EL DESPERTAR DE LA HEREDERA

"El momento que da más miedo es siempre justo antes de empeza"

El amanecer tiñó el bosque de tonos rojizos cuando la loba la llevó a un claro apartado.

No hubo explicaciones ni advertencias, solo un gruñido bajo que resonó en su pecho.

* Si quieres sobrevivir, tendrás que demostrar que puedes enfrentarme.

La protagonista arqueó una ceja, incrédula.

—¿A ti? ¿Así, sin más?

La loba mostró los colmillos, transformándose a medias, su silueta alargándose, los músculos tensándose bajo la piel.

No soy tu maestra. Soy tu juez. Si no logras mantenerte en pie contra mí, no vales lo suficiente para enfrentar lo que viene.

Natalie todavía no se reponia de todo lo que había descubierto en tan pocos días

La tensión explotó en segundos. La loba se lanzó contra ella como un rayo, con una fuerza brutal. Nuestra protagonista apenas alcanzó a esquivar, sintiendo el aire desgarrar su rostro. Su corazón latía desbocado, pero esta vez no de miedo… sino de pura adrenalina.

Cerró los ojos un instante, conectando con ese poder interior que había visto en el mundo de la luna. Cuando los abrió, un resplandor plateado-dorado brillaba en sus pupilas.

La loba atacó de nuevo, pero esta vez fue diferente: Natalie se movió con instintos que no eran humanos ni lobunos, una mezcla imposible. Bloqueó el golpe, contraatacó con una agilidad que hizo retroceder a su oponente.

azul estaba aturdida, no esperaba que Natalie sin ningún tipo de entrenamiento en toda su vida; pudiera tener tal poder de instinto y conservación.

El suelo tembló bajo sus pisadas, las garras cortaron el aire. La lucha fue feroz, un duelo de rugidos, destellos y sangre.

Hasta que, en un instante decisivo, la protagonista logró derribar a la loba, inmovilizándola con una fuerza que no debería haber sido suya. Y todo en su forma humana con la mitad de la fuerza de la que era poseedora

Sus ojos brillaban como fuego líquido, y un gruñido gutural escapaba de sus labios.

La loba, jadeante, la miró con una mezcla de furia y respeto.

* Imposible… susurró, con una sonrisa torcida. No eres solo una loba.

La protagonista la soltó, poniéndose en pie con la respiración entrecortada, pero la frente en alto.

Nunca lo fui. Y nunca lo seré. Soy algo más.

La loba se reincorporó lentamente, limpiándose la sangre del labio, y por primera vez, inclinó la cabeza en un gesto de reconocimiento.

*Quizá… tengas lo necesario. Pero recuerda esto: si yo te temí, imagina lo que sentirán tus verdaderos enemigos cuando sepan lo que eres.

El viento agitó las hojas del claro, el primer entrenamiento había terminado, pero lo que nacía entre ellas ya no era enemistad pura… sino un respeto forjado a golpes y colmillos.

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Natalie demuestra que no es una “damisela”, sino una fuerza híbrida capaz de imponerse.

Azul empieza a verla como igual (y futura mejor amiga).

La tensión entre ambas se transforma en respeto, aunque aún quede orgullo entre ellas.

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😊🤗 Hola mis querid@s lector@s 🤗

Todos tenemos esa fuerza interna que surge en los momentos más difíciles y angustiantes de nuestra vida.

Enseñándonos que podemos y debemos seguir hacia adelante y con la frente en alto.

Nunca te rindas sigue y deja que el destino se encargue de lo demás

Miry Ortiz