PRISIONERA DEL DOLOR.

En la bodega Thomas soltó a Pilar de mala gana.

- Creí haber sido claro contigo Pilar no quiero volverlo a repetir.-. Le señaló con el dedo.

- La verdad amor no se que le viste a esa niña es tan...-. Lo pensó.-. Corriente.

- Mírate Pilar, tú a mi esposa no le llegas ni a los talones-. Soltó con desdén.

- No voy a permitir que me trates así por esa boba, te vas a arrepentir.-. Lo amenazó.

- No me amenaces Pilar porque no te conviene ni a ti ni a tu padre.-. Se fue de allí mientras Pilar le gritaba, pero la ignoró.

Llego donde estaba el embarque confirmó que todo estuviera en orden y que la mercancía fuera en buen estado, así que dio la aprobación de envió una vez hecho todo se fue a donde lo esperaba Luisa.

Se subió pero ella lo ignoro por completo no le dio la cara se dedicó a ver por la ventana dio un suspiro y empezó a manejar creyó que hoy iba a ser un gran día junto a ella pero todo le salió mal.

Después de unos veinte minutos se atrevió a hablarle.

- Luisa ¿a donde quieres ir?-. Le preguntó

- Quiero regresar a la casa.-. Le dijo sin mirarlo.

- Vamos Luisa hoy quiero pasar tiempo contigo.

- Se nota.-. Cuando Luisa dijo eso se arrepintió de inmediato, pero Thomas ya la había escuchado.

- ¿Celosa?.-. Preguntó Thomas Sonriendo.

- No.-. Dijo seca.

- Pues no te creo.

- No me interesa si lo haces.

- Dímelo mirándome a los ojos.-. Empezó a retarla.

- Me da igual si lo haces, no me interesa si te acuestas con ella o no, solo quiero que me lleves a la casa o aún me quieres seguir humillando, si hubiese sabido que iba a salir para que me hicieras eso hubiera preferido quedarme en la habitación.-. Todo eso lo dijo con lágrimas en los ojos.

Thomas al verla así se sintió culpable, ella tenía razón Pilar la humilló y él no le dio su lugar.

- Sé que lo nuestro es una farsa, pero no quiero que en las noticias me tachen como la esposa engañada porque no lo voy a tolerar-. Luisa tenía tanta rabia.

-Eso es lo único que te importa tu imagen o que tu ex noviesito te vea que eres infeliz mientras él es feliz con tu hermana-. Dijo Thomas sin medir sus palabras.

Thomas al percatarse de lo que había dicho sonrió irónico en vez de arreglar las cosas la estaba embarrando más.

- ¿Piensas que soy como tú? que no sabes respetar a tu esposa falsa y por lo de Agustín me disculpé y tú no has hecho lo mismo-. Le recordó Luisa.

- No sé porque te pediría disculpas si no hice nada, Pilar es una am....

- No quiero saber que significa ella para ti.-. No lo dejó terminar la oración.-. O paras o me tiro.-. Lo amenazó mientras abría la puerta.

- No serías capaz

- Quieres verlo.-. Se iba a tirar, pero Thomas la agarro de la cintura.

- ¡Estás loca Luisa!.-. Detuvo el auto de golpe.-. Deja tus niñerías ¡madura!.

- ¿Que madure? tú me vienes a decir a mí que madure, eso lo hice cuando apenas tuve conciencia, no sabes lo que es vivir con un padre que te golpeaba hasta por respirar, una madre que apenas y sobrevivía al maltrato de él y un hermano que no pasaba en casa y se creía todas las mentiras que le decía mi verdugo porque eso fue mi padre para mí, solo fui una sirvienta más que dormía en el establo si reprochaba, que no me dieran de cenar, maduré cuando me di cuenta que a pesar de los años siempre seré prisionera de todo el dolor que me causaron mi propia familia y sabes cuál fue mi único error ¡NACER!.-. Lo último lo grito con dolor, su llanto era fuerte estaba desahogando tanto dolor reprimido.

Thomas al verla no dudo en abrazarla, ella lo intentó rechazar, pero la aprisionó más a su pecho hasta que dejó de resistirse.

- Perdóname Luisa no sabía todo el dolor que ese hombre te causó.

- No quiero tú lástima Thomas no la necesito.-. Dijo sollozando

- Lo que siento por ti no es lástima Luisa y disculpa por lo de Pilar ella no...

- Discúlpame tú a mí por reclamarte sin derecho, pero ya estoy cansada de que todos quieran pisotear mis sentimientos.

Thomas le agarro el rostro con ambas manos y la contempló, si tan solo ella supiera que es dueña de toda su vida no se sentiría así, no lo pensó y la besó.

Acarició cada parte de su pequeña boca con dulzura, sus manos dejaron el rostro y bajaron hasta las caderas, la apretó más hacia él, se separaron por la falta de aire y juntaron sus frentes.

- Adoro cuando las peleas terminan así.-. Dijo Thomas y Luisa sonrió tímida.

-. Deberíamos irnos, tus hombres tienen el tránsito parado.-. Thomas observo hacia atrás y se percató que había casi diez autos retenidos por sus hombres.

Sonrió y llevo a Luisa al auto ambos se pusieron el cinturón de seguridad y se dirigieron a la casa, cuando llegaron Lucía les preparo algo ligero y se fueron a sus habitaciones.

Diez minutos habían pasado cuando Thomas tocó la puerta de Luisa, ella le abrió y al ver que era él se sorprendió.

- Supuse que era Lucía.

- Disculpa si te molesto, pero te vine a preguntar si querías ver una película conmigo.

- Claro, sería súper además aún no tengo sueño.

Se fueron a la sala y Lucía les preparo palomitas de maíz, se despidió de los dos y se fue a descansar.

- Acción, romántica, terror o comedia.-. Thomas le dio a elegir.

- Acción.-. Le respondió Luisa.

Thomas dio play a la película y empezaron a verla, la trama era interesante trataba de mafias, carreras ilegales entre otras cosas.

La película demoró dos horas, cuando termino Luisa dormía y Thomas estaba a punto de hacerlo, no lo pensó y se acomodó en el sofá junto con ella, inhaló su aroma y Luisa se acurruco más a su pecho él solo sonrió después de todo el día no había sido tan desastroso, besó su frente y se quedó dormido.