Lino de 30 años de 1.98 m. Un AS para los negocios, heredó la templanza para los negocios de su padre, su madre, una mujer fría Que vive en apariencias, lo ha tratado de involucrar nuevamente con su exnovia Daisy, Una exuberante rubia de medidas perfectas pero no para Lino. En una celebración de la empresa conocerá una hermosa mujer, que lo hará soñar despierto. Julia Miramontes.
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🫶
—Lino se encontraba fastidiado,— con las
constantes llamadas de sus hermanos, la
celebración del siguiente día—, lo tenía enfadado
y frustrado—, el no saber nada de Julia lo estaba haciendo llegar al borde de la desesperación
Se calmó cuando Brando entró con una bolsa de comida—, el olor lo hizo recordar que no
había ingerido alimentos en todo el día.
—¿No piensas comer este día?—preguntó con
una sonrisa,— sacando los moldes con comida
caliente sobre el escritorio,— mientras Lino le
hacía espacio sonriendo de igual forma.
—¡Lo hice pensando que tengo un primo, que
por suerte no me dejaría sin comer!—volvió a
sonreír sirviéndose de la comida un poco,
¡Lino!….nunca me has comentado desde que
llegué si tienes novia, o alguna mujer, alguien que te destabilize!—, Lino dejó su tenedor en el aire, pensando en Julia su expresión cambió a
una serena, Brandon entendió sin palabras,
pero la llegada de Benjamín interrumpió la
declaración que dejó en su garganta.
—Brandon se tuvo que retirar—, debía estar en
la junta de médicos en el hospital recién
adquirido—, además no había dejado de pensar en la chica con la que tropezó el lunes anterior,
solo quería saber más sobre ella—, las cosas
pueden mejorar, se dijo a sí mismo—, además
las apariencias engañan,— por eso tenía interés
en conocerla,— saber si era como las otras que a conocido, le dio la impresión que era diferente.
—Una charla quedó pendiente con Lino, pero
cree absolutamente,— que hay una mujer
involucrada en la reacción que ha tenido durante
estos últimos días,— y se atrevería apostar qué
está enamorado,— pero Lino quien es, no cree que lo esté aceptando.
—Mañana en la celebración de la empresa
verá si aparece la mujer,— solo que se pregunta
¿porque la familia no está enterada? Es lo que hay que hablarlo con Lino, esperando que no la esté cargando.
—Julia llegó a la cafetería, como de costumbre,
esquivando las preguntas de los empleados
Que, en algún descanso, siempre la asechaban con preguntas, sobre el nuevo dueño.
¡No les entiendo!— les dijo en una ocasión, ¿que les está dando por saber sobre ese sujeto? que siempre se comportó con nosotros como si fuéramos de su ¿propiedad? — Sin contar con los
continuos acosos, que por el hecho de ser mujer
Tuvimos mientras nos amenazaba.
—Habían quedado por unos días, sin hacerle
preguntas—, además que no se había estado
sintiendo nada bien,— el olor al café le daban
nauseas,— debía hacerse un té algo que le
acentara su estómago.— El día estuvo tranquilo,
apesar que los clientes habituales estuvieron
exigiendo rapidez no hubo ningún otro problema.
Se sentía soñalenta, llegar a la cama a descansar
sonaba relajante,— Emma no tardó mucho en llegar por ella,— la farmacia estaba cerca de su
departamento, su madre tenía que recibir otra dosis de morfina,— para disminuir el dolor—,aparte se tenía que mantener dormida para
no perder su estabilidad física que le provoca
esa enfermedad.
—¡Julia!— No te miras bien! ¿Que pasa?
¡No sé algo qué comí no me cayó bien!
—Te ves terrible!— contestó su amiga arrugando
el entrecejo,— ¡Me siento terrible! Contuo Julia
recargada en la ventana del auto,— llegando a casa Julia aún continuaba dormida.
Algo que no era común en ella,— se lo adjudico
A las altas jornadas de trabajo, que veces tenía
que hacer.
—Emma también trabajo sin contratiempos
no hubo tanta emergencias, como para pedir
un respiro,— No volvió a ver al modelo de
hombre de aquel tropiezo,— No era suertuda
pensó, llegó a su casa, Julia no estaba, debía
estar con su madre,— antes de irse al hospital
le había puesto una dosis, por lo que supuso
que ya estaba despierta.— tomará algo para
cenar y irá con su amiga.
—Sandra cada día estaba más deteriorada era
duro de admitir,— pero no había nada más que
hacer.
—Pero al llegar Julia estaba en su habitación,
con su teléfono en mano,— Julia al verla suspiró
pero Emma la vio,— limpiarse el rabillo de los ojos. ¿No te ha llamado? Preguntó Emma con un
gesto, ¡No!…Ni un mensaje siquiera! se le llenaron
los ojos de lágrimas.
Nena!… ahora no se que decir, si pudiera hacer
cualquier cosa te juro lo haría, por no verte así.
—Los ricos son gente sin sentimientos,—
Roma contestó al haber escuchado la
conversación,— abrazando a su hermana con
amor,— aquí estamos para apoyarte Julia no
estás sola, Emma se unió al equipo con
mucho sentimiento y cariño.
SALÓN LAS LUCIÉRNAGAS - HILL HOTEL
—Las luces en el gran salón brillaban como
danzas de Luciérnagas,— por eso el nombre
Fue dado por el dueño al salón de fiestas, un gran amigo de Lino y socio.
—Lino tomaba una copa de champán brindando con sus socios,— pero sentía que algo o alguien
le faltaba,— tomó su copa de un solo trago, para
ir con sus hermanos,— la celebración lo estaba ahogando, mírate grandote,— No hay hombres
mas guapos que mis hermanos y claro que te incluyo, le hizo saber a Brandon el cual soltó una
carcajada, siempre decía lo mismo.
—Luisa que no perdía tiempo,— le hizo una señal
A Daisy quien entendió,— con una copa de
champán se acercó hasta donde se encontraba
Lino,— Paola que estaba frente al grupo,— se dio
cuenta hacia dónde se dirigía, negó con una mueca de de hastío—¡querido Lino!—Brandon y Benjamín que estaban juntos se movieron para darle lugar,— Lino volvió su mirada hacia su
madre,— quien disimuló no estar enterada,
junto a un grupo de mujeres.
Era obvio que su madre no se daba por vencida.
—¿Qué te trae por aquí Daisy?— contestó con
cara de pocos amigos,—¡Querido te extrañado me tienes un tanto triste! —¡no veo el motivo
tú y yo no tenemos nada que ver!— contestó
desviando la mirada al ver que le tomaban
fotos,— ya conseguiste llamar la atención!— Ahora retírate dijo con tono severo.
—Daisy se sintió avergonzada pero seguirá
insistiendo, Luisa la madre de Lino la está
apoyando y ella está dispuesta hacer todo por
conseguir a ese hombre que ella eligió.
—Las tomas están listas querida,— pronto esa arribista se tendrá que volver de donde salió
¡Mi hijo solo se casará contigo! como que me
llamo Luisa Anderson.
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