Cuando el Odio Encuentra la Nostalgia

El coche de Arlen llegó frente a la tienda justo a las seis y media de la tarde. Estaba bastante emocionado por sorprender a Kalila con una llegada que también traía consigo un ramo de flores.

Pero cuando puso un pie, Asri acababa de salir y estaba a punto de cerrar la tienda.

"Oye, ¿dónde está Kalila, Sri?", preguntó Arlen, confundido.

Asri, que fue preguntada de repente, también se sorprendió por la llegada de Arlen con flores.

"¿Eh, señor Arlen?"

"¿Dónde está Kalila?"

"La señorita Kalila ya se fue, señor, pero dijo que iba a ir al hospital primero", respondió Asri.

Al oír la palabra hospital, Arlen se preocupó al instante.

"¿Kalila está enferma?"

"No, no. Pero dijo que la hermana de la señorita Kalila..." Antes de que Asri pudiera terminar la frase, Arlen salió corriendo del lugar con preocupación llenando su pecho.

Un viaje bastante denso hizo que la distancia fuera muy larga, se suponía que podía llegar al hospital en solo treinta minutos, pero ahora, después de hora y media, Arlen llegó al hospital donde Kirei estaba siendo tratada después de la operación.

Arlen recuperó el aliento, las flores en sus manos se habían convertido en una bolsa de bocadillos, pasteles y galletas. Originalmente quería comprar una muñeca, pero debido al tráfico caótico, solo pudo pasar por la tienda de conveniencia.

Abrió la puerta de la habitación de Kirei, una sonrisa ya estaba en su rostro, pero solo por un momento porque la cama que ocupaba Kirei ya no estaba ocupada por su pequeña cuñada.

"¿A quién busca, señor?", preguntó una madre que también estaba confundida al ver a Arlen parado en silencio frente a la cama de su hijo.

"Ehhh... ¿dónde está el paciente anterior, señora?"

"No lo sé, señor. Tal vez ya se fue a casa".

Arlen salió inmediatamente de la habitación y se acercó al lugar donde las enfermeras estaban de guardia para preguntar dónde estaba Kirei. Ah, al parecer, a la pequeña se le había permitido irse a casa hoy. ¿Eso significa que su llegada al hospital fue en vano?

No, Arlen no se rendiría. Eligió ir directamente a la casa de Bunda Seruni. Ignoró su lógica de contactar primero a Kalila porque su objetivo seguía siendo el mismo, quería sorprender a Kalila. Entonces, regresó directamente a su coche y comenzó a viajar a la casa de Bunda Seruni.

Una vez más, el tráfico hizo que su viaje fuera largo. Llegó frente a la casa de Bunda con grandes esperanzas. Sentía hambre en el estómago, un sudor frío comenzó a fluir por su espalda.

La puerta de la casa finalmente se abrió después de que llamó varias veces. Dejó escapar un suspiro de alivio al ver que era Kalila quien estaba parada frente a la puerta. Como esperaba, Kalila se sorprendió al ver a Arlen parado allí.

"¿Arlen?" Kalila con las cejas levantadas. "¿Cómo es que estás aquí?"

"Vi en el sistema GPS que mi coche no se movía del apartamento, así que fui a la tienda, pero Asri dijo que ibas al hospital, así que fui al hospital, y resulta que Kirei ya se había ido a casa. Así que, aquí estoy". Explicó Arlen con una sonrisa a medias.

"¿Has comido?", preguntó Kalila directamente. Parecía darse cuenta de la extraña sonrisa de Arlen.

Arlen se rascó la nuca.

"¡Dios mío! El médico ya te dijo que no te saltaras las comidas. Entra rápido. Te prepararé la cena". Kalila tiró inmediatamente del brazo de Arlen para entrar en la casa y le dijo que se sentara directamente en la mesa del comedor.

"¿Dónde están Bunda y Kirei, La?"

"Ya están dormidas".

"Oh". Arlen colocó una bolsa de aperitivos en la mesa. "¿Te vas a quedar aquí?"

Kalila se giró con el ceño fruncido. "¿No has leído mis mensajes?"

"¿Men-mensajes?"

Kalila asintió, "Ya te he enviado un mensaje, me quedaré en casa de Bunda esta noche", dijo Kalila mientras seguía preparando la cena para Arlen.

"También le pedí a Noe que preparara el desayuno, el almuerzo y la cena, tienes que tomar tus medicamentos antes y después de las comidas".

"Oh, no he abierto mi teléfono, La".

"Qué raro, normalmente siempre estás con el teléfono, los mensajes que recibes siempre te hacen estar pegado a la pantalla".

"Oh, eso es porque... solo me estoy enfocando en cosas más importantes". Respondió Arlen mientras aflojaba el nudo de su corbata e intentaba quitarse el botón superior de su camisa, pero luego se arrepintió. Esta calidez terminaría si Kalila viera su pecho, aunque solo fuera un poco.

Kalila colocó un plato de sopa y un plato de arroz caliente frente a Arlen. "¿Todavía sientes náuseas?"

"Ya no, La. Ya estoy curado".

"Por eso no debes saltarte las comidas de nuevo".

"Sí, señora", respondió Arlen con un tono obediente.

"Come. ¿Tienes tus medicamentos para después de comer, verdad?"

"Creo que los dejé en el apartamento".

Kalila miró a Arlen con una mirada irritada pero también resignada. "Está bien, come despacio".

Arlen asintió.

"Por cierto, ¿viniste solo? ¿No con Noe?"

Arlen negó con la cabeza mientras disfrutaba de su estómago caliente por la sopa y el arroz caliente hecho por Kalila.

Kalila estaba a punto de preguntar 'por qué', pero se arrepintió.

"Entonces", Kalila se aclaró la garganta por un momento. "¿Por qué fuiste a la tienda? ¿Había algo urgente para que me siguieras hasta la tienda?"

"En realidad, quería..."

"¿Eh, hijo Arlen?" Bunda salió repentinamente de la habitación y, sin darse cuenta, la sorpresa de Bunda interrumpió las palabras de Arlen.

Arlen se levantó inmediatamente y se acercó a Bunda para besar el dorso de su mano.

"¿Cuándo llegaste? ¿No estabas fuera de la ciudad?"

¡Eits! Arlen se quedó atascado por un momento.

¿Fuera de la ciudad?

Arlen miró a Kalila que lo miraba con una mirada llena de códigos.

"Ah, sí, Bunda". Respondió Arlen entonces.

"¿Acabas de llegar y viniste directamente aquí?"

"Eh, s-sí Bunda".

"Dios mío, ¿por qué no me avisaste? Así podría haber cocinado mucho para el hijo Arlen".

"No te molestes, Bunda. Esta sopa también está muy rica".

"¿Por qué no le dices a Bunda que Arlen iba a venir?" Bunda se dirigió a Kalila.

"Eh, tampoco sabía que Arlen regresaba hoy, Bun. Llegó de repente".

"Oh, ¿le diste una sorpresa, eh?", preguntó Bunda con una sonrisa.

Una sonrisa floreció en el rostro de Arlen.

"Está bien, ¿tienes ropa limpia para cambiarte, verdad?"

"¿Ropa para cambiarme, Bun?", preguntó Arlen con un tono confundido.

"Sí, ¿todavía tienes ropa limpia de tu viaje de negocios? Si no, dejaré lista la ropa de tu padre que todavía guardo. Parece que te quedaría bien".

"¿Para qué, Bun?", preguntó Kalila esta vez.

"¿Eh, para qué? Pues para que Arlen se cambie de ropa, no va a dormir con un traje así".

"¿D-dormir?", Kalila levantó ambas cejas.

"Sí, el hijo Arlen no va a volver al apartamento, ¿verdad? Ya es tarde, está cansado después de estar fuera de la ciudad. Pues se quedará a dormir".

"P-pero ¿dónde va a dormir, Bun?", esta vez Kalila sintió como si escuchara música de una película de suspenso.

"En tu habitación, ¿dónde más va a dormir?"

¡Glek!

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Continuará