NovelToon NovelToon
Antes De Saber Lo Que Es El Amor.

Antes De Saber Lo Que Es El Amor.

Status: En proceso
Genre:Romance / CEO / Matrimonio contratado / Amor de la infancia / Equilibrio De Poder
Popularitas:4.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Mel G.

Cuando el hermano mayor de Reachel, Elliot, desaparece en un trágico accidente, ella deberá tomar la presidencia de la empresa familiar, pero esta viene con una condición, casarse. El mejor amigo de su hermano, Santos, le ofrece casarse con ella para ayudarla, pero hay un problema, ella lo ha amado desde niña.

NovelToon tiene autorización de Mel G. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

LA BODA

...Reachel:...

El dia de mi boda había llegado. Ya no había marcha atrás.

— Te ves muy hermosa. — Me dijó Elena.

— No me siento hermosa. — Era la verdad, aunque se que no me veia mal no había buscado un vestido fantástico lo que era raro en mi.

— Aún estás a tiempo de arrepentirte. — Elena podia notar mi desánimo.

Trató de convencerme, pero yo ya no daría marcha atrás.

— Hija ya llegó el juez, es momento. — Me informó mi madre, ella no estaba de acuerdo en esto, pero se mantuvo al margen.

Suspiré, mientras tras bajábamos por las escaleras comence a temblar.

La ceremonia era demasiado sencilla para mi gusto, pero me daba exactamente igual.

Había adornos de flores, con colores oliva y blanco y también lo demás de la decoración.

Pude divisar a Franco, Romina quien estaba aquí por que me estaba ayudando con todo y Santos, que al verme cruzamos miradas, pero no nos dijimos nada. Crie que no iba venir.

Franco comenzó hacer un alboroto con Elena y mi madre, pero lo mantuvieron a raya con ayuda de seguridad. Si por mi hubiese sido no lo habría invitado, pero el señor Bolat lo invitó como su testigo, era normal, también lo quería como a un hijo.

Elliot debió haberlo denunciado por todo lo que hizo, pero entiendo que no quería comprometer a Elena.

Paso un tiempo y el juez tomó su lugar.

— Ya estamos listos para comenzar. — Dijó el juez.

— Aún no ha llegado el novio. — Dijó mi madre.

...****************...

...Santos:...

Hoy iba a ser el día en que Reachel iba a casarse. No iba a ir, pero siempre estado para ella en la buenas y las malas, y estas eran las peores.

Aun cuando se me vaya a partir el corazón verla casarse, tengo que estar para ella.

Cuando salió se vía muy linda de novia. Su rostro reflejaba incomodidad incluso nerviosismo.

— No puedo darles tolerancia, hay otras bodas que efectuar. — Notificó el juez.

— Por favor señor juez, solo diez minutos. — Pidió ella.

Ojalá el maldito de Bolat no se presente.

El timbre sonó y Reachel respiro aliviada, yo me tensé.

— ¿Estas bien? — Me preguntó Romina.

— Si estoy bien.

— Debe ser el.— Dijó Reachel.

Pero no era el.

Grande fue mi sorpresa cuando vi entrar a Paolo al jardin.

— Buenas tardes. — Dijó. Todos lo vimos con ojos extrañados. — Santos ¿no vas a saludar a uno de tus mejores amigos?

Imediatamente caminé hacia el, tenía años que no lo veia, pero sé que siempre seremos amigos.

— Paolo. — Lo abracé con una sonrisa.

Me parecia extraño que estuviera aquí, Elliot había ido a verlo, pero no se de que manera se hayan arreglado.

— Santos ¿quien es? — Me preguntó Reachel.

— Es Paolo, el chico que iba con Elliot y con migo en preparatoria.

— A ya te recuerdo, eras quien siempre se metía en problemas ¿no es así? — Reachel estrecho sus ojos.

Paolo siempre fue un chico problemático, y nos arrastraba, a Elliot, a su hermano Hernan y a mi con el.

— Ese soy yo. — Admitió Paolo.

— Disculpa, no quiero ser grosera, pero ¿Quien te invito?

Cerré un poco mis ojos, Rachel siempre tan directa.

— Solo venía a decirle algo a Santos pero si me permites quedarme, me gustaría.

— Si de acuerdo esta bien. — Dijó Reachel.

Nos aportamos.

— ¿De que querías hablar?

— Solo espera y verás.

Paolo tuvo su vista sobre Franco mucho tiempo, sabía que tarde o temprano vengaría a su hermano, así que yo sabía que Franco ya era hombre muerto.

Los minutos seguían pasando y Bolat no llegaba. Yo rezaba al cielo para que así permaneciera.

— Lo siento mucho,pero se acabo el tiempo, ya no podemos esperar más.— Señaló el juez.

— No por favor espere. — Ruega Reachel.

— No contesta. — Dijó Franco, quien había estado desesperadamente tratando de contactar al señor Bolat.

— Lo siento mucho, pero ya no se puede esperar. — El juez comenzó a tomar sus cosas.

Reachel vio con desesperación a su madre.

— Espere. — Trate de detener al juez. — ¿Y si yo me caso con ella?

— No son las bodas de una quermés señor, hay papeleo y procedimientos que llevar. — Se molestó el juez.

— Podemos entregar ese papeleo después, sabemos que no es lo usual, pero los tendría hoy mismo señor. — Argumentó Paolo.

— Solo si la señorita acepta, y los necesitaría para hoy antes de que se cierren en las oficinas, o el matrimonio quedará anulado hoy mismo. — Advirtió el juez.

— Los tendrá hoy mismo. — Aseguró Paolo. Bendito seas Paolo.

Vi a Reachel directo a los ojos. — Por favor. — Le pedí casi como una súplica. En su rostro podia ver que me rechazaba con todas sus fuerzas.

Apretó sus labios.— Está bien.— Terminó aceptando. Una carga en mi se aligeró.

— Por su puesto que no. — Se opuso el idiota de sus hermano.

— No te estoy pidiendo permiso.— Le recalco Reachel. — Al final es mi decisión y tu no te tienes que meter.

Era lo que me encantaba de ella, podia estar comentiendo el peor error de su vida, pero no dejaba que nadie le quitara su derecho a elegir.

— No lo acepto. — El idiota quiso acercarse amenizarme, pero los guardias no lo permitieron.

— Franco compórtate o lárgate. — Le dijó su madre.

— Suéltenme imbeciles.— Exigió.

— Señor retírese. — Dijó uno de los guardias mientras lo sostenía.

— No puedo dejar que esta estupidez suceda. — Forcejeó tratando de soltarse.

— Ya sáquenlo de aqui. — Ordenó Elena cansada.

Los guardias acataron la orden y lo sacaron de la propiedad.

— Vamos a casarnos entonces . — Dijó Reachel, mi corazón se aceleró.

— Hay un problema.— Todos volteamos a ver al juez. — Hacen falta dos testigos uno de ellos era el señor Franco Zenón, quien se acaba de retirar y el otro testigo nunca apareció.

Mi mirada se cruzó con Reachel, tal parece que no estábamos destinados a casarnos.

— Yo puedo ser uno de los testigos. — Intervino Paolo. — Tengo mi identificación con migo. Saco su billetera y la entrego al juez.

Este hombre, le besaría los pies cuando esto termine.

— Yo también puedo ser testigo. — Dijó Romina, ella últimamente estaba más cerca de Reachel y sobre todo de Elena. — También buscó en su bolso, extendió su identificación.

— Bien entonces demos inicio de una vez por todas. — Señaló el juez.

— Señor Santos Bianco acepta como esposa a la señorita Reachel Zenón. — No tardó mucho en preguntar , ademas de que estaba haciendo la ceremonia más rápida por el retraso.

Suspire. — Si aceptó. — Dijé con todo el gusto del mundo.

— Señorita Reachel Zenón, acepta como esposo al señor Santos Bianco.

Dudó un momento. — Si aceptó. — Fue como música para mis oídos escucharla decir eso.

— Señor Santos Bianco, puede besar a la novia.

¿Yo debería besarla? El impulso de hacerlo me estaba ganando.

— No es necesario. — Cortó ella de tajo.

Sabía que esto era falso por lo que era obvio que ella no quisiera.

Durante el banquete Paolo se me acercó y las mujeres estaban reunidas por otro lado.

— Me debes una.— El bebió de su trago.

— Ni que lo digas gracias por ser testigo y ayudarme con el papeleo.

— No lo digo por eso. — Lo observe tratando de entender a que se refería. — ¿Por que crees que el novio y el testigo no llegaron?

— ¿Fuiste tú?

— Digamos que necesitaba interrogar a ese hombre, y de paso le haría un favor a mi amigo que no se atrevido a confesársele a su amor de toda la vida.

Paolo siempre supo que Reachel me gustaba, en una borrachera se lo confesé. Y aunque yo salía con otras chicas ninguna lograba sacármela de la cabeza.

Pero algo llamo mi atención ¿Como supo que Recahel se casaría hoy?

— ¿Nos has estado vigilando?

— Los protejo, mucho tiempo los arrastre al fango conmigo. Además de no hacerlo, la mujer que está allá estaría casada con otro.

— Gracias.

Más tarde nos llamaron de las oficinas gubernamentales informándonos que el matrimonio era válido, todo el papeleo logró entregarse a tiempo.

La comida pasó bastante traquila.

En la noche era momento de que Reachel, viniera conmigo.

Ella iría a mi casa.

Había como quince maletas en sala, comence subirlas al auto antes en lo que ella se despedía. Obviamente no cupieron todas, por lo que las demás las distribuí en las camionetas donde venia la seguridad.

Íbamos en el camino y la tensión se podía cortar en el aire.

Cuando llegamos a mi casa pedimos ayuda con las maletas y entramos.

— Pedí que prepararán una recámara extra, lo más seguro es que no esté tan cómoda por lo que puedes quedarte hoy en la mía, o hasta que hagas tu cuarto a tu gusto.

— Está bien puedo quedarme áhi.

— Por favor, por favor quédate en la mía.

Sabía como era de especial y mi cuarto era cómodo.

— Esta bien gracias.

Ella iba marcharse.

— Reachel nada tiene que cambiar entre nosotros. Yo te quiero mucho eres importante para mi.

— De acuerdo. Los mismos de siempre. —Acordamos.

El impulso de abrazarla me golpeó y lo hice. Eso nunca había sido un problema entre nosotros, nos hemos abrazado muchas veces.

...Reachel:...

Me había casado con Santos, al final mi egoísmo me ganó y lo até a mi.

Cuando entre a su habitación la curiosidad me llamó. Empecé a observarvar la paredes, su armario y el baño. Todo tenía un toque muy varonil.

Llegue a donde se encontraban sus perfumes, regué un poco de uno de ellos en el aire y lo olí, si olía bien, pero yo sabía que olía mejor en el.

¿Que estoy haciendo? Parezco una acosadora.

Tocaron la puerta.

— Señorita Reachel sus maletas. — Ana había entrado, ella era una joven que trabajaba al servicio de la limpieza, junto con su madre Lorena y su padre Javier que era chofer.

Más empleados comenzaron a entrar con mas maletas, debia bajarle un poco a las compras o donar lo que ya no usaba, me estaba excediendo un poco. Las colocaron en el armario.

— En un momento mandaremos personal para acomodar todo señorita.

— De acuerdo.

— ¿Necesita algo más señorita? — Me preguntó Ana.

— Estoy bien, Gracias.

Fui al armario.

¿Donde, entre todas estas maletas encontraré una pijama? Pense por un momento y una idea me surgió.

Camine nuevamente observando las coss de Santos. Tome una playera de el y me la puse. Amaba como se sentía, tome un pantalón deportivo y me lo puse tambien, me quedaba grande, apreté los cordones es de la cintura.

La ropa me quedaba olgada pero me importó muy poco.

La puerta volvio a sonar.

— Estoy bien Ana, si nececito algo yo te… — No era Ana quien había tocado a mi puerta.

— Lle... ¿Llevas puesta mi ropa? — Frunció sus hermosas cejas pobladas.

— Si, es que tengo demasiadas maletas a no sé dónde metí mis pijamas, discúlpa.

—Puedes ponerte lo que quieras.— Le resto importancia. — ¿Bajarás a cenar?

— Si esta bien, en un momento voy.

Dejó de recargarse en el marco de la puerta y se marchó.

Ay por Dios se veia tan sexy, me encantaría que vienera a pasar una noche de bodas conmigo.

¿Que locuras pienso? Hace mucho que no tenia la oportunidad de ver el cuerpo de Santos, por lo menos la párte de arriba. Que era lo que veia cuando íbamos a la playa o en la piscina de la casa.

Un calor me recorrió ¡Ya basta! Me obligue a terminar con mi fantasía.

Me estaba esperand, así que tome unas sandalias y sali.

Baje las escaleras, pase al lado derecho hacia el comedor.

— El estaba ahí en su teléfono.

No llevaba saco, solo su camisa, con las mangas recogidas.

Lo dejó en cuento me vio.

Hizo una seña para que ya sirvieran la comida.

— ¿Estas lista para tu primer día mañana?

— Si. — Nos sirvieron los platos. — Un poco nerviosa, pero lista. — Confesé.

— Que bueno por que mañana tenemos la un cliente.

— ¿De quien se trata? — Di el primer bocado a mi comida.

— No lo sé. — Se encogió de hombros. — Me informó Mara que mañana temprano nos visitaría, que desde hace unos días esperaba para hablar directamente con el presidente y vicepresidente.

— ¿Por que no lo hizo contigo? — Pregunté.

— Dijó que quería hablar con ambos.

Bien.

Comenzamos a comer, termine de comer ,pero como de costumbre Santos no, el solía tene un gran apetito, podia comer varias veces en una sola comida.

—Te tengo una sorpresa aunque no se si quieras por que ya es tarde.— Lo vi expertante.

Me trajeron una rebanada de pie de limón.

— ¿Pediste que hicieran mi postre favorito?

— Solo para ti, no te pelearé ningun pedazo.

— Es una lástima, por que lo que más me gusta es tener que ganártelo. — Lo probé. Estaba muy bueno. — ¡Esta delicioso! pruébalo.

Extendí la cuchara hacia el. El comió, como siempre que yo le daba a probar algo de lo mío.

— Si esta muy bueno.

Cuando termine el postre íbamos a descansar.

— Que duermas bien

— Buenas noches.— Entre en su habitación.

Resople. Estos días serán largos.

Después de desmaquillarme fui a tomar un poco de perfume de él y lo rocié en el ropa que llevaba puesta.

Me metí en las sábanas y olían a el.

Tenía que quedarme con esto, sería lo más cercano a sentir que duermo con el.

1
Noemi Rios
me falta el el final
Mel G.: Hola buen día querida lectora, así es, aún esta en emisión, si gustas puedes leer ¿Tu eres mi esposa? Que es una novela antes de esta.
total 1 replies
Yolanda Fuentes
me encanta seguir con la historia de Rachel y santos 👏🏻👏🏻
Rossana Centeno
excelente
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play