La Humana Despreciada Y El Rey Mago

Desear que la tierra se abra bajo mis pies y me escupa en cualquier otro territorio es quedarse corto. La mirada de Kira, fría y depredadora clavada en el imbécil del dueño del hotel, fue solo el preludio de un día lleno de emociones fuertes, terminando en una humillante transacción en la que me siento una mercancía. La fulminé con la mirada, un rayo silencioso que ella, experta lectora de mis tormentas internas, recibió como una sentencia.

__Hermosa, no mires así a tu amiga, solo intenta ayudarte__. No lo dejé siquiera articular la frase completa.

__¡Pues prefiero quedarme como novia de pueblo ante el amor, antes de enredarme con un hombre como tú!__. Mi voz es un látigo.

__Se te nota a leguas que tu virilidad no conoce reposo y la ofreces a la primera que entreabre las piernas. ¡Todo porque te crees irresistible con tu billetera abultada y belleza!__. Escupí las palabras, furiosa ante la arrogancia de este hombre que piensa que su dinero y su atractivo tiene un pase libre para desordenar mi vida.

__Hieres mis sentimientos, hermosa__. Dramatizó, tocándose el pecho. Mi respuesta fue un giro de ojos y un bufido silencioso ante la falsedad evidente de sus palabras.

Su aparente felicidad y sus coqueteos no logran engañarme, y curiosamente, esa incongruencia frenó mi enojo por un momento. Decidí mirar más allá de la fachada atractiva que tanto distrae. Sus ojos, al examinarlos con detenimiento, revelan una ausencia de brillo, de genuina alegría, que contrasta con la personalidad que muestra ante todos. La ironía no pasó desapercibida: la riqueza y la belleza no son sinónimos de felicidad, y él es una prueba viviente, sembrando en mí la certeza de que tras su máscara cuidadosamente elaborada se esconde algo más.

No permitiré que este hombre dicte el curso de mi vida por un simple antojo. No volveré a ser la marioneta de nadie y mucho menos de un hombre sin cerebro. Esta vez, yo tomaré las riendas del juego__Si tu deseo es conquistarme__. Anuncié, esforzándome por mantener la compostura.

__Te concederé una audiencia, una única cita. Pero escucha bien mis condiciones, porque si fallas en una sola, te desvanecerás de mi vista y de mi existencia__. Mi voz tiembla ligeramente, un contraste con la firmeza que intentó proyectar. Maldita sea, por dentro soy un manojo de nervios, admitiéndo mentalmente a regañadientes que este hombre, con su sola presencia, enciende en mí sensaciones desconocidas y peligrosas.

Mientras mis palabras buscan proyectar una compostura inquebrantable, la sorpresa en los rostros de Zarthus y Kira es un espejo fiel de su desconcierto. Jamás imaginaron una aceptación tan inmediata a la coquetería de el. Pero su asombro no terminará aún, pues desconocen las condiciones que acompañarán mi acceso a esa cita. Ajena a su silenciosa lucha por asimilar mis palabras, una penetrante autocrítica me golpea internamente. Su nombre, ese nombre que se ha guardado en mi memoria al primer susurro, resuena con una insistencia que detesto. Odio esta pérdida de control sobre mis propias emociones, esta sensación frustrante de vulnerabilidad que aviva las heridas de una confianza entregada a la persona equivocada, y los años en que permití que mi propia familia me lastimara.

__Hermosa__. Respondió Zarthus, con una convicción que me sorprendió.

__Si crees que necesito hacer aparecer vacas voladoras para ganar una cita contigo, entonces prepárate para verlas surcar el cielo__. La ocurrencia de Zarthus me hizo soltar una carcajada contenida, un eco silencioso de mi genuina diversión. No quiero que sepa el efecto que sus palabras tienen en mí.

Con una determinación que me sorprendió a mí misma, enuncié mis condiciones, tajante y sin rodeos__Primera, nuestro encuentro será aquí, en este hotel. No pienso salir contigo fuera de aquí siendo un completo desconocido, por muy adinerado que seas. No me inspiras confianza aún. Segunda, nada de encuentros a solas. Necesito ver gente alrededor, aunque sea a la distancia, para sentirme segura y cómoda. Y tercera, pero la más importante, quiero saber por qué esa fachada. Esa personalidad alegre, coqueta, como si te quisieras comer el mundo, esa seguridad... siento que es solo una máscara. Necesito saber qué ocultas__. Las palabras brotaron sin filtro, sin adornos, sin darle respiro para interrumpir. Creo que la sorpresa lo petrificó. Se quedó inmóvil, como una estatua, los ojos fijos en mí, pero ausentes, como si su cuerpo estuviera presente, pero su mente vagara en otro lugar.

Un escalofrío de preocupación me recorrió la espalda; su reacción parece confirmar que algo se esconde tras esa fachada de felicidad y sensualidad. Lo veo parpadear, regresar de su ensimismamiento, retener dos lágrimas que amenazaron con rodar por sus mejillas. Un dolor opresivo me oprimió el pecho. Pero este sentimiento... este vacío, esta destrucción, este odio y esta soledad no son míos. Un miedo frío me invadió. Son demasiadas emociones para que una sola persona las cargue. Dudó de mí misma, de por qué estoy sintiendo todo esto, algo que jamás he experimentado ni siquiera durante los años vividos con la despreciable familia que me tocó.

A mi lado, Kira también refleja el impacto, la aflicción de mis palabras. Su mirada hacia Zarthus está cargada de dolor, comprensión y hasta pena, la misma mirada que me dedicó cuando huí de mi familia para empezar de cero, lejos de su toxicidad. Es como si ella supiera el secreto de Zarthus, algo imposible, ya que no se conocen.

__Si una cita es lo que necesitas, hermosa, para que te muestre por qué anhelo tenerte en mi vida, por qué te quiero a mi lado y la sinceridad de mis intenciones, entonces estoy dispuesto a desnudar mi corazón. Me mostraré vulnerable si esa es la llave para una oportunidad contigo, una oportunidad de no perderte, aunque nunca hayas sido mía. Desde el instante en que nuestros cuerpos se rozaron, te sentí como parte de mí. Soy tuyo, y si debo dedicar mi vida entera a demostrarte mi verdad, lo haré, preciosa. Así que prepárate para nuestra cita, porque no te librarás de mí fácilmente, incluso si eso implica confrontar todos los sentimientos que he enterrado durante años__.

Sus palabras erizaron mi piel. No sonaron vacías ni falsas, sino como el clamor de un corazón atormentado que anhela liberación. Y eso me asusta, porque presiento haberme adentrado en algo de lo que no podré escapar. Este hombre esconde más de lo que aparenta. Si su fachada de casanova irresistible ya altera mis emociones, no quiero imaginar el impacto de su verdadera personalidad, la de un buen hombre atormentado que busca huir de sus luchas internas. Entonces, estaré perdida.

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Dulces sueños 😴💤😴.