Ser la hija de Lucifer podría hacer que tu vida fuera lo mejor. Imagínate caminar por el mundo llevando los tratos de tu padre. Mientras creas caos sin importarte nada ni nadie.
Pero aún con todo aquello te sientes vacía. Y cometes un gran error te obsesionas con el angel de la muerte.
Te vuelves su sombras , lo sigues y te facinas con su trabajo. Pero vas de error en error y terminas robando lo. Logrando con esto desatar uno de los peores caos en el infierno.
Tu padre te destierro. Y te envía al mundo humano con los 4 jinetes del Apocalipsis. Que por cierto su líder te odia.
A si que arta de todo obedeces a tu padre y te vas del infierno.
Hasta que un día llega . Quien era tu amor cuando eras una pequeña y voltea tu mundo haciendote sentir cosas que no conocías.
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Un Alma a Salvo
La Brisa le revolvió su largo cabello mientras caminaba hacia la chica qué se encontraba parada frente al acantilado, el cabello negro de la chica se movía sin parar mientras lágrimas caían sobre sus mejillas.
La princesa la miró, sintió una presión en su pecho sabía lo qué le esperaría en el infierno si daba otro paso más. Adara se detuvo a su lado derecho y miró hacia abajo, si saltaba no sobreviviría.
Un murmullo hizo mirar aún lado a la princesa, un demonio se había detenido junto a la chica esta se llevó una mano al vientre y su llanto se hizo más fuerte.
- salta, eso te librará de esa carga que llevas encima- el demonio le hablaba a la chica y esta solo lloraba aún más.
- no lo hagas - las palabras le salieron sin siquiera pensarlo - puedes arreglarlo, todo tiene una solución, si saltas le darás más poder a ese hombre, vive y destrúyelo cómo él lo hizo contigo - el demonio miró a Adara y está le sonrió - si saltas serás una cobarde y el infierno se dará un festín contigo y con el ser qué llevas dentro.
- salta, salta, salta eres una cobarde...- adara se giró y con sus garras alejó al demonio de la chica que había dejado de llorar .
- es mía - le rugió y lo lanzó lejos de ellas , se acercó a la chica y miró su reloj - quédate Sara, mucha - hizo un símbolo y lo colocó en el vientre de la chica, esa alma sería suya en poco tiempo- no lo condenes a el también al infierno - recogió el reloj de arena de la pequeña alma y la guardo en su bolsillo mientras veia a la chica alejarse del acantilado.
un par de aplausos la hizo girar sobre sus talones.
- Bravo, bravo ,bravo ¿ Quien lo diría? La princesa Adara hija del mismísimo lucifer, salvado almas.- la jinete se acercó a adara y está miro el reloj, estaba perdiendo tiempo.
- habla rapido, estoy ocupada y no pienso perder mi tiempo en tí - la jinete hizo una mueca.
- Maldita - le grito.
- desde que nací, ahora dime algo nuevo- rodó los ojos mirando de nuevo el reloj, faltaban tres minutos para los dies minutos de descanso de desmon.
- solo quería ver en qué has estado ocupando tú tiempo - la miró de arriba a bajó - pero me decepcionas - adara arrugó su entrecejo y se acercó a la jinete no iba a perder su tiempo en ella, al ver que la princesa se le acercaba la jinete retrocedió.
- no te metas donde no te llaman. No querrás qué te vuelva a dar una paliza- la tomó del cuello y la estampo contra el piso - no estoy aguantando estupideces y menos de una sirvienta - la tiró a unos metros de distancia y giró el reloj para largarse de ese lugar.
Un hospital apareció frente a ella, adara cambió su aspecto al ver qué la sombra de desmon se movía entré la gente, no debía verla y mucho menos sentirla, apresuró su pasó y se detuvo en la puerta donde esté había entrado vió como desmon giraba su reloj y ella hizo lo mismo, la oscuridad la envolvió y adara creyó haber sentido qué algo le tocaba la mano.
A.C