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JUEGOS PICANTES "Volver A La Soltería"

JUEGOS PICANTES "Volver A La Soltería"

Status: Terminada
Genre:Elección equivocada / Traiciones y engaños / Amor-odio / Mujer despreciada / Secretos de la alta sociedad / Venganza de la Esposa / Completas
Popularitas:124.2k
Nilai: 5
nombre de autor: ARIAMTT

🔥 JUEGOS PICANTES: Volver A La Soltería 🔥

Cuatro mujeres.
Un pacto:
Nada de lágrimas por idiotas.
Solo risas, copas en alto…
Y nuevas reglas en la cama.

El juego cambió.
Y ellas están listas para ganar.

JUEGOS PICANTES: Volver a la soltería.
Una novela para reír, gozar y recordar quién manda.

NovelToon tiene autorización de ARIAMTT para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

18. No puedes vivir en el pasado

POV. MARTÍN

Nunca he necesitado de nada ni de nadie. Mi madre me enseñó que no hay nada que el dinero no pueda comprar.

Cuando conocí a Marilyn y decidí involucrarme con ella, fue simplemente por una apuesta.

Llevarla a mi cama. Eso era todo. En el proceso, obtuve algunos beneficios: trabajos, respuestas de exámenes... Pero todo se jodió cuando a la muy idiota le dio por embarazarse.

Eso no estaba en mis planes. Le ofrecí dinero para que abortara, pero la estúpida se negó. La muy ingenua pensó que con un bebé me iba a amarrar. Pero se jodió.

Yo no estaba, ni estoy, dispuesto a cambiar las fiestas, mis amigos y las pastillas que me elevan por una tonta.

Como diría mi madre: por una pordiosera.

Sin darme cuenta, desde que Marilyn se alejó de mí, mi consumo se ha hecho más frecuente. Hay días en los que pierdo por completo el sentido.

Termino tirado en una acera, vuelto mierda. Ya ni me reconozco. Llamo a mamá y lo único que hace es consignar dinero en mi cuenta.

Mi padre, al igual que yo, es un cero a la izquierda, opacado y dominado por ella. Nos trata como si fuéramos parte de la servidumbre o simples adornos en su casa.

Aunque me resista a admitirlo, Marilyn es la única que me ha tratado como una persona. Con respeto y admiración.

Miro mis bolsillos. El dinero se ha esfumado. Tomo el teléfono y llamo a mi chequera.

📲—Martín, ¿dónde diablos estás? ¿Acaso se te olvidó que hoy tenemos la cena con la hija de los De La Verde? —escucho gruñir a mi madre.

📱—Ma... mamá... —tartamudeo por la traba tan macha que tengo.

📱—Otra vez estás drogado… Ya no te daré ni un peso. A ver qué haces con tu vida… Llámame cuando aceptes que vas a hacer lo que ordeno —grita, descontrolada.

Guardo el celular en el bolsillo y me sujeto la cabeza con ambas manos.

—¡Maldita sea! —maldigo, pero me niego a ser su títere.

Recuerdo que Marilyn hace unos meses me envió un mensaje diciendo que ya había dado a luz.

Saco el teléfono y sonrío. Ya sé dónde podré quedarme mientras a la bruja de mi progenitora se le pasa la ira.

Llego a casa de Marilyn y ella no está. Aún tengo la copia de la llave que me dio, así que la uso y entro.

Voy directo al baño, me ducho y me cambio. Ella no ha tirado la ropa que dejé aquí. Tomo la última de mis pastillas, me recuesto en la cama y, sin darme cuenta, me hundo.

El llanto insoportable de un bebé me despierta abruptamente.

Abro los ojos, lleno de furia. Observo a Marilyn y mi furia crece aún más. La muy inútil ni siquiera pudo tener un varón. Tuvo una mocosa.

—¿Qué haces en mi casa? —pregunta alterada, abrazando a la niña contra su pecho.

Recuerdo que necesito su hospitalidad por unos días, así que cambio mi expresión.

—Hola, mi amor —digo melosamente mientras me acerco y finjo interés en la escuincla.

Ella me fulmina con la mirada, su cuerpo tenso, alerta.

—Aléjate… ¡No te quiero aquí!

Parece una fiera defendiendo a su cría. Respiro hondo y compongo una expresión lastimera.

—Nena, ¿por qué actúas así? Soy yo, el hombre que te hizo mujer… el padre de tu hija —levanto las manos en son de paz y esbozo una sonrisa dolida.

—¡El mismo maldito imbécil que me dijo que solo había sido una apuesta! —escupe con rabia—. ¡El mismo que me ofreció dinero para que abortara a mi pequeña y me dejó tirada cuando más lo necesitaba!

No lo niego. Pero tampoco voy a disculparme.

—Pequeña, no puedes vivir en el pasado… Sabes que mi vida es una mierda y no he sabido cómo arreglarla… —susurro, con un deje de derrota en la voz.

Sé que soy una completa basura. Pero ella… ella fue lo único bueno en mi vida.

—No tengo a dónde ir… —murmuro.

Dejo que mi peso caiga sobre mis rodillas. Sin darme cuenta lloro como un bebé.

Sé que he despertado lástima en ella. Escucho sus pasos.

Me aferro a sus piernas con fuerza y escondo la cara contra su abdomen, como un niño perdido.

—Martin, no llores. Te puedes quedar el tiempo que necesites —susurra con su voz temblorosa, acariciando mi cabello.

Ella se inclina y me da un gran abrazo.

Los días pasan.

Siento los temblores de la abstinencia, la ansiedad clavándose en mi piel como un puñado de agujas.

Ya no aguanto más.

—Martín, ¿puedes hacerme un favor? —dice Marilyn, asegurando a la bebé en su silla antes de salir al trabajo.

Levanto la vista desde el sofá.

—¿Qué necesitas?

—Llévale al casero lo del alquiler. Dejé dinero extra para el siguiente mes. Asegúrate de pedir recibo, por favor.

Entonces la veo sacar el dinero. Un fajo de billetes.

Mis manos tiemblan.

Mis ojos se iluminan.

—Por supuesto, cuenta conmigo.

—Gracias. Te veo en la noche.

Apenas la puerta se cierra tras ella, mi respiración se acelera. Miro el dinero en mis manos.

Solo tomaré un poco. En la tarde le pago al casero.

Primero… voy por mis pastillas.

****

Despierto y no sé cuántos días han pasado.

Un golpe en las costillas me saca de mi estado adormilado.

—Levántate, mocoso.

Parpadeo varias veces. Restriego mis ojos.

Una mujer gorda y desaliñada me mira desde arriba. Me patea otra vez con su sucia pantufla de felpa.

—Ya no tienes nada más que dar, y yo no mantengo vagos.

Me froto la cara. La cabeza me da vueltas, el estómago revuelto. Me huelo la ropa. Mierda. Un cóctel de sudor, orines y la miseria de este lugar.

Me apoyo en la pared, me levanto como puedo y voy al único lugar donde sé que no me echaran.

Nuevamente hago lo mismo de la vez pasada como si fuese una rutina.

Marilyn no me juzga, solo me brinda su albergue…

Un par de días después, la abstinencia me está matando de nuevo. Me muerdo las uñas, camino de un lado a otro como un perro enjaulado.

Entonces llega el golpe de suerte.

—Martín, ¿puedes pasar a pagar la renta? —pregunta Marilyn, ya con el bolso en mano, lista para salir—. Dejé un poco más para terminar de completar lo del próximo mes. Pide un recibo, por favor—. Vuelve a repetir.

Asiento. Siento un corrientazo de emoción cuando me da el dinero.

—Por supuesto. Cuenta conmigo.

Ella sale y yo detrás. Necesito mi dosis.

***

Estoy tirado en la acera como un maldito mendigo, sucio y apestando a orina y miseria.

—Joven Martín.

La voz me eriza la piel. La reconocería en cualquier parte.

Davidson.

El perro fiel de mi madre.

Intento levantarme, pero mis piernas flaquean. Apenas si consigo arrastrarme hasta apoyarme en el muro más cercano.

—Vete a la mierda —gruño, sin aliento.

—La señora quiere verte.

Alza una mano y sus gorilas me levantan sin esfuerzo y me suben al automóvil.

Antes de llevarme ante mi madre, me encierran en un hotel. Me obligan a ducharme. Una estilista me deja "presentable". Me afeita, me corta el cabello y arregla mis uñas.

Cuando por fin llegamos a la casa, ella ya está esperándome. Con esa superioridad y arrogancia que le brota de cada poro.

Los gorilas de Davidson me sujetan de los brazos y prácticamente me llevan a rastras hasta el gran sofá de la sala.

—Voy a ser directa —su voz es gélida, firme—. Me enteré de que la prostituta con la que te involucraste tuvo una hija.

Cruza las piernas con elegancia.

—Quiero que mi nieta viva aquí. Quiero ser yo quien la críe.

Suena tan natural, tan segura, como si estuviera hablando de redecorar la casa.

Me río. Como un puto demente.

No puedo evitarlo.

—¿No me digas que te despertó el instinto maternal? —escupo con burla—. ¿O acaso necesitas una nueva mascota?

No la veo venir. La bofetada me estalla en la mejilla con tanta fuerza que mi cabeza gira con el impacto.

—Eres un maldito perro desagradecido —escupe, los ojos llenos de furia—. Todo lo que he hecho por ti…

Me llevo la mano al rostro y sonrío con sorna.

—¿Qué has hecho por mí, mamá? —mi voz suena más rota de lo que me gustaría—. Dime. ¿Qué has hecho, aparte de manejar mi vida a tu antojo? Nunca he sido más que un maldito adorno para ti.

Ella suspira con exasperación, como si fuera un fastidio incluso responder.

—Bla, bla. Deja de llorar como una mocosa. Míralo de esta manera: yo consigo lo que quiero y tú te libras de mí. Además —sonríe, cínica—, te daré una buena cantidad de dinero. Sé que lo necesitas. Así que no pongas esa cara de mártir.

Aprieto la mandíbula. Mi orgullo me grita que la mande al carajo. Pero entonces ella hace un gesto con la mano, y en un segundo, Davidson deja caer un sobre grueso frente a mí.

Mierda.

Por supuesto que lo necesito.

1
Ninoska Puertas
Nuestros padres siempre serán nuestros tesoros, al igual que nuestros hijos
yuraima maldonado
Me parece ilógico q incluyas capítulos de otra historia dentro de esta... Me saco de orbita🤨
yuraima maldonado
Jaja
yuraima maldonado
Adaptación conyugal
yuraima maldonado
Q locura de novela, me encanta 😍
Blanca Ramirez
excelente historia
yuraima maldonado
Jajaja, esas niñas son muy impulsivas
yuraima maldonado
Q descarado ese desgraciado vividor!!
yuraima maldonado
C demasiado buena🤩
yuraima maldonado
Mujeres empoderadas!!
yuraima maldonado
Jajaja me encanta esta historia
yuraima maldonado
Q desesperadas esas mujeres!!
Ludwig
encantada como todas tus historias muchas felicidades autora y gracias por esta bella historia muy divertida
Mayra C Velez V
sorprendida!! de mantenido a mariposon... eso no lo esperé...
Mayra C Velez V
Excelente es entretenida y divertida... no despegarás tus ojos hasta terminarla
Mayra C Velez V
una vez... será que la nena es hija de él 🤔
Ninoska Puertas
Sería bueno, que te dieras esa oportunidad de poder reconciliarte con esas personas que alejaste por tus inseguridades y terquedades
Ninoska Puertas
Es lamentable que por sentirse tan inseguras alejen de su vida a las personas que la aman y a las que ella ama
Ninoska Puertas
Eso es Lola, no puedes derrumbarte también, pues, Marilyn te necesita
Ninoska Puertas
Si él no ha querido presionarte a tener una relación con él, pues, quiere primero solucionar tu situación para luego ir avanzando en la relación
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