un poco más fuerte y con ganas
Esther Miranda
Pinche vieja, q tenia q hacer ahí, q pensó q solo viéndola lo hilan a dejar, no entiende todavía q su hijo está loco, q cerrada señora, al ir a interrumpir lo q se hacía, q bruta
Monica Cobos
Está historia ya la leí gracias a la autora 👏👏👏 Felicitaciones 🍀🙋🇦🇷🇦🇷
Nadith Quintana
excelente me encantó felicitaciones para la próxima me gustaría un poca más de picante de erotismo en la intimidad
Violeta Martinez
historia muy bella me encanto alejandro e isabel .felicidades muy recomendable. enhorabuena
Maria Cortes
Muy buena historia espero pronto escriba otro /Kiss//Heart/ me encantó /Pray/ muchas felicidades
Anonymous
Que novela mas embustera y cansona
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