Mi Pecado

Llegaron a la casa y Joseph primero abrio la puerta bajando después a Daniela cargada, la llevó hacia el sofá donde la dejó sentada, bajó todas las cosas de la camioneta y la cerro, entro a la casa y Daniela no salia de su asombro.

Daniela: "¿De donde salio todo esto Joseph?.

Joseph: "Es nuevo no lo uso nadie, ahora pongo las sabanas y cobertor para que descances, mira tambien hay una silla de ruedas, la deje con sus empaques para que veas que es nueva, yo trabaje cortando césped todas las vacaciones pero no me alcansaba, me ayudo a comprarlo tu papá, era para mi mamá cuando estaba ella en el hospital pero mi mamá nunca mas regreso y al tiempo se murió también Don Ernesto, al colchon le saque ayer el empaque recién, es para que estes cerca mio y ese roperito es para tu ropa, ya baje algunas, déjame tiendo la cama y te dejo un ratito para ir a abrir el Minimarket ya deben estar por traer la mercadería de la granja y la importadora".

Joseph tendió la cama y cargo a Daniela echándola, saco todo el embalaje de aquella nueva silla de ruedas y fue a abrir el Minimarket, no tardaron en llegar con el pedido que hizo y él lo puso todo en su lugar, entro a ver a Daniela y ella dormía, el salió al Minimarket hizo el característico café, recibió el pedido de la importadora y los clientes habituales comenzaron a venir como cada día, en un momento que no hubo clientes, volvió a entrar a ver a Daniela y ella le pidió que la llevara al baño, él la ayudo con las bragas y el pijama, la llevó cargada, el baño quedaba muy cerca de su cama.

La regreso a la cama y la vistió bien, regreso al Minimarket y puso un letrero de cerrado, él entró a hacer un estofado de pollo y arroz graneado.

Daniela: "Huele rico, no sabía que cocinabas".

Joseph: "Hay muchas cosas que no sabes de mí, quieres que te siente un rato en la silla de ruedas y que estés más cerca de mí".

Daniela: "Si, pero también quiero gelatina que tal si traes y hacemos gelatina para comer en la noche, por cierto ¿me quedaré sola en la noche?".

Joseph: "No te quedarás sola, me quedaré contigo, pero no en la misma cama, por eso, traje este sofá pequeño, se hace cama".

Daniela: "No es que le tema a una casa a oscuras y sola, pero nunca me quede sola en las noches, Alicia a veces llegaba de madrugada, pero llegaba, mejor no recuerdo eso verdad".

Joseph: "No, voy por tu gelatina".

Joseph regresaba con la gelatina y con el agua caliente más agua que saco del refrigerador esa gelatina rápido estuvo en el refrigerador.

Joseph: "Me acompañas un ratito al negocio, tras la máquina registradora ni cuenta se darán que estás con pijama".

Daniela: "Sube y del segundo cajón de la derecha trae esas poleras de algodón y traes sujetadores".

Joseph subió y trajo varias poleras que guardo en el ropero, le ayudo a abrocharse el sujetador y le ayudo a ponerse la polera y así la llevo al Minimarket.

Joseph: "Daniela el doctor me dijo que solo un rato sentada en la silla de ruedas y después alternemos con la cama, no pongas esa carita de puchero, es por tu bien se puede inflamar la pierna y no queremos regresar a estar internados en ese hospital verdad".

Daniela: "Y si ponemos el banquillo aquí delante yo me siento de perfil y te dejo pasada así me siento viéndote a ti y a la puerta".

Joseph trajo el banquillo pero le puso un cojín del sillón para que este más cómodo y alto, era un banquillo bajo solo como para que ella se bañe sin dañarse.

Así termino de pasar la mañana entre clientes y vecinos, así cómo proveedores, cerraron con ese letrero y un picaporte a la mampara de vidrio transparente y él la llevo a almorzar, ambos comían viéndose en miradas más cómplices y algo coquetas.

Daniela: "Cuantas novias has tenido Joseph".

Joseph: "Espérame voy a hacer memoria y contarlas".

Daniela: "¡Tantas son!".

Joseph: "No, no tuve ninguna novia, en el High school ya sabes nadie me quería por ser el pobre y él sin padres, ya en la universidad no quería yo a nadie, sabes creo que tengo el alma vieja, no encajo con los jóvenes, si hice amistad claro si se puede llamar amistad con el hijo adoptivo de los Johnson es porque mandan a hacer trabajos en grupos de dos y no me quedo otro remedio, tú ya se que tampoco tuviste novio, porque ese Vincent no cuenta".

Daniela: "Nunca te gustó una joven de verdad".

Joseph: "Si hace cuatro años conocí a una mujer joven hermosa que su fuerza, valentía e inteligencia me robaron el corazón, pero prometí no decirle nada, porque no quería que tenga problemas".

Daniela: "¿Aún sientes algo por ella?".

Joseph: "Estoy muy enamorado de ella, lo comprobé en estos días".

Daniela: "Ya terminé de almorzar, me ayudas a ir al baño, ponme el banquillo y me quedo sola".

Joseph: "No porque te caes y esas lagrimitas caerán, Daniela mi linda Daniela, tan transparente, de quien estoy enamorado es de ti y aún no terminas de almorzar, ni el jugo tomaste, déjame darte a la boca y no intentes escapar porque no hay como corras, dos operaciones en un día no es poco y tienes que recuperarte además no cocino tan feo me enseño doña Matilde de la casa en la esquina de abajo, ella tenía un restaurante su esposo le robo se fue con otra, el restaurante quebró y ahora trabaja en lo que puede, pero es buena la señora tiene como cincuenta años... No tiene trabajo fijo y sabe manejar, Daniela es ideal para que te cuide mientras no estoy".

Daniela: "Si no me das el almuerzo, ni mi tenedor tampoco no terminaré de almorzar, pero si la conozco viene por algunas cosas, no sabía que tenía problemas económicos pero debí darme cuenta compra solo por unidad y muchas veces sopas instantáneas".

Joseph: "Almuerza primero y seguimos hablando, ¡encontramos a la persona adecuada!, yo he entrado a su casa mil veces, es honrada, trabajadora, y no es chismosa".

Daniela: "De verdad soy yo la mujer de la que hablabas".

Joseph: "Yo no sé cómo se enamore a una mujer, pero sé que estoy muy enamorado de ti, estos días que estabas tan delicada te juro que sentía morirme, pero jamás te vi con malicia ah, solo quería ayudarte y protegerte, eres hermosa, pero amo tu corazón y no me importa si tú no sientes nada por mí, viviré para cuidarte, mí Dani preciosa.

Daniela solo se encogía y se dejaba abrazar escondiendo su cara debajo del cuello de Joseph.

Daniela Jones