Emily un día se da cuenta que por más que lo intento ella nunca consiguió un lugar en el corazón de su esposo e hijo. Decidida a darle fin a todo un día simplemente presenta los papeles de divorcio intentado recuperar la vida que dejo de lado por cuidar de una familia que jamás la considero parte de ella. Llevándola a descubrir una verdad aterradora que la pondrá a elegir entre su vida o la del niño que crió por años.
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Llena de amor.
Me acuesto en la camilla e intentó no mirar la pantalla, no quiero hacerme falsas esperanza y que todo resulte en un error, eso sí me mataría y ya no podría salir adelante.
- Bueno aunque no me querían creer aquí está el pequeño retoño bien aferrado a su madre.
Puedo escuchar un corazoncito latiendo como un tambor, rápidamente volteo y en la pantalla veo la cosa más hermosa que me puedo imaginar. Ese pequeño corazón todo este tiempo estuvo latiendo dentro de mi y no me di cuenta.
Junto con la felicidad llega la culpa, he sido descuidada muchos meses y eso pudo lastimar a lo más preciado que tengo. Comenzó a llorar desesperada y entre lágrimas le suplico que me diga si todo está bien.
- Tranquila este bebé se ve muy saludable, eso sí desde ahora tienes que tener mucho cuidado, tomar tus vitaminas todos los días y no matarte trabajando. Te voy a mandar una semana de reposo absoluto.
- Muchas gracias Rosa me acabas de dar la mejor noticia de toda mi vida.
- Ese es mi trabajo mujer y aunque es muy pequeña puedo decir que esperas una niña.
- Una niña lo escuchaste Sami, vamos a tener una princesa.
- Si lo escuche, será una niña muy feliz y amada eso te lo aseguró Emily.
- Rosa por favor no quiero que esto se sepa entre los demás doctores o enfermeras, cuando vuelva seré yo misma las que les dé las buenas noticias.
- Jamás haría eso, no te preocupes ahora ve y disfruta de esta nueva etapa de tu vida.
Antes de irme pasó por la oficina de director y a él si le confío está gran noticia.
- Mira que si me estás sorprendido Emily, muchas felicidades.
- Gracias, me gustaría quedarme a supervisar a los niños, pero..
- No te preocupes por eso ahora lo único que tiene que estar en tu cabeza es la salud de tu bebé. Además, aquí tenemos a esta nueva y energética enfermera.
- Yo te cubro nena, está vez seré yo la que trabaje para mantener el hogar.
- Señor no quiero ser grosera, pero me gustaría que esto se mantenga en secreto hasta que esté lista para decirlo.
- Entiendo, no te preocupes. Ya vete a casa Emily.
- Un bebé lo puedes creer Sami, voy a tener un bebé.
- Estoy muy feliz por ti y que milagro más grande que esa bebé este tan bien.
- Sin duda esto es una nueva oportunidad para mí.
- Emily le piensas decir a Ricardo.
- Todavía no quiero pensar en eso, aunque él es el padre no sé si quiera saberlo, después de todo nunca estuvo de acuerdo en que yo me quedará embarazada.
- Eso no importa nosotras dos podemos criar bien a un bebé, le daremos mucho amor y un hogar cálido.
- Gracias por estar aquí conmigo.
- Siempre voy a estar aquí Emily, siempre.
Ella me acompaña hasta el auto cuidándome como si fuera de cristal lo que me da mucha ternura. Hoy es el día más feliz de mi vida y tenerla a ella para compartirlo es lo más hermoso.
- ¿Ya se va doctora?
- Si y lamentó decirte esto Milo, pero me acaban de dar una semana de reposo. Te encargo mucho a mis niños, prometo compesártelo luego.
- ¿Tan enferma estas que incluso eres amable conmigo?
- Por favor cualquier cosa que pase te pido que me llames de inmediato, no quiera hacer esto, pero no tengo opción.
- Está bien.
Que está pasando aquí, nunca pensé que está mujer supiera ser cortés y mucho menos conmigo. ¿Acaso de verdad estará muy enferma? No puedo preguntar o pareceré muy indiscreto, tampoco es como que me interese saberlo.
La vemos irse y aprovecho para hablar con esta enfermera que parece ser cercana a ella.
- ¿Ella está bien?
- Ella estará bien. Muchas gracias por sostenerla antes de que se golpeara, doctor.
- No fue nada.
- Para nosotras dos fue muchísimo, más de lo que se imagina.
Okay ahora si estoy confundido, pero ambas se ven alegres así que malas noticias no fueron, al menos que sean suicidas.
En casa Emily no dejaba de acariciar su vientre pensando que adentro de ella estaba creando vida la ponía eufórica.
- Bebé perdona a esta mala madre que no supo de tu existencia hasta ahora, perdóname todos los descuidos y todas las lágrimas que derrame. Desde ahora ya no volveré a llorar y estaré siempre feliz así tú también eres feliz. No tienes idea de todo lo que me haces sentir, gracias a que vienes en camino ya nunca más volveré a estar sola y daré todo de mí para que nunca te falte nada.
Me acurruco junto a Lucky y los 3 nos damos un merecido descanso. Si antes pensaba que era feliz ahora no sé que nombre ponerle a esto. Inmensidad... Tanto amor, tanta paz, alegría. Alegra sería un buen nombre para mi hija.
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- Papá cuando va a volver Emily. La extraño mucho.
- Yo también la extraño hijo, también lo hago.
- Entonces llámala y dile que regrese.
- Que va a pasar con tu mamá si Emily regresa con nosotros.
- Mamá siempre está con su celular, ella no me cuenta cuentos por las noches, tampoco cocina rico ni me ayuda con las tareas. Es buena de a ratos, pero yo quiero que lo sea siempre como Emily.
- Saúl tu mamá se está esforzando, dale un poco más de tiempo.
- Antes pasábamos más tiempo juntos y ahora que vivimos todos aqui ya no. ¿Por qué papá?
Yo tampoco sé cómo responderle eso a mi hijo, cuando Sabrina volvió a aparecer se veía tan dispuesta a arreglar las cosas y ahora que por fin estamos juntos parece que nada le importa.
Lo peor de todo es que no dejo de pensar en Emily todo el tiempo, ahora me doy cuenta de todo lo que ella hacía por nosotros incluso el calor de esta cosa se fue con ella. Ahora es solo un lugar frío que desconozco por completo.
Pero a pesar de eso la veo en cada rincón, ella sonriendo y cantando en cada esquina, extraño sus abrazos por las noches y esa paciencia infinita que nos tenía.
