Después de llevar una vida de mafiosa, Camila Núñez muere en su mundo y despierta en otro diferente, siendo una mujer que está destinada a morir joven.
Cómo ya sabe el destino que le espera, ella no se quedará a esperar que la muerte le llegue por segunda vez.
Si en su primera vida no se dejó intimidar por alguien, en ese mundo menos, que cuenta con el poder y la magia.
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Duelo
Cuando llegó la noche, Yami se reúne con los dos tontos y Aurelio le da el dinero que necesita para comprar la poción. Cómo también le ordenó dos guardias que verificarán que se cumpla todo. Esos eran dos clones de escarabajos para su buena suerte.
Después de eso, sin perder tiempo Yami y dos hombres se fueron a hacer el encargo.
Cuando el día llegó, Yami tenía todo listo para iniciar el plan y por lo tanto se presentó ante los dos interesados en que Yadira muera.
Él le mostró la poción, la cual era transparente.
—Esta es la carta del triunfo— muestra la poción Yami.
—Por fin nos vamos a deshacer de esa mujer— dice Aurelio y Martina lo secunda.
—Ya me veo en el trono de la emperatriz, desde ahora iremos planeando nuestra ceremonia de coronación — afirma Martina contenta y Yami sonríe. Ese par son fáciles de engañar.
—Que así sea— fue lo último que dijo y después se fue de ese lugar supuestamente para iniciar con el plan.
La sirvienta clonada se encontró con Yami, y mediante un enlace mental, él le dice que hacer con la poción.
Aquella sirvienta solo obedece lo que se le ordena y ese mismo día en la mañana en cuanto pudo, le comenzó a dar la poción a quien tenía que hacerlo.
Mientras que la joven emperatriz, después de recibir sus compras, ya se estaba preparando para su duelo.
El enmascarado ya estaba esperando por ella en el campo de entrenamiento de los soldados.
Ella no demoró en ir a su encuentro y estando allí ambos se saludaron solo con un movimiento de cabeza.
Acto seguido, Yadira le indica al capitán de los soldados (Yami) que preparen todo para el duelo.
Prontamente el campo de entrenamiento estaba siendo preparado para la batalla y los soldados un tanto curiosos le dieron el espacio a la emperatriz para ver lo que deseaba hacer.
Con todo listo, a los dos combatientes se les entregan espadas de madera, muy resistentes. El capitán era quien sería el supervisor de la pelea.
Ambos toman las espadas y se posicionan en sus lugares.
El capitán dio orden de iniciar con la pelea, y ambos se fueron al ataque.
Con movimientos certeros, ambos se lanzaban ataques, y al sus espadas tener contacto, sus cuerpos se estremecen.
Cada quien ponía de su parte para ganar la pelea, y ninguno estaba dispuesto a ceder.
Yadira por su parte estaba aburrida de pelear de ese modo, y por eso en cuanto pudo lo hizo saber.
—Es aburrido pelear de ese modo, mejor vamos a luchar más en serio— dice ella lanzando su espada de madera lejos de ella y el hombre enmascarado aunque no muy convencido acepta el duelo.
Inmediatamente la emperatriz con su magia de fuego inicia el primer ataque, y el enmascarado cambiando la naturaleza de su magia también ataca.
Él estaba usando magia de agua, pero le cambió la naturaleza, siendo en esta ocasión hielo.
Para la emperatriz fue algo fácil derretir el hielo, y llevaba la delantera.
Eso hizo que ella se confiara demasiado y cuando estaba por ganar, el enmascarado de un momento a otro cambia el estado de su magia por el original, y creó una gran ola de agua.
La cual guío hasta la emperatriz y la impacta.
Cuando la emperatriz vio eso, justo cuando la ola impacta con ella, crea una barrera de escarabajos, los cuales nadie vio más que Yami y el enmascarado.
La emperatriz cuando el agua dejó de arroparla, rompe la barrera y para asombro de los soldados sale envuelta en llamas.
Al ver eso, el enmascarado decide rendirse, su plan no es ganar el duelo, sino más bien llamar la atención de aquella dama tan bella y peligrosa.
—Me rindo, es claro que somos de elementos opuesto, en una batalla ninguno va a perder, y si alguien pierde, usted sabe bien que el fuego se apaga con el agua— hace una reverencia el enmascarado y Yadira deja ir el fuego.
Lo que dice el enmascarado es algo lógico, y ella por el momento debe de reconocer que por más que ella trate de negarlo, el fuego y el agua no son compatibles, de no ser por la barrera de escarabajos, ella habría sufrido daño significativo.
No puede usar su magia de oscuridad en público, con ella planea tomar venganza.
Por lo que tras meditar en la situación, decide ser más cabal.
—Tiene razón, y me gustaría hablar con usted en privado de algunos asuntos, gracias por el duelo, me he divertido como nunca— afirma Yadira y ambos se ponen de acuerdo en ir a la oficina de dicha emperatriz.
Aquel enfrentamiento fue visto por Aurelio y Martina, quienes deseaban que aquella mujer muriera en manos de ese enmascarado, ella hasta deseaba tener un aliado como ese, uno que le patee el trasero a Yadira.
Verla defenderse de forma tan natural, le resultó algo desagradable, no pueden imaginar como una emperatriz tiene comportamiento tan masculino, cuando una mujer solo tiene que dedicarse a ser una buena esposa.
Los dos molestos cuando se terminó el duelo, se fueron de allí a hablar mal en contra de la emperatriz, ambos se quejaban de lo ridícula que es Yadira al pretender ser tan fuerte.
Solo desean que aquella poción haga efecto rápido, para que se muera y así ellos puedan ocupar su lugar.
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Con respecto a Yadira, ella en cuanto llegó a la oficina fue directo al grano.
—Sé que te contuviste, si hubieras querido ganar desde un inicio me hubiera hecho perder con tu gran manejo del agua— dice ella directamente
El enmascarado en esos momentos se quita la máscara y deja al descubierto su tan espectacular rostro, el cual tenía una sonrisa maliciosa.
Yadira quedó fascinada con la apariencia de aquel caballero, pero no lo dirá por nada del mundo, se le ve que tiene un ego más grande que su magia.
Aquel hombre hace una reverencia.
—Le seré claro, mi nombre es Oliver y estoy interesado en estar cerca de usted, si me acepta, puedo ser su aliado en todo— dice él sinceramente, y Yadira se asombra.
No sabe qué decir al respecto.
—No se que decir— confiesa ella directamente y el hombre sonríe.
—Emperatriz, se que tiene algunos problemas de gárgolas en su imperio, y me gustaría ofrecer mis servicios para exterminarlas— se ofrece Oliver y Yadira lo piensa, se le hace sospechoso que este hombre quiera de un momento a otro trabajador para ella
—¿Cómo sé que no eres un delincuente?— pregunta ella.
El hombre se levanta de la reverencia y se sienta frente a ella. Al hacerlo se pone su máscara.
—Si fuera un delincuente, o estafador, no habría solicitado trabajar, un delincuente no trabaja, y con mi nivel de magia, sería fácil para mí dedicarme a la delincuencia, pero, no estoy interesado en ser un delincuente, no soy de esa calaña — asegura Oliver y nuevamente Yadira se queda pensando.
Si lo piensa mejor, aquel hombre tiene razón.
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Nos vemos, no olviden dejar su lindo apoyo.
Espero que este fin de semana sea de bendición para todos