Mi Protectora

VALERIA

¡Todo se salió de control!, jamás pensé que me iba a pasar esto. Yo solo quiero ayudar a mi mamá

con mis gastos, ella trabaja mucho y sé que todo su dinero se va en pagar mi escuela y mi tratamiento. Admiro mucho a mi mamá, sé que ella y mis tías Lillian y Verónica se han esforzado por nosotros y desde muy jóvenes se tuvieron que responsabilizar, ella es mi ejemplo a seguir y quiero ser una buena hija, pero no se me hace justo que ella gaste tanto en mí.

También quiero ayudarle a mi mamá para que deje ese empleo de Guardaespaldas que tiene, además de que llega tarde, a veces no la veo y se arriesga mucho, tengo mucho miedo de que le

vaya a pasar algo. No sé qué sería de mí sin mi madre.

Ahora estoy aquí, en el hospital, por culpa de un idiota que me atropelló me dio una crisis de asma, no sé cuánto tiempo me voy a tener que quedar aquí.

Los médicos están tratando de estabilizarme, esta vez la crisis fue muy severa, mi sensación de

ahogo y mi sibilancia fue muy alta y me asusté mucho. No se en que momento me desmayé y desperté aquí.

Tengo miedo.

De pronto, vi a mi mamá entrar a la habitación, al verla, me sentí aliviada y protegida.

-¡Mi niña! -Se acercó y se agachó para abrazarme, ya que yo permanecía acostada pues me acababan de retirar el oxígeno-

-Mami -comencé a llorar-

-Tranquila mi amor, no llores, aquí estoy contigo.  ¿Cómo te sientes?

-Me duele mucho la pierna y me siento mareada -le dije con la voz baja, me sentía muy apenada-

- Lily me explicó que sucedió. pero necesito que me cuentes -me dijo, acercando una silla para tomar asiento-

-Iba caminando con Lily por la avenida y un tipo venía en una moto, pasó en medio de las dos y me arrolló.

-¿Y que más?  -me preguntó-

-Pues me lastimó la pierna -repuse-

-No la lastimó, la fracturó, nena -habló mi mamá- fractura de tibia y peroné izquierdos, de hecho.  ¿y que más? -volvió a preguntar, cruzando los brazos-

-Pues es que yo me desmayé y ya no supe más, Lily me trajo -intenté decirle con ingenuidad-

-¿Qué más?

Mi mamá se quedó viéndome muy seria, ella sabía que yo le estaba ocultando algo.

- ¿Qué estabas haciendo en la calle a la hora de las clases? -inquirió

-Yyyooo  -¡ups!, creo que es hora de decir la verdad-  estaba trabajando  -dije lo más rápido que pude-

- A ver señorita, repite lo que acabas de decir -mi mamá comenzó a mover la pierna en señal de

tensión-

-Estaba trabajando - le dije en voz baja- ¡pero no es nada malo mamá!, solamente me dedico a repartir volantes.

-¿Desde cuándo?

-Desde hace dos meses.

-¿Por qué Valeria? -cuestionó, comenzaba a enojarse.

-Ay mamá ¡yo te quiero ayudar con mis gastos, he visto las cuentas que llegan a la casa, hay muchas

cosas que pagar, la luz, el internet, mi escuela, mis clases de ajedrez y ahora hasta el hospital! ¡Te estoy causando muchas molestias! -empecé a llorar-

- Mi niña, ¿Cómo puedes pensar eso? Tu eres la luz de mi vida y todo lo que soy y lo que hago es por

ti. -acariciaba mi rostro- tú no eres una molestia, yo elegí tenerte conmigo y tu te aferraste a mi vientre aun cuando mi vida pendía de hilo. Tenemos que seguir el camino juntas y doy gracias a la vida que seas mi hija. ¡Nunca lo

dudes! -las dos ya estábamos llorando-

-Mami, ¡te quiero mucho! ¡Perdóname por preocuparte!  Pero te prometo que no he descuidado mis estudios, de hecho, exenté dos asignaturas.

-Nena, yo no tengo nada que perdonarte, pero en definitiva ya no seguirás trabajando, para ello

necesitas el permiso de tus padres porque eres menor de edad y yo no te lo voy a dar, debes dedicarte a tus estudios. Además de eso, hace un par de días el Dr. Guzmán me dijo que tus últimos estudios no habían salido bien y el medicamento no estaba funcionando, le aseguré que no te estabas exponiendo a ningún esfuerzo físico y pensé que era debido al estrés por la competencia de ajedrez y ahora entiendo el porqué. Por cierto, señorita, ¿cómo es que te aceptaron en ese empleo?

-Bueno… -comencé a hablar, si ya le estaba diciendo todo a mi mamá, pues tenía que terminar- alguien me recomendó.

-¿Cómo que alguien te recomendó? ¿Quién fue? -al escuchar mis palabras, el rostro de mi madre cambió- Valeria Belmont Martínez ¿Quién fue?

-Tu amigo Julio. -respondí-

- ¡¿QUE?! ¡¿Como que Julio César te consiguió el empleo!?

Flashback

Me encontraba en el centro comercial con Diego y Lily, estábamos disfrutando de un delicioso helado

y hablábamos de todo y nada. Diego nos comentaba de su trabajo y Lily del chico que le gustaba. Yo manifesté mi preocupación por todas las cuentas por pagar de la casa y lo que mi madre gasta en mí. Mis amigos no le dieron importancia, o al menos eso sentí, así que ya no hablé más del tema.

Seguíamos con la convivencia, cuando vi que un hombre caminaba hacia nosotros, hasta que se

acercó me di cuenta de quien era: el amigo de mi mamá, el que trabaja con ella, Julio César se llama.

-¡Hola Valeria! ¿Qué estás haciendo aquí? -sin preguntar, se sentó junto a mí, lo cual me incomodó-

-Estamos en misa -dijo Diego, sonriendo con sarcasmo-

-Platicamos cosas de jóvenes -contestó Lily-

-Solo hablamos de las cosas que nos preocupan -le dije-

-Pero, ¿Qué le puede preocupar a una linda jovencita como tú? -preguntó curioso-

- Solo que quiero hacer algo para ayudar a mi mamá con los gastos de la casa. Si pudiera tener un empleo sería muy bueno. -expresé-

-Bueno, yo te puedo ayudar con eso, si me lo permites, claro -los tres volteamos a verlo cuando

dijo eso-

- ¿De verdad me puede ayudar?

-Si, mi hermana tiene una empresa y necesita personas que repartan publicidad, si te interesa hablo con ella para que te contrate, por lo de la edad no te preocupes, yo lo arreglo.

Al decir eso, se me iluminaron los ojos, ¡no podía desperdiciar la oportunidad!

-¡Si, si me interesa! -le dije entusiasmada-

-Bien, entonces te voy a dar mi número para que me llames mañana. -me dijo, mientras me entregaba una tarjeta de presentación-

-Le agradezco mucho, no lo voy a hacer quedar mal, pero me gustaría pedirle un favor.

-No tienes que pedirlo -repuso- Frida no se va a enterar de esto. -Lily y Diego estaban atónitos por

su comentario-

El sujeto se retiró y yo me quedé frente a las miradas inquisidoras de mis amigos.

-Valeria esta es una locura -me dijo Diego- no conoces a ese tipo, ¡aunque sea amigo de tu mamá!. Sabes que no estamos de acuerdo con lo que vas a hacer. Pero eres nuestra hermanita

menor y tenemos que apoyarte.

-Así es niña, aquí estaremos contigo, cuidándote. Somos familia. -expresó Lily.

-¡Sabía que podía contar con ustedes! ¡gracias por guardarme el secreto!.

Ese fue uno de los días mas felices de mi vida, iba a tener la oportunidad de ayudar a mi mamá y

demostrar que ya no soy mas una niña pequeña y puedo tomar mis propias decisiones.