Mi Sexy Hermanastro

Irina.

La puerta se sierra detrás de nosotros, mientras nos besamos apasionadamente, abro mi chaqueta y la deslizó fuera de mi cuerpo tirándola hacia aún lado, luego él engancha sus pulgares en mi blusa y levanto mis brazos para que está salga de mi cuerpo, nos separamos solo por un instante y volvemos a juntar nuestros labios, la blusa es echada hacia un lado, su abrigo y camisa tienen el mismo destino. Llegamos al sofá y el cae sentado, yo sonrió coqueta y muerdo mi labio inferior al ver su torso desnudo.

!Dios como me encanta verlo así!

Salgo de mi zapatillas y luego engancho los dedos en las comisuras de mis vaqueros y los deslizó por los piernas hasta quitarmelos por completo, él sonríe exitado y repasa mi cuerpo con sus ojos.

- ¡Jamáss voy a cansarme de ti, eres preciosa, cada centímetro de tu piel me fascina!

Sus palabras calientan mi corazón haciendo que lo ame un poco más. Llevó mis manos a mi espalda y desabrochó el sostén de encaje negro, me lo quito y lo tiró al piso, luego me despojo de mis bragas a juego.

- Tú todavía estás vestido. - digo y muevo la cabeza de un lado a otro. - eso no es justo. - musitó haciendo un puchero

Él se despoja del resto de sus prendas y lo empujó, luego me colocó encima de él, con mis rodillas a cada lado de sus piernas. Nos besamos desesperadamente, mientras sus manos tocan y acarician todo mi cuerpo; mi espalda, mis glúteos mis senos, mi sexo. Sus caricias hacen que mi piel vibre, que todo mi cuerpo se sienta tan bien, adoro la sensación de sus manos sobre mi cuerpo, besa mi cuello y echó mi cabeza hacia atrás, entonces comienza a descender hasta llegar a unos de mis pechos y su boca hace estragos conmigo.

-¡Oh qué bien se siente!

Desesperadamente me frotó contra su sexo y cuando estoy totalmente lista uno nuestros cuerpos, él echa su cabeza hacia tras disfrutando de la sensación, comenzó a mover mis caderas de manera lenta, él no para, mientras estamos unidos el sigue acariciando mi cuerpo. Aumento el movimiento de mis caderas cuando el me lo exige tomando mis glúteos.

- Nunca nada ni nadie se sintió mejor que tú Irina, eres el cielo. - dice mirándome a los ojos. - muévete más rápido para mí preciosa. - ordena y lo obedezco. - líneas de sudor recorren mi cuerpo, pero no importa, lo importante es complacerlo, lo importante es hacerlo feliz, lo importante es que cada vez que hacemos el amor lo amo más y un pedazo de mi alma se queda con el.

Segundos después estallamos en un fuerte orgazmo casi al mismo instante. Estoy agitada, pero muy satisfecha, colocó mi cabeza en su pecho y siento como acaricia mi cabello.

Solo espero que él llegue amarme tanto como yo lo amo, porqué si eso no es así, quién sabe que sera de mí.

***************

- ¿Y como van las cosas con tu chico? - cuestiona Víctor.

- Muy bien. - respondo sonriente.

Ambos caminamos hacia el estacionamiento después de dejar a Amanda en su dormitorio.

- ¿ Y que ha pasado con la ex-novia loca? - cuestiona.

- Nada, supongo que la tipa es puro bla, bla, bla. - el asiente.

- ¿ Y tus padres saben de la relación? - vuelve a apreguntar.

- No, le conté a mamá que estoy saliendo con alguien, pero no le expliqué mucho y a Leonel no le e dicho nada, no quiero oírlo refunfuñar. - comento frunciendo el ceño.

El sonríe y llegamos a mi auto.

- Entonces, ¿Vas a ir a la fiesta? - .

Víctor está organizando una fiesta para celebrar su cumpleaños.

- Puedes llevar a tu chico.

- Para que te lo comas con los ojos. - digo cruzando mis brazos.

- Mirar y admirar no es pecado querida. - comenta alzando una de sus cejas. Sonrió y muevo la cabeza de aún lado a otro.

- Está bien, le voy a decir.

- Bien, entonces nos vemos luego. - se despide dándome un beso en la mejilla - Adiós - sacude su mano.

- Adiós. - me despido, entro al auto y arrancó.

Llegó al apartamento y voy hacia mi habitación, Stephen no está, él siempre llega un poco más tarde de su trabajo. Tiró el morral en la cama y me meto al baño, me doy una ducha rápida y al salir me colocó algo cómodo, me colocó los auriculares para escuchar música mientras preparo la cena.

Quince minutos después, estoy moviendo mis caderas, al ritmo de la música mientras sofrito unas verdura, cuando siento unos brazos rodear mi cintura.

- Hule delicioso - dice Stephen cerca a mi oído. - se ve rico, y no me refiero a lo que estás preparando. - comenta y sonrío. Me doy la vuelta y lo beso.

- ¿Como te fue hoy? - pregunto.

- Excelente. - responde mientras se desabrocha la corbata. - En un mes comenzamos la construcción del proyecto.

- ¡Fantástico! - Sé que al lo emociona mucho este proyecto, dice que va a llevar su carrera y la de su amigo a otro nivel.

- Sí, ¿ Ya ti cómo te fue? - cuestiona sentándose en el banco junto a la barra

- Genial, como siempre. - contesto colocando mi atención a las verduras. - Por cierto, Víctor está cumpliendo este sábado y nos invitó. - informo y volteó a verlo.

El frunce el ceño. - ¿ Quieres que vaya a la fiesta del tipo con quién me dabas celos? - pregunta luciendo indignado.

- Ya te explique todo, además sabes que es gay.

- Aún así, no pienso ir. Lo odio por el simple echo de que te beso.

Lo miro decepcionada porqué no quiera ir y emocionada por sus celos.

Sí, es algo tonto y hasta un poco enfermizo, pero cómo le hago, amo a este hombre.

- Está bien, no vayas, pero yo sí iré. - comento y lo miro expectante. El no dice nada y se levanta.

- Me daré una ducha. - comenta y sale de la cocina.

Dejó salir un suspiro y vuelvo a mi labor.

En ese monto me entra una llamada al celular y contesto.

- Hola.

- Hola hija, ¿Como has estado? - escuchó la voz de Leonel.

- Bien, ¿ Y tú?

- Excelente, ¿Como te va con el auto?

- Muy bien me encanta.

- Me alegra hija. - se queda en silencio un momento y eso me causa mala espina.

- Leo... ¿Papa ?

- Disculpa hija, me quedé pensando en algo. - responde. - Quería proponerte algo.

¡Oh aquí viene, sabía que lo del auto no era gratis!

- Dime.

- En unos dos meses son tus vacaciones, si no estoy mal. - comenta

- Sí, ¿ Por qué?

- Quería pedirte que vinieras a pasarte un tiempo acá, con tu familia paterna.

Fruno el ceño al escucharlo, tengo dos año sin ir a Francia, cuando era niña iba en cada vacaciones de verano, pero después de mis últimas vacaciones prometí no volver, papá no se da cuenta o se hace el tonto, pero no le agrado a su familia.

- Se que tuviste este problema con Philips, pero ya el a madurado.

Philips Broderick, mi hermano mayor. Es un idiota, engreído y me odia, no creo que su actitud conmigo haya cambiado.

- Papá, sabes que no...

- Lo sé hija, pero solo serán unos días.

Apago la estufa y dejó salir un suspiro. - Déjame pensarlo.

- Está bien hija. Piénsalo, hablamos después.

La llamada termina y la música vuelve sonar en mis oídos. Sabía que ese auto no era gratis. ¿Qué estas planeado Leonel?

*************

Ya es sábado por la noche, me miró en el espejo comprobando mi Outfit una vez más y me siento satisfecha. Llevó puesto unos jeans blancos de talle alto, un crop top en crochet de color azul, tacones del mismo color, con un juego de prendas también azules, y reloj plateado, el maquillaje costa de un poco de polvo, base, rímel de pestañas , delineador, un poco de sombra y lápiz labial.

Tomó mi pequeño bolso y guardo dinero y me celular. Salgo de la habitación y bajo las escaleras, encuentro a Stephen sentado en el sofá de la sala viendo una serie, al sentir .mi presencia voltea verme y se queda mirandome en silencio.

- ¿Cómo me veo? - cuestionó.

- Bien. - responde para luego fruncir el ceño, colocarle pausa a lo que está viendo y acercarse a mí.

- ¿Estás segura que ese tipo es gay? - cuestiona mientras rodea mi cintura con sus brazos.

Sonrió y asiento. - Cien por ciento. - afirmó. - Pero si te preocupas, puedes ir conmigo.

Él se queda en silencio algunos minutos, luego arruga su semblante.

- No, mejor no, me voy a sentir incómodo rodeados de chiqui... De ya sabes... - musita, pero entiendo.

- De acuerdo. afirmó.

Nos damos un beso para luego caminar hacia la puerta.

- Si vas a tomar no manejes. Vete en taxi, llámame y te iré a buscar. - dice y asiento. Nos damos otro beso y nos despedimos.

Minutos más tarde llegó a la fiesta. Víctor me recibe efusivamente, y al verme sola frunce el ceño.

- ¿Qué pasó con tu chico? - cuestiona alzando la voz para que pueda escucharlo ya que el volumen de la música está bastante alto.

- No quiso venir, la verdad es que no te perdona. - respondo y este se ríe.

- ¡Oh Dios dile que no sea rencoroso! y recuérdale que prefiero los pepinos a las papayas - comenta y es inevitable reír por su comentario.

- ¿Y Amanda? - cuestionó.

- Está bailando con chico al que le presente. - responde guiñando un ojo. - Mírala. - dice señalando a su derecha.

A pocos metros de nosotras veo a mi amiga moviendo su cuerpo al ritmo de la música, junto a un chico alto pelinegro muy guapo por cierto.

- Ya es hora de que esa chica supere lo que sea que le pasó y comienze a divertirse, es muy hermosa para estar amargada y a la defensiva con los hombres. - comenta Víctor y asiento.

Minutos después Amanda termina de bailar con el chico y se acerca a nosotros.

- Hola. - saluda dándome un beso en la mejilla. - ¿Stephen no vino? - cuestiona.

- No, no le perdona a Víctor el haberme besado. - respondo y esta se ríe.

La escusa que me dio Stephen es creíble, pero lo cierto es que no vino porqué no quería estar rodeado de chiquillos, y mi pregunta es, ¿Siempre será así?