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Debajo del Piso 32 – Un Romance Prohibido

Debajo del Piso 32 – Un Romance Prohibido

Status: Terminada
Genre:CEO / Romance / Yaoi / Secretario/a / Reencuentro / Romance de oficina / Grumpyxsunshine / Completas
Popularitas:52.6k
Nilai: 4.9
nombre de autor: jooaojoga

Thiago Andrade luchó con uñas y dientes por un lugar en el mundo. A los 25 años, con las cicatrices del rechazo familiar y del prejuicio, finalmente consigue un puesto como asistente personal del CEO más temido de São Paulo: Gael Ferraz.
Gael, de 35 años, es frío, perfeccionista y lleva una vida que parece perfecta al lado de su novia y de una reputación intachable. Pero cuando Thiago entra en su rutina, su orden comienza a desmoronarse.
Entre miradas que arden, silencios que dicen más que las palabras y un deseo que ninguno de los dos se atreve a nombrar, nace una tensión peligrosa y arrebatadora.
Porque el amor —o lo que sea esto— no debería suceder. No allí. No debajo del piso 32.

NovelToon tiene autorización de jooaojoga para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 8

A la mañana siguiente, Thiago se despertó con el pecho oprimido.

El valor del alquiler había sido resuelto. La transferencia hecha. El dolor práctico, resuelto. Pero el malestar en el cuerpo… no.

Se duchó con agua fría. Se puso una camisa azul clara, la que usaba solo en días importantes. Respiró hondo antes de salir. El camino hasta la torre de Ferraz Tech nunca le pareció tan largo. No por el trayecto. Sino por la duda que ahora lo acompañaba en silencio.

Algo había cambiado.

Dentro de él. Y fuera también.

En la oficina, Clarissa dio los buenos días con una sonrisa discreta, y los analistas ni siquiera se dignaron a mirarlo. Pero Thiago percibió que los susurros habían disminuido. Tal vez por la oficialización del cargo. Tal vez por la postura que él venía manteniendo. O tal vez… porque Gael Ferraz era más respetado que el propio miedo.

Cuando llegó a su mesa, vio la puerta de su sala abierta.

Llamó. Recibió un seco:

— Entra de una vez.

Thiago entró. Esperaba cualquier cosa. Un gesto. Una mirada. Tal vez incluso un resquicio de la conversación de la noche anterior.

Pero lo que encontró fue al CEO de siempre.

Frío. Inalcanzable.

— Organiza los contratos de la reunión de París. Quiero todo en manos a las 10h, sin error. Y revisa los informes del equipo de marketing. Son una broma.

Thiago vaciló por un segundo. — Sobre ayer…

— Ayer no existe. — Gael cortó, sin levantar los ojos del notebook.

La voz era cortante. Glacial. Como si la noche anterior hubiese sido borrada a láser de la memoria.

— No me debes gratitud. Y, si quieres mantener el empleo, tampoco me debes intimidad.

Thiago sintió como si hubiese recibido un puñetazo en el estómago.

Salió de la sala con pasos firmes. Pero por dentro, la sangre hervía.

La ficha comenzó a caer.

No era solo la grosería. No era solo la ayuda silenciosa.

Había un clima. Un subtexto. Un deseo maldito en el aire.

Y por primera vez, Thiago no sabía si quería huir de eso… o entregarse.

Pero, por ahora, eligió lo que siempre eligió:

Quedar en silencio. Y observar.

Porque si Gael Ferraz pensaba que podía enterrar todo debajo de órdenes y arrogancia, estaba equivocado.

Algunas verdades no mueren. Solo aprenden a esperar.

La reunión en el piso 34 comenzó a las 10h02.

Sala acristalada, café servido, siete personas en la mesa, tres en pantallas proyectadas. Era una conferencia con el núcleo de inversiones de la filial en París. Nada fuera de lo normal. Hasta que Thiago entró con los documentos.

Vestía una camisa negra levemente ajustada, pantalón social y un perfume discreto. Los ojos cansados, pero firmes. El portafolio de cuero en la mano. Entregó los papeles con la calma de quien sabe lo que está haciendo.

Y entonces, sintió.

La mirada de Gael. Quemando.

Diferente de todas las otras. No era profesional. No era distraída.

Era… atenta. Personal. Intensa.

Durante la reunión, Thiago se mantuvo discreto, de pie, al fondo de la sala. Pero la tensión flotaba como un campo magnético entre ellos. Gael hablaba, sí — y hablaba bien —, pero erraba datos que nunca erraba. Corregía frases en medio. Tamborileaba los dedos sobre la mesa.

Estaba inquieto. Por primera vez.

Y entonces sucedió.

Uno de los papeles cayó al suelo. Un contrato. Nada de más. Pero Thiago se agachó para recogerlo, y Gael — por reflejo o instinto — siguió el movimiento con los ojos.

No solo los ojos.

Cuando Thiago se levantó, ya lo sabía.

Sabía lo que aquella mirada decía.

Y por primera vez… decidió responder.

Pasó al lado de la silla de Gael para entregar un nuevo informe. Se inclinó un poco más de lo necesario. Suave. Natural. Pero intencional.

Susurró demasiado cerca:

— Corregí el error del gráfico. Sé que al señor le gusta la precisión.

La palabra “precisión” sonó diferente en la sala. Como si estuviese revestida de algo que no era solo trabajo.

Gael se detuvo por medio segundo.

Respiró hondo.

Y respondió, bajo:

— Buena iniciativa.

La voz falló ligeramente. Casi imperceptible. Pero Thiago oyó.

Y sonrió levemente, antes de retroceder.

Cuando la reunión terminó, y todos comenzaron a dispersarse, Gael quedó sentado, inmóvil, mirando los papeles — pero sin leer una sola línea.

Clarissa se acercó a Thiago en la salida.

— ¿Qué fue aquello allí dentro?

— Reunión.

— Sabes que no fue solo eso.

Thiago esbozó una media sonrisa.

— Él quiere control. Pero su cuerpo está comenzando a contar la verdad.

Clarissa lo miró fijamente, seria.

— Cuidado, Thiago.

— Lo estoy teniendo. Hasta de más.

Y mientras bajaba de vuelta al piso 32, sentía el corazón latir fuerte.

No era más solo miedo.

Era poder. Sutil. Tenso. Peligroso.

Y ahora, él también estaba jugando.

1
maria mercedes obando
que ternura 👏
LOURDES HING
primero que todo te digo que me encanta leer e leído de todo y te puedo decir que te felicito con toda sinceridad, eres una excelente escritora me ha gustado mucho tu novela, el drama, y la enseñanza que das en ella, espero poder seguir leyendo muchos más éxitos como este,
Carmen González Benitez
/Drool/
Jesica Hernandez
me gusto felicidades
Nora Torrres
linda historia de amor y vida🥰🥰
Annya C.
también Thiago un poco de suerte para el no estaría mal 🙈 que le caiga un buen trabajo
Nancy De Castro
/Smile/
Anonymous
Una historia muy bonita y clara con el mensaje, me encantó mucho muchas gracias por compartirla🥰🥰 felicidades y ánimo.
Susana
No vayas, es una trampa
Gloria Moreno
esta obra,simplemente es espectacular, preciosa. La,narrativa excelente y activa
Susana
Thiago es muy valiente. Me gusta que no echa a morir
Marcela Sanchez
otra chanda que hay que soportar
Marcela Sanchez
que Thiago contraté sicarios y la mandé a matar
Marcela Sanchez
Thiago debería de buscar trabajo y ayudarle
darle animos pero ajá no podemos culparlo yo también estuviera así en esa situación
Marcela Sanchez
esa vieja debería de estar en un ancianito o mejor dicho en un loquero
Marcela Sanchez
la verdad la historia está acabando conmigo
cómo pueden estás dos madres tratar así a sus hijos esas basuras merecen morir
Marcela Sanchez
que viejas tan cansonas que vivan y dejen vivir ome eeee culo de rabia que me dan
Marcela Sanchez
por qué las personas con dinero siempre quieren controlar todo
esa mamá es vez de apoyar a su hijo lo único que hace y quiere es tenerlo controlado
Marcela Sanchez
y la esposa de gael ni siquiera lo conoce y habla pura basura mejor que se calle la pendeja esa
Abuelita Pateyro
así es todo esfuerzo merece recompensa. y ellos lucharon y vencieron.
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