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"Infancia Robada, Poder Sellado"

"Infancia Robada, Poder Sellado"

Status: En proceso
Genre:Venganza / Familias enemistadas / Secretos de la alta sociedad / Mundo mágico
Popularitas:4k
Nilai: 5
nombre de autor: Vic82728

En las tierras frías del Reino de Belfast, un niño fue arrancado de los brazos del amor y lanzado al abismo del desprecio. Victor, de apenas ocho años, sobrevive bajo el techo de sus propios enemigos, el Rey y la Reina que arrasaron su pasado. Lo llaman débil, lo humillan, lo marcan con su odio… sin imaginar lo que realmente duerme en su interior.

Esta no es la historia de un héroe elegido. Es la travesía de un alma quebrada que se arrastra por los escombros del trauma, el dolor y la soledad. Cada mirada de desprecio, cada palabra cruel, cada herida invisible es una chispa que alimenta una tormenta silente. Y cuando el momento llegue… ni el trono ni la sangre real podrán detener lo que ha nacido del silencio.

Un cuento oscuro donde no hay luz sin sombras, ni infancia sin cicatrices. Un viaje que transforma al niño temeroso en la incógnita más temida por todos.

NovelToon tiene autorización de Vic82728 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 21 – Falsas sonrisas, oscuros festejos

El gran salón del castillo de Belfast estaba decorado con telas carmesí, cortinas de terciopelo, mesas repletas de frutas, pasteles, carnes finas y vino traído desde los reinos del sur. Las antorchas iluminaban los muros de piedra con una calidez falsa, mientras una música festiva, ejecutada por bardos cuidadosamente seleccionados, llenaba el aire.

Hoy no era un día cualquiera. Lilith, la hija del rey, cumplía doce años.

El trono estaba cubierto con un paño púrpura adornado en oro, donde Carlos, el rey, observaba con expresión severa pero contenida. A su lado, Vanessa, su esposa, mantenía una sonrisa elegante, pero sus ojos fríos analizaban cada rincón, cada gesto, cada palabra dicha a su alrededor.

—Está creciendo —dijo Vanessa con voz serena, tomando un sorbo de vino—. ¿Te das cuenta, Carlos? Dentro de unos años, será más útil de lo que esperábamos.

Carlos gruñó levemente, sin mirar a su esposa.

—Espero que no se convierta en una carga… como él.

El silencio cayó por un segundo. Nadie se atrevía a pronunciar el nombre de Víctor en ese castillo. Aunque ya no estaba, su sombra aún se alargaba sobre los muros.

Lilith, sentada en su propio trono más pequeño frente a los invitados, lucía un vestido plateado con gemas incrustadas y una tiara negra con rubíes rojos. Se veía adorable… al menos por fuera. Sonreía, reía con los nobles, aceptaba regalos… pero en su interior, una semilla de odio crecía día con día.

—Aún no lo perdono —susurró entre dientes mientras sostenía una muñeca lujosa que acababan de regalarle—. Ese bastardo huyó… pero lo encontraré. Y lo haré pagar.

Los nobles aplaudían, los niños jugaban, las copas se alzaban… pero todo en esa sala era un teatro de máscaras. Las miradas se cruzaban con suspicacia, las palabras eran medidas, los halagos disfrazaban cuchillos.

Y en lo alto de la sala, colgando del muro detrás del trono real, una nueva bandera ondeaba.

"Se busca vivo o muerto – Víctor"

Un retrato dibujado a mano, de un niño con cabello negro y ojos oscuros. Nadie sabía que ese niño ya no existía. Nadie sabía que ahora había una sombra con ojos carmesí y espada de mithril caminando por los reinos.

Carlos se levantó y alzó su copa.

—¡Por mi hija Lilith! ¡Por la futura reina de Belfast!

Los gritos estallaron en respuesta.

—¡Por la princesa! ¡Por Lilith!

Ella sonrió, disfrutando del momento. No porque amara los halagos. Sino porque ya se sentía superior a todos ellos. Incluso a su padre.

Y en lo profundo de su corazón, una idea comenzaba a germinar…

—"Yo no solo quiero venganza. Quiero reinar. Y quiero destruirlo con mis propias manos."

Capítulo 21 (Parte 2) – Bajo las sombras del festejo

La noche avanzaba y la celebración se volvía más intensa. Danzas aristocráticas llenaban el centro del salón. Los músicos tocaban sin descanso, siguiendo el ritmo de una coreografía perfectamente ensayada. Pero entre la alegría fingida y las carcajadas forzadas, algo más se movía en las sombras del castillo.

Detrás de las paredes adornadas, sirvientes corrían llevando bandejas, asegurándose de no derramar ni una gota ni interrumpir el espectáculo. En uno de los corredores laterales, un soldado de rango medio avanzaba apresurado hasta una puerta oculta. Tocó tres veces. Luego dos más.

Del otro lado, una voz ronca respondió.

—¿Qué ocurre?

—General, hemos recibido un informe. Alguien cree haberlo visto… en los territorios del norte.

Un silencio helado cayó sobre el pasillo.

—¿Estás seguro? —preguntó la voz del General Hanz, hombre leal a Carlos desde la guerra contra los clanes del este.

—No al cien por ciento. Pero el informante asegura que vio a un joven con una espada que cortó de un solo tajo a una jauría de lobos oscuros. Su descripción… encaja. Y no parece un simple niño.

La puerta se abrió lentamente. Hanz salió con su armadura negra y el rostro endurecido.

—Envía a los Cazadores del Cuervo. Que lo busquen sin descanso. Si es él… esta vez no escapará.

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Mientras tanto, Lilith abandonaba la celebración con excusa de “ir al baño”. Dos sirvientas la escoltaban por los pasillos, pero la niña pronto las despidió con un gesto arrogante. Tomó un pasillo oculto que sólo ella conocía, bajando hasta una sala subterránea donde guardaba su colección de objetos prohibidos.

Velas negras, libros antiguos, mapas marcados con tinta roja.

Se arrodilló frente a un pequeño altar donde descansaba un espejo agrietado, robado de un templo destruido.

—Dime, espejo mío… ¿dónde está él?

La superficie del espejo tembló. Una imagen comenzó a formarse. Un bosque lejano, una aldea escondida, y una figura caminando entre árboles nevados.

—Ha cambiado su rostro… —susurró Lilith— pero esos ojos…

Su sonrisa se curvó, cruel.

—Te encontré.

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Esa noche, mientras el castillo dormía, tres nuevos escuadrones de élite fueron enviados a regiones estratégicas. Belfast no descansaría hasta encontrar al niño que había escapado.

Y en el cielo cubierto por nubes, un cuervo solitario graznó, como presagio de la tormenta que se acercaba.

Capítulo 21 (Parte 3) – La corona y las mentiras

Mientras la fiesta seguía su curso, con nobles danzando y brindando por el bienestar del reino y la joven princesa Lilith, el rey Carlos se encontraba apartado en un balcón del segundo piso, observando las llamas de las antorchas que decoraban el patio inferior. Su copa de vino rojo parecía un charco de sangre bajo la luz de la luna.

Vanessa se acercó, sus pasos silenciosos, su vestido arrastrando un leve murmullo sobre el mármol.

—¿No vas a bajar a felicitar a nuestra hija? —preguntó, con tono afilado—. Te mira con ansias cada vez que entra alguien al salón.

Carlos apretó la copa con fuerza, sin mirar a su esposa.

—Celebraremos después. Ahora hay asuntos más importantes.

—¿Aún piensas en ese mocoso? —Vanessa frunció el ceño—. Han pasado años. ¿No crees que es momento de dejarlo en el pasado?

Carlos giró lentamente la cabeza, y sus ojos encendidos de ira respondieron por él.

—Ese niño... escapó bajo mis narices. Me humilló. Y ahora tenemos rumores de que sigue vivo, más fuerte que nunca. No. No lo dejaré en paz hasta ver su cadáver a mis pies.

Vanessa desvió la mirada por un instante. Ella también recordaba esos días. Víctor era un niño, sí. Pero había en sus ojos una llama que ni el castigo ni el dolor habían podido apagar. Una mirada que la hacía sentir… incomodidad.

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En el salón principal, Lilith reía rodeada de otras niñas nobles, todas vestidas con galas costosas. Su cabello dorado brillaba con cada giro, su corona de cumpleaños relucía. Pero, detrás de sus risas, su mente estaba en otro sitio.

—¿Qué harías si alguien que te odia mucho... escapara y se hiciera fuerte? —preguntó, de pronto, a una de las niñas.

—¿Eh? No sé… ¿Pedir ayuda a mi padre?

—Yo no —dijo Lilith, sonriendo con sus ojos afilados—. Yo misma iría por él. Y lo haría pedazos.

Las demás rieron, pensando que era una broma más. Pero Lilith hablaba en serio.

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Cae la noche en Belfast.

La música continúa. Las velas aún arden.

Pero por debajo de la superficie, el odio y el miedo se agitan como serpientes dormidas.

Porque el niño olvidado, el esclavo desaparecido, el experimento fallido… ya no es un niño.

Y aunque su rostro haya cambiado, la venganza sigue viva.

1
Rubi Cuerbo
mui bien
Vic
No se preocupen ya subí el capítulo 36 y 37 mañana a la 7am se sube el capítulo 38
Rubi Cuerbo
quiero ver más capitulos
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