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Plata

Plata

Status: En proceso
Genre:Amor-odio / Apoyo mutuo / Amor en la guerra / Matrimonio entre clanes / Secretos de la alta sociedad / Viaje a un mundo de fantasía
Popularitas:32.5k
Nilai: 5
nombre de autor: thailyng nazaret bernal rangel

Noveno libro de saga colores.

El reino se tambalea con la llegada de la nueva reina proveniente de una tierra desconocida, Sir Levi, ayudante del rey, emprenderá un viaje para hacer un trato con el gobernante, Eudora, la aspirante espía, insistirá en acompañarle, una tentación a la que el sir no podrá resistirse.

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20. Llevando a cabo el plan

...LEVI:...

— No se preocupe ¿A caso el rey va a considerar a Eudora como esposa? — Pregunté al príncipe, con mi expresión prepotente.

— Si le termina gustando, tal vez.

Me llevé una mano a la barbilla.

— ¿No sé supone qué el rey está arruinado?

— El rey puede hacer lo que desee, incluso casarse — Dijo, con el ceño fruncido — No interesa las relaciones personales que tenga la señorita con el lame suelas del Rey Adrian.

Eudora le lanzó una mirada fulminante.

— Su alteza, ni un príncipe me puede ofender y mucho menos cuando su rostro luce tan grotesco y poco presencial — Gruñí y se sobresaltó, enfurecido.

— De no ser por el trato entre reinos, lo hubiese lanzando de la muralla — Se alejó, muy cascarrabias.

— Es un imbécil.

— ¿Estuvo en la expedición? — Preguntó Eudora.

— Sí, intentó atraparme, pero lo rasguñé.

— Sospechaba de que usted era el responsable — Dijo, satisfecha.

— A veces quisiera terminar lo que dejé sin concluir, arrancarle el rostro a mordiscos.

Se tensó — ¿Es cierto que son caníbales?

— En ocasiones sucedía, cuando el alimento escaseaba, en los inviernos más duros — Confesé, no era un recuerdo agradable — Pero, comíamos a los que morían de frío, nunca atacamos a nuestra propia gente y también lo hacíamos con los enemigos, pero lo malo de la carne humana es que suele arrancar de ti la poca humanidad, muchas tribus se destruyeron a si mismos por esa razón.

— Es horrible...

— Lo que sucede a los hombres de la muralla debe ser por venganza, arrancarles la piel es un acto de furia que supera la conducta de los salvajes.

— ¿Por eso no te gusta la carne roja?

Asentí con la cabeza.

Le recorrió un estremecimiento.

— Vamos, debemos ir al palacio o sospecharán — Dije, zanjando el tema.

— ¿Crees que haya escuchado?

— No lo sé, debemos andar con cuidado.

Asintió con la cabeza.

...****************...

— Mis asuntos aquí han concluido, majestad — Anuncié en la cena.

— ¿Se va tan pronto? — Preguntó el rey, con ironía.

— No quiero causar más molestias y desperdiciar sus recursos, somos veintidós, los platos que podrían ofrecerse a su pueblo — Dije, volviendo apartar la carne de lobo.

— ¿No me trajo un regalo en su barco? — Preguntó a Albert.

— Tenemos armas y joyas.

— Recibiré las armas, las joyas no las necesito ¿Comida?

— La comida está justa para el vieja de vuelta — Dijo Albert — Lo lamento, majestad.

— Entiendo.

— Espero que el siguiente barco que llegue de Floris sea con hombres, comida y más armamento — Dije, de forma falsa.

— Me alegra que se tornara colaborador, pero harán falta más de un barco para transportar todo eso — Elevó su barbilla sucia.

— No es mi asunto lo que calcule el rey para usted.

Barnaby extendió su mano, llevaba un pergamino y lo colocó ante mí.

— Allí está todo lo que necesito, a cambio cederé parte de la riqueza de mis tierras, Hilaria y Floris podrán repartirse la mitad de mi reino, no más que eso — Gruñó, alejando su escuálida mano — Sir Levi, entregue eso personalmente al rey, espero que otros veinte meses lleguen los barcos que necesito para respaldar mi guerra, los de Archibald ya deben venir en camino así que llegarán primero.

Tomé el pergamino y lo guardé en el interior de mi chaqueta.

— ¿Algo más? Majestad.

— Quédense ésta noche, podrán irse mañana temprano, si me siento satisfecho, la señorita Eudora se quedará conmigo — Dijo, sonriéndole abiertamente — Ella está complacida con la muralla, descuide sir Levi, puedo pagarle con un lingote si desea.

— ¿Esa es la dote que ofrece?

— Sí, por ésta preciosura, más.

Eudora se veía incómoda, ni por todo el oro del mundo cambiaría a mi mujer.

— Vaya, encantador.

— Bien, nos quedamos hasta mañana — Concordé, sin opinar nada al respecto.

— Su barco está resguardado en la costa, no se preocupe.

— Gracias, aunque voy a pedir a cambio, un lingote de cada mineral, como muestra de que dice la verdad sobre éstas tierras, el rey Adrian querrá pruebas — Incliné mi cabeza a un lado.

— Las tendrá mañana, aunque no harán falta, mi hija debe tenerlo más que convencido cuando vuelvan a Floris.

— Si usted lo dice.

— La conquista de mis tierras requiere paciencia, así que esperaré esos barcos, no pienso morir antes de eso — Dijo, bebiendo de su copa — Espero que en la comida venga incluído unos quinientos barriles de vino.

Sonreí forzadamente.

El principe me evaluaba detenidamente, con desconfianza.

Nos marchamos de la mesa, pero me quedé por el pasillo.

Albert y Eudora se alejaron hacia sus habitaciones.

Me escondí detrás de la pared cuando el rey y el príncipe abandonaron el comedor.

Los seguí con sigilo, avanzando con cuidado, ocultando mi presencia en las sombras cuando pasaba un guardia.

Llegaron a un umbral y a una estancia con sillones viejos.

Las puertas casi se cierran, coloqué la punta de mi bota para evitar que se cerrara por completo, me quedé allí, espiando.

— Esa gente no me parece confiable — Espetó el príncipe — Cuestionan demasiado.

— No tienen potestad, no pueden hacer nada.

Hablaban en Polemo.

— Podrían arruinar el trato — Siseó.

— Freya está en Floris, no podrán arruinarlo.

— ¿Crees qué esa inútil podrá usar su entrepierna para convencer al rey? — Bramó el desgraciado — Es tan poco convincente hasta para abrir la boca, siempre con miedo la infeliz.

— Ella lo hará, debe hacerlo, me aseguré de eso, si el rey no cumple el trato, nos alzaremos en contra de Floris, iniciaremos una guerra para conquistar ese reino y con Freya como reina, será pan comido — Gruñó y me estremecí.

Sabía que sus intenciones no eran piadosas.

— Me gusta más esa idea, este reino es patético.

— Es rico, muy rico, el único problema son esos salvajes y el maldito frío, con Archibald a nuestro favor conquistaremos Polemia y si su hijo no nos colabora, terminaremos llevando a cabo un doble golpe, aquí y en Floris, saldremos muy ricos, usaríamos este reino solo para explotarlo mientras que Floris sería para gobernar y disfrutar.

— ¿Crees que Archibald se ponga al tiro si eso pasa?

— Estará tan entretenido con su nuevo pedazo de tierra que no se dará cuenta hasta que éste hecho, la ventaja de la lejanía, es que se puede jugar con ella y como el rey vendrá en persona, estará demasiado ocupado y ausente — Rió Barnaby.

— Pero ¿De dónde sacaremos los ejércitos para atacar Floris?

— Los salvajes serán nuestros esclavos y tendremos tanta riqueza para comprar más hombres, no te preocupes, hijo, eso ya lo pensó tu padre.

Éste trato no era conveniente.

— Y pensar que esos malditos salvajes llevan siglos aquí y nosotros solo unos ochenta años.

— Shhhh, no hables tan alto — Bramó el rey — Tengo que ir con esa señorita, ya me urge un estirón.

— ¿Crees que puedas compartirla conmigo?

— ¿Cómo crees? Búscate una del pueblo para tu calentura.

— Las del pueblo no son hermosas, casi tienen un pie en la tumba y las salvajes son demasiado ariscas.

— No voy a compartir a la señorita — Gruñó el rey, lanzando una mirada fulminante.

— La ví muy ajuntada con sir Levi.

— Es su doncella, le sirve.

— Padre, también le sirve como su zorrita — Dijo el Infeliz — Los encontré muy besucones.

— Eso no importa ya, la señorita será mía.

— Sigo sin fiarme de ese ayudante del rey — Dijo el príncipe y me quedé inmóvil — No es de fiar.

— Hay que mantenerlo vigilado hasta su partida.

Me alejé, marchando de allí con cuidado.

Entré en la habitación de Albert y lo sorprendí preparándose para dormir.

— ¿Qué rayos te pasa? — Siseó.

— Debemos marcharnos.

— Lo haremos mañana — Dijo, despreocupado.

— No, cuanto antes salgamos, mejor.

— No entiendo, quedaste con el rey que partiremos mañana.

— El rey planea algo horrible, debemos partir cuanto antes para detener las flotas de Archibald.

— ¿Detener sus flotas? Eso es imposible, vienen de Hilaria, no sabemos en que punto nos cruzaremos y si tomaron otra ruta lo dudo — Cuestionó.

— Ésta guerra no puede darse.

— Por supuesto que no, pero no somos reyes.

— Eudora aprovechará el acercamiento con el rey para robarle la llave, liberaremos al salvaje...

— ¿Al salvaje? — Se espantó — ¿Y eso para qué?

— Será usado como guía para la guerra, tenemos que liberarlo y llevarlo con nosotros.

— ¿Un salvaje en mi barco? — Abrió los ojos como platos — Tienes que estar loco.

— Demostraré al rey Adrian que los salvajes no son una raza que se debe destruir.

— Tal vez no, pero tener a un salvaje en un barco y en alta mar no es nada inteligente...

— ¡No conoces a ese salvaje! — Gruñí y se tensó.

No sabía como iba a reaccionar mi padre al verme, puede que no me reconociera, que me atacara.

— No te lo tomes a pecho, de acuerdo, supongamos que lo liberamos ¿Cómo haremos para sacarlo de las murallas sin que se ponga agresivo en el proceso? ¿Cómo abriremos las puertas sin que se den cuenta?

— De eso me encargo yo, tú ve a reunir la flota para prepararlos. Esperen escondidos cerca de las puertas — Ordené.

— ¿Ahora?

— Por supuesto — Puse los ojos en blanco — Iré con Eudora cuando todo este listo.

— Esto es una locura, podrían darnos de comer a los salvajes si nos descubren — Se levantó de la cama.

— Haz lo que pido.

— Bien, lo haré, pero solo porque ya no soporto este espantoso frío.

Me marché de su habitación.

— ¿Qué hace usted en la habitación del capitán? — Preguntó un guardia, en Polemo.

Estaba en el pasillo, que rápido cumplían las órdenes del rey.

— ¿Qué aquí no hay sodomía? — Pregunté y frunció el ceño — Teniendo en cuenta que están castrados.

— Váyase a dormir.

— ¿No quieres unirte? — Lamí mis labios.

Hizo un gesto de asco y se alejó.

Entré en mi habitación.

...EUDORA:...

La puerta se abrió.

El rey entró en mi habitación.

— Buenas noches, dulzura.

— Majestad — Hice una reverencia tensa.

Se aproximó y me tomó de la cintura.

Sentí asco ante los besos que recibí en mi cuello.

Toqué su pecho, intentando hallar la llave.

— ¿Tienes prisa? — Preguntó, tomando mis manos para besarlas, sonreí, ocultando mi desagrado.

— Un poco.

Se desató el cinturón y sacó su miembro.

— Vamos, dale atención.

Las náuseas fueron más fuertes.

¿Qué podía hacer?

— Quitese la ropa, majestad — Ordené.

— Hace mucho frío, el cuerpo de este anciano no soporta la temperatura baja.

— No se preocupe, yo le doy calor.

— Bien, pero date prisa — Gruñó, sacándose la ropa.

La capa y la chaqueta, el chaleco y la camisa.

Tenía que revisar esas ropas.

Se bajó los pantalones.

— Ya ven a darme atenciones, o mejor no, muéstrame tu cuerpo también.

Iba a ver mis manchas.

¡Mis manchas! Eso era.

Me quité el abrigo y elevé un poco la camisa.

— ¿Qué tienes ahí? — Preguntó.

— Son manchas — Le mostré mi abdomen.

— ¿Eso qué es?

— No lo sé.

Me evaluó con desconfianza.

— ¿Es contagioso?

— Una vez un hombre me tocó y después sus manos se mancharon, pero no debe ser tan contagioso.

— ¡Va, ya no quiero nada! — Siseó, con desagrado — No quiero contagiarme de eso.

— Pero, majestad... — Me hice la ofendida.

— No, no me toques — Empezó a recoger su ropa.

— Le ayudo, no quise ser molestia — Recogí la ropa, hurgando en ellas con agilidad.

— No, dame, no vaya a ser que se la pegues a la ropa — Me las arrebató.

Se vistió y salió rápidamente.

Sonreí, abriendo mi mano, tenía la llave en mi poder.

Observé hacia el pasillo, el rey salió tan a prisa que ya no estaba por ningún lado, había un guardia cerca de la puerta de Levi.

¿Ahora cómo iba a salir sin que fuera sospechoso?

Era cuestión de tiempo para que el rey se diese cuenta de la ausencia de la llave.

Levi salió y golpeó al guardia en la nuca, me sorprendí.

Lo arrastró hacia su habitación.

Salió nuevamente y observó hacia mo puerta, al hallarme en el umbral se aproximó rápidamente.

— ¿Estás bien? — Preguntó al ver la camisa desarreglada.

— Lo estoy.

— ¿Te tocó?

Le enseñé las manchas — Al verlas cambió de opinión, no quiere contagiarse.

Suspiró aliviado — Gracias al cielo. ¿Lograste conseguir la llave?

Se la mostré.

— Ponte el abrigo y guíame hacia el calabozo.

— ¿Y Albert?

— Estará esperando con la flota.

Corrí adentro para colocarme el abrigo y sali con Levi al pasillo.

Avanzamos con cuidado, escondiendo nuestras presencias.

Salimos de la torre, en plena noche, era tan oscuro que era difícil mantenerse orientado.

Había faroles iluminando.

Caminé en dirección hacia la torre.

Levi me siguió.

1
lu
obvio que escuchó, por eso se sintió más emocionado
lu
la saga es muy buena
Yise
Golozaaaaaaa aissshhh q calorrrchh q capitulo más intenso ufffffff mira q jiros más bruscos e inesperados dio, pero me encantó....... Eudora bb cosita rika debes estar agradecida q has atrapado a esa fiera solo para tí, así q ve con calma q ya ese macho pecho peludo espalada plateada es tuyo todo tuyo. Golozaaa /Chuckle//Chuckle//Chuckle//Chuckle//Chuckle//Chuckle/
Blacina Calvo Fernández
Excelente historia. Poco a poco Eudora ha ido enamorando a Levi.
Yilli Paola Soto Nuñez
claro que escucho y por eso se prendió más que no se resistió y sembró la semilla en ella cuando quieran regresar van llegar con un nuevo integrante en el barco
Sol
si escucho pero no sabe cm reaccionar a esa palabra q significa mucho
Marcela Lopez
está emocionante 🥰
Mary Ney
Escritora dele a Albert una buena esposa,, se la merece, har sir ya estas enamorado creo que escuchaste Eudo el Te Amo/Smile/
Laura Ojeda
me encanta autora gracias.. creo que Levi y Eudorita van a ser padres si siguen así....
𝓔𝓶𝓪𝓷𝓭𝓮𝓻 🖤
👁️👄👁️ yo al ver que Levi le dió como cajón que no cierra y le echó sus bendiciones a 10 meses de llegar a Floris 🤣🤣🤣 Probablemente haya bebé salvajito nuevo❤️💖
Nella Reyes
claro que te escucho sólo que no sabe como decir la palabra aún pero de que la siente la siente... sino no se hubiera derramado en ti.... apuesto a que deseo en silencio poner la semilla de un bebé en tu vientre
Daiana Ibarra
Albert de cada lugar quiere un recordatorio ahora quiere a l salvaje q le pida al rey como pago x su trabajo
Daiana Ibarra
cuando lleguen al rey van a llegar con un bebé recién nacido si siguen asi
Nella Reyes
Eudora eres una heroina, no sólo salvaste a la guerrera, también a las mujeres y niños que iban a ser asesinados y por último salvaste a tu suegro... tienes un corazón de oro puro así que Levi debe estar además de Enamorado, orgulloso que no cabe en su pecho la mujer fuerte que eres
Orozco Beatriz
si escuchó, solo que se emocionó y te dio como cajón de gabeta mal colocado 🤭🤭
Eliana Cardona
🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣
Eliana Cardona
Que emocionante es esto 👋👋👋
Faveamny Calderon
naaaa si te escucho querida pero típico de los hombres hacerse los sordos para no te er que demostrar sus sentimientos o aceptar que cayeron en las garras de cupido 🤭🤭🤭🤭
Melissa Janeth Basilio Polo
gracias , gracias por actualizar ....moría de la impaciencia por leer otro capítulo 🥺
Ana Parra
uyyy sir Levi gota a gota se llena el cántaro y Eudora tiene paciencia de doncella
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