Mientras Tu No Estabas. Dinastia Beaumont

Karim la observó estaba indignado

— Ahí tiene las sábanas y toallas dijo ella.

— ¡Busca a alguien que me haga la cama!, ordenó él.

Ella lo miró, las empleadas estaban ocupadas tendría que pedírselo a Natalie, en serio no podia hacer una cama. Dejó su teléfono sobre uno de los muebles. Tomo las sábanas y comenzó a hacer la cama y deseó que él se ofreciese a ayudarla para poder terminar antes, pero, a juzgar por la postura arrogante de aquel hombre, lo más probable fuese que no hubiese hecho una cama en toda su vida. Karim se metió las manos en los bolsillos para ocultar su erección. Estaba muy excitado. Kat se estaba inclinando delante de él y no había podido evitar fijarse en su perfecto trasero y sus piernas. Se las imaginó alrededor de su cintura mientras le hacía el amor y sintió mucho calor. Se sentía como si llevase años sin sexo, cuando no era verdad. Y lo peor de todo era darse cuenta que aunque ella lo había rechazado su cuerpo lo estaba traicionando.

Después de poner las fundas de las almohadas en silencio, Kat volvió a mirarlo. Se sentía tan incómoda. Él le sonrió y todo su rostro se iluminó. Ella tomó las toallas y las dejó sobre la cama.

— ¡Katherine!, exclamó él viendo que se marchaba. Ella se giró y lo miró.

Él le extendió su teléfono, se lo estaba olvidando ella alargo la mano y lo tomó

—Gracias, exclamó ella.. Karim la fulminó con la mirada.

—Yo no te las voy a dar a ti, ya que todavía no has hecho nada por complacerme... nada, le dijo Karim. Y a Kat le entraron ganas de echarse a reír al oírlo hablar como a un sultán que estuviese informando a una de las chicas de su harén de su descontento, pero entonces lo miró a los ojos y se puso seria. Tuvo un mal presentimiento. Se dio vuelta y abandono la habitación.

Luego de entrar a su habitación Kat se dirigió a la ducha. Mientras pensaba que ponerse para la cena.

¿Por qué estaba ahí?, a caso no era el rey de vaya a saber donde. Uno pensaría que un rey sería un hombre ocupado.

Ella se puso un sencillo vestido de algodón y unas sandalias bajas y se recogio el cabello. El vestido si bien resaltaba sus curvas no enseñaba nada lo cual complacería mucho a sus hermanos y no se sentiria incomoda con las miradas de Karim.

Katherine bajo a la sala, Jaul Bakhur y Sander se encontraban sentados ahí.

Henry, Karim, Alexos y su padre conversaban de negocios a unos metros de ellos.

Henry miró a su hermana, por primera vez iba vestida adecuadamente.

— Buenas noches dijo Leonidas Pallis pasando junto a Kat observándola, se sentó con sus amigos y comenzaron a conversar.

Kat se sentó apartada, ese era el problema no se sentía cómoda en ningún lado.

Los tres jóvenes se pusieron de pie y se plantaron delante de Kat.

Karim se puso tenso, que su hermano o sus amigos tuvieran un interés en Katherine Beaumont no era de su agrado. Aúnque lo lógico era que él se olvidara de ella, tenía 33 años y muchas mujeres matarían por su atención, porque tenía que empeñarse en una que no le hacía caso alguno.

Ella los miro — ¿ Los puedo ayudar en algo?, pregunto.

— Sí, queríamos hacerte una invitación dijo Leonidas.

— ¿A dónde?, pregunto ella.

— A bailar iremos nosotros y algunas amigas dijo Sander.

— ¿Cuándo?, porque tengo que pedir permiso dijo Kat.

— ¿ Aún pides permiso?, pregunto Jaul con una sonrisa burlona.

— Sí, algún inconveniente respondió Kat.

— Iríamos hoy Kat, después de cenar dijo Sander tratando de suavizar la situación.

— Iré a pedir permiso dijo ella poniéndose de pie.

Henry Beaumont observaba a su hermana.

— Papá me concedes un minuto de tu tiempo dijo Kat con tanta dulzura.

— Por supuesto, ¿qué quiere mi princesa?, dijo Charles mirando a su hija.

— Sander y sus amigos me invitaron a bailar esta noche. ¿Puedo ir?, pregunto ella. Henry Beaumont negó con la cabeza. — Papito por favor, dijo ella.

Karim la miró estaba fascinado, era increíblemente manipuladora como toda mujer.

— Está bien Kat, puedes ir, pero ya conoces las reglas dijo Charles.

— Gracias papá dijo ella dándole un beso a su padre. Mientras los tres jóvenes sonreían.

— ¿A que hora nos vamos?, pregunto ella.

Sander le dijo el horario y Kat subió a buscar algo para ponerse.

— ¿ A dónde irán?, pregunto Alexos.

— A la discoteca de los Pallis respondió Sander. También vendrá Xiomara y sus amigas.

— Está bien, no olvides lo que te dije respondió Alexos.

Chris Beaumont ingresó en ese momento vestido elegantemente.

— ¿Piensas salir?, pregunto Henry

— Sí me voy a bailar, podrías venir después de todo estamos de vacaciones dijo Chris.

— Tal vez me dé una vuelta, dijo Henry mirando a los tres jóvenes, si pensaban que tendrían una ventaja con Kat estaban completamente equivocados.

 —¡Llevaras custodia Jaul!, ordenó Karim.

 La cena transcurría en completa armonía, entre conversaciones de arte, negocios.

Luego de cenar Kat se fue a cambiar para salir

Había elegido un vestido plateado no tenía espalda y era muy corto, era perfecto para bailar toda la noche con un par de zapatos de Manolo Blahnik imposiblemente altos y con tiras que parecen hechas de cristal de espejo.

Se soltó el cabello y se lo cepillo bien, no solía maquillarse, solo se puso un poco de brillo en los labios.

Kat bajo las escaleras y los tres jóvenes se pusieron de pie.

Henry miró a su hermana con total desaprobación.

— Pensé que aprovecharías el viaje para mejorar tu vestuario dijo Henry.

— Lo hice, este vestido es de Casandra Ricci dijo Kat provocando las risas de Natalie. Henry la miró con el ceño fruncido.

— Compórtate Kat dijo su padre.

Ella se despidió de su padre y salieron de la casa.

Entraron al club nocturno por la puerta trasera, donde el equipo directivo les dio la bienvenida. Flanqueadas por un ejército de guardias de seguridad, los condujeron a una sala decorada con luces exóticas, y zonas acogedoras e íntimas, decoradas con coloridas sedas y mullidos divanes.

Kat la estaba pasando muy bien. Se puso de pie y se dirigió a la pista con Xiomara y sus amigas, estaba bailando de lo más divertida cuando al mirar alrededor noto vio una cara familiar.