César es un CEO poderoso, acostumbrado a tener todo lo que desea, cuando lo desea.
Adrian es un joven dulce y desesperado, que necesita dinero a cualquier costo.
De la necesidad de uno y el poder del otro nace una relación marcada por la dominación y la entrega, que poco a poco amenaza con ir más allá de los acuerdos y transformarse en algo más intenso e inesperado.
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Capítulo 17
ATENCIÓN LECTOR@S, A CONTINUACIÓN ESTÁ EL CONTRATO QUE CÉSAR LE ENTREGARÁ A ADRIAN: (RECUERDO QUE SE TRATA DE UNA OBRA FICTICIA, SIN COMPROMISO CON LA REALIDAD)
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CONTRATO DE CONSENTIMIENTO
Este contrato se firma entre las Partes:
Parte A (Dominante): ................................
Parte B (Sumiso): ....................................
Plazo de Vigencia: 180 (ciento ochenta) días corridos, con inicio el .../.../.... y término el .../.../....
Valor: USD 15.000 (quince mil dólares), atribuido al compromiso y entrega de la Parte B en este acuerdo.
Cláusula Primera – Objeto
Este contrato establece, de forma consensual, privada y erótica, la entrega de la Parte B a la Parte A, durante el período de vigencia, para la vivencia de prácticas de dominación y sumisión que involucran entrega, disciplina, confianza y exploración de límites.
Cláusula Segunda – Prácticas
La Parte A podrá, durante el período del acuerdo, realizar las siguientes prácticas con la Parte B:
Algar a la Parte B a la cama o a otros lugares previamente elegidos.
Aplicar castigos físicos, tales como palmadas, azotes y otras formas de disciplina corporal.
Vendar y amordazar a la Parte B, privándola de sentidos y control.
*Todas las prácticas deberán ser conducidas con cuidado, seguridad y dentro de los límites expresamente aceptados.
Cláusula Tercera – Entrega y Deberes de la Parte B
La Parte B declara que:
Se entrega de libre y espontánea voluntad al dominio de la Parte A, durante la vigencia del contrato.
Acepta ser algada, vendada, amordazada y recibir castigos físicos.
Se compromete a la obediencia completa a la Parte A, debiendo solicitar autorización para salir, moverse o realizar ciertas actividades, siempre dentro de la dinámica establecida.
Cláusula Cuarta – Límites y Salvaguardas
Las partes adoptarán el principio SSC (Sano, Seguro y Consensual);
Están definidas las palabras de seguridad: “Amarillo” (pausa o reducción) y “Rojo” (parada inmediata).
Ninguna práctica será obligatoria si la Parte B retira su consentimiento en el momento. Quedando expresamente establecido que se descontará del monto.
Cláusula Quinta — Posibilidad S3xu4l
La Parte B manifiesta, en este documento, la disposición simbólica de considerar la entrega de su v1rg1n1d4d (s0d0m1z4c1ón) a la Parte A durante el plazo de vigencia.
Tal acto no constituye obligación, sino posibilidad, correspondiendo exclusivamente a la Parte B la decisión final.
Cláusula Sexta – Rescisión
En caso de que la Parte B decida rescindir este contrato antes del término del plazo de vigencia, no tendrá derecho al valor simbólico de USD 15.000 (quince mil dólares).
En caso de que la Parte A decida rescindir el contrato antes del término del plazo, la Parte B recibirá la mitad del valor acordado, es decir, USD 7.500 (siete mil quinientos dólares).
El contrato podrá ser rescindido en cualquier momento por cualquiera de las partes, mediante simple manifestación verbal o escrita, siendo esta cláusula una condición del cumplimiento financiero del acuerdo.
Firman:
Parte A:
................................................................................................
Parte B:
...............................................................................................
Fecha: .../.../......
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Adrian leyó y releyó aquel "contrato", su mente hirviendo con toda aquella información. Allí decía que él estaba aceptando ser agred1d0 e incluso s0d0m1z4d0 por César. ¿Era eso mismo? César aguardaba la reacción de Adrian y podía ver en la expresión del muchacho la confusión y el desconfort estampados.
—Podemos renegociar el contrato cada dos o tres meses... Y como dice ahí, solo vamos hasta donde te sientas cómodo.
Adrian no podía esperar seis meses para tener el dinero.
—Es que necesitaba el dinero para mañana, hasta el mediodía...
César analizó al chico por un breve segundo y una sonrisa se dibujó en sus labios. Aquello no era una negativa.
—Entonces, ¿quieres decir que si te doy el dinero, firmas el contrato?
Adrian no respondió. César continuó.
—Te hago la transferencia mañana por la mañana y, como pago, entonces firmas el contrato... y por seis meses serás todito mío...
César se había levantado de su silla y caminado hasta detenerse al lado de Adrian, sentándose en el borde de la mesa. Adrian aún sostenía el papel en sus manos.
—¿Y si... desisto? No voy a conseguir devolver el dinero...
—Bueno, no creo que vayas a desistir... Pero, si eso sucede, tendremos problemas... Vas a trabajar para mí gratis por el resto de tu vida o hasta que uno de nosotros muera. ¿Qué te parece?
