Luego de un noviazgo de cinco años donde todo fue color de rosas y tras cinco años de haberse casado Ángeles descubre que la perfección no dura para siempre y que el amor puede no ser eterno. La traición es dolorosa y muchas veces deja heridas muy difíciles de cerrar.
Acompáñame en ésta historia donde el amor, el placer y el desengaño van de la mano. Dónde el mundo en el Ángeles creía no poder encajar la arrastra a sus profundidades.
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Capítulo 19 ABOGADO
...ÁNGELES LUNA...
Estoy molesta y dolida, ¿Tengo que explicarle al abogado que Dave me engañó con un grupo de personas? Que vergüenza tener que decir tales cosas.
-¿Cuánto me va a cobrar éste abogado?- pregunté a Mariela asustada, el sitio parecía muy sofisticado y eso solo se traduce a que debe ser caro
-Mi amo me lo recomendó- ¿Amo? ¿De qué estaba hablando?
-Que lo recomiende no significa que lo pague, ¿No crees que hay una gran diferencia?- resoplé, lo único que me falta es meterme hasta el cuello en deudas ahora
La secretaria nos hizo pasar y todo en la oficina decía dinero. Había un hombre de cabello bastante canoso sentado detrás del escritorio. Habían varias carpetas allí, expedientes, papeles. Él tomó una llamada y yo miré un cheque que tenía allí, mis ojos casi escapan por la suma que tenía.
-Buenos días, Robert Spencer, un placer- se levantó de su asiento con formalidad y estrechó nuestras manos después de presentarnos
-¿Que las trae aquí? ¿Necesitan asesoría?- esperaba una respuesta, si que no perdía el tiempo éste señor
-Yo necesito divorciarme de mi esposo, llevamos cinco años de casados y él me es infiel- el hombre solo asintió
-Yo no suelo tomar casos de divorcio pero es mí hijo quien se encarga de casos como el suyo. Pediré que redacte un documento para su esposo y que inicie el trámite. Él en este momento está en varias reuniones pero debido a la urgencia que noto podrá reunirse con el después- el gesto del señor pareció suavizarse y me estaba dando una sincera ayuda
Nos fuimos de allí Mariela y yo. Ella estaba alegre porque al menos podría pronto ser una mujer divorciada en vez de la cornuda del siglo como en estos momentos.
Ella me dijo que su "Amo" es alguien que tiene dinero así que es normal que trate con gente de su nivel pero para mí todo esto se traduce a caro.
-Tú tranquila que hay muchos abogados que no te cobran hasta que llega el juicio y se cobran de ahí mismo, ¿Entiendes?- yo no estaba tan segura de que en un lugar así cobraran de ese modo pero ya me enteraría cuando conociera a quien llevaría mí caso
(.........)
Hablé con Jacob Spencer, el hijo del abogado que vimos Mariela y yo. Me pidió telefónicamente algunos datos que necesitaba para proceder y me dijo que cuando esté todo listo me llamaría para reunirnos personalmente y firmar algunos documentos.
Es un hombre muy profesional y me da temor lo que pueda cobrarme, además por las molestias que se está tomando al agilizar tanto estos papeles teniendo tanto trabajo.
Al siguiente día directamente a la empresa de Dave llegó la solicitud de divorcio, tal parece que el vio al abogado antes que yo misma pero era mejor así. Si a fin de cuentas el quiere hacer vida de soltero mejor que todo fuera lo más rápido posible aunque la alianza de matrimonio no le importa demasiado que digamos.
-Tan apurada estabas eh, además a ese cretino debiste elegir como abogado- arrojó los papeles al llegar a la casa que aún compartimos, jamás lo había visto tan enojado antes
-Haces vida de soltero, ¿Yo que soy? ¿Una empleada con cama adentro?, mejor que todo sea rápido así sigues con tus... cosas- le reclamé enojada también, ahora se queja y no se que estúpido problema tenga con el abogado
Días más tarde me reuní con el abogado, se veía de más de treinta años, vestido con un traje Armani negro a medida y una camisa azul oscuro, tal parece que los colores claros no le gustaban.
Su cabello era abundante y negro, ojos cafés, barba prolijamente recortada.
Yo había llegado antes al café que el me había dicho. Miró con curiosidad a los demás clientes buscando quien era yo así que me paré de mí asiento para que se acercara.
-¿Señor Spencer?- le pregunté esperando no equivocarme
-Un placer, ¿Señora Luna o Ulibarri? ¿Cómo prefiere que la llame?- volvería a mi apellido de soltera, mejor acostumbrarme
-Puede decirme Ángeles, llevo años sin usar mi apellido y el otro... no me pertenece- aclaré nerviosa, abrumada, no había tiempo de asimilar la realidad de mi situación todavía
-La llamaré por su nombre entonces. ¿La conozco de algún sitio? Usted me resulta familiar
-No lo creo señor, tal vez conozca a mi esposo- recordé la rabia de Dave al saber que él era mí abogado
-Lo conozco- fue lo único que dijo- Necesito saber todo sobre su matrimonio, propiedades, trabajo, hijos, además necesito saber si tiene pruebas sobre la infidelidad de su esposo, ¿Por eso se separa verdad?
-Si, no tengo pruebas pero lo vi yo misma en una... situación muy... comprometedora- hasta me daba vergüenza explicarle algo así por lo que debía omitir mejor los detalles más dramáticos- nos casamos hace cinco años, no tuvimos hijos
