Un Final Feliz Para La Extra.

El emperador me invitó a tomar asiento en uno de los sofás que tiene en el estudio.

–Creo que se estará preguntando porque la mandé llamar.

–Sí su majestad.

–Su negocio se ha vuelto muy popular últimamente.

–Eso es gracias al inventor Augusto Dresler.

–Por mi investigación fue usted quien le llevó la idea a Augusto Dresler.

–Fue una idea que se me ocurrió para mejorar y facilitar la vida de las personas.

–Mi pregunta es ¿Por qué acudir a un inventor cuando ya tenía los aparatos?

–Hace poco descubrí que tenía un poder muy interesante pero no quise abusar de él, así que busqué la ayuda del inventor para comenzar mi negocio con él como mi socio.

–¿Cuál sería su poder? Si es que se puede saber por supuesto.

–La llamo magia de Creación.

–¿Magia de Creación?

El que hablo esta vez fue el archiduque, tiene una voz un poco ronca que envió un escalofrío por toda mi espalda.

–Un día estaba practicando para sentir la energía cuando me queje por lo incómoda que era mi cama y desee e imagine una nueva cama más cómoda, grande y bonita, cuando abrí los ojos la cama estaba delante de mí.

Ambos me miran con los ojos muy abiertos, por lo que se en el libro nunca se menciona a alguna persona con este don y tal vez hasta este momento no existen o solo no saben de su existencia.

–Eso es fascinante.

–Muchas gracias su majestad.

–Volviendo al principio su aparato que produce luz es muy interesante e ingenioso, estoy muy interesado en ellos y quería la opinión de un experto para ponerlos en mi castillo por eso la mandé llamar.

–Oh.

–Quisiera que usted me ayudará.

–Estaría encantada su majestad.

Me levanté para hacer una reverencia, llegué a sospechar en algún momento el motivo de la invitación y esta solicitud se acerca demasiado.

Las lámparas son muy populares últimamente y para decorar un palacio tan grande se debe de saber dónde colocarlas correctamente.

–Le daré un regalo a su majestad para ver si las lámparas son de su agrado.

Con un movimiento de mi mano en la mesa de centro aparece una lámpara de escritorio de metal negro.

–Solo tiene que poner esto aquí –de mi cartera sacó un cristal morado, siempre traigo unos pocos por si pasa algo –Y luego dar vuelta esta rueda para poner la intensidad que mejor le guste.

Muevo la rueda y le muestro cómo la luz sube y baja de intensidad.

–Esto es estupendo.

Emocionado el emperador comienza a girar la perilla, después de un momento se pone de pie y camina hasta el escritorio, saca la lámpara de velas que tenía para colocar la que le acabo de regalar.

–Muchas gracias señorita Dupeyrón, se ve muy linda.

–No es nada su majestad.

–Quisiera que vaya con mi hermano para un recorrido por el castillo para que me de su recomendación.

–Sería un placer.

Me pongo de pie nuevamente haciendo una reverencia.

–Por aquí señorita.

–Sí su excelencia.

Caminamos por los pasillos mientras me habla de cada cosa que hay en ellos.

–Este es el salón de eventos, aquí se celebran acontecimientos importantes para la familia imperial y el imperio.

Su voz es baja, ronca y magnética, no puedo dejar de sentir cosquilleos por todo el cuerpo pero instintivamente me alejo de él, tal vez las cosas vividas con mi esposo si dejaron una marca en mi vida.

–Es muy grande e impresionante.

–¿Nunca había estado en el palacio?

–No soy originaria de Rosel excelencia.

–¿Podría decir de donde es originaria?

–Del reino de Amberley.

–¿Qué la trae tan lejos de casa?

–Lo siento excelencia pero esos son asuntos personales.

Me inclino en manera de disculpa.

–Eso no es necesario señorita.

Siento como me toma de la cintura para levantarme, levantó la cabeza sola para encontrarme su cara demasiado cerca de mí.

Siento mis mejillas calentarse y mi corazón acelerarse.

Comienzo a mirar en detalle su cara, es un hombre muy guapo, sus ojos son de un rojo claro y profundos, su boca es tentadora, el labio inferior es grueso y el superior delgado, cejas arqueadas y gruesas , nariz recta y fina, una mandíbula definida.

Me alejo de un empujón, de un segundo al otro me he puesto muy nerviosa.

–Lo lamento.

Después de eso seguimos el recorrido un poco incómodos.

•••••••••

Me he quedado un tiempo en la capital para ayudar a Augusto con las lámparas para el castillo, algunas las he creado yo y otras las ha hecho él, tuve que mandar a buscar a Ángel para buscar más cristales con los que tenemos no será suficiente y no creo que se puedan hacer instalaciones eléctricas en este castillo.

Ha no ser…

Se me acaba de ocurrir una idea muy loca, he visto suficientes películas de ciencia ficción futuristas como para recordar las máquinas de escaneo.

Máquinas capaces de escanear casas enteras para poder dar un plano general de estas y así los espías llevan a cabo sus planes.

Ahora yo tengo un poder especial capaz de crear cualquier cosa con solo pensarlo.

Cierro los ojos y pienso en lo que quiero, un dron con la forma de una mariposa escarlata con la capacidad de escanear cualquier cosa, una pulsera de perlas negras que pueda mostrar el escaneo como un holograma y un pequeño control remoto para la mariposa.

Abro los ojos y sobre la mesa está justo lo que quería.

Dios esto cada vez se pone más raro.

••••••••

Estoy nuevamente en el castillo, esta vez para escanear los salones más grandes y ver si puedo hacer instalaciones eléctricas en este lugar.

–Quisiera saber si puedo estar sola majestad.

–¿Es necesario?

–Sí majestad.

Puede sonar egoísta pero no estoy dispuesta a dejar que conozcan este tipo de tecnología aún, estas personas dependen mucho de su magia y tienen que comenzar a descubrir muchas cosas por su propia cuenta.

–Está bien.

El emperador le hace un gesto a las demás personas que estaban con nosotros para que lo sigan y salen del salón de baile.

Cuando las puertas están bien cerradas saco de mi bolso la mariposa con el control remoto y los enciendo.

Presiono los botones para que la mariposa se mueva por la habitación y el botón de en medio es para hacer el escaneo.

La mariposa pasea por cada rincón de la habitación sin olvidar nada.

Al terminar la mariposa vuelve a mi mano, la guardo y enciendo la pulsera, en esta las perlas son los botones para manejarla.

Frente a mí aparece una copia en miniatura de la habitación, cada capa de la pared hasta llegar a la siguiente habitación.

Como me temía, las paredes están contruidas por ladrillos y recubiertas por adobe blanco para el color.

–¿Qué es eso?

Escucho una voz curiosa de mujer que me habla cerca del oído, sobresaltada me doy la vuelta solo para ver a la protagonista de la historia.

Raina Baes.

–Princesa.

Le hago una reverencia.

–Aún no soy la princesa así que eso no es necesario ¿Qué es lo que tienes ahí?

–¿Puede guardar un secreto?

–Por supuesto.

–Es una imagen que acabo de sacar de la habitación para ver si puedo instalar un pedido del emperador.

–¿Un pedido?

–Tengo um negocio junto con el inventor.

–Oh, usted es la creadora de los aparatos de luz.

–Lámparas.

–¿Así se llaman?

–Sí ¿Quisiera ver lo que planeo hacer?

–Sí.

Cierro los ojos y creo un lápiz para la imagen holografica.

–Quiero colocar una lámpara de araña aquí conectada por cables a través del techo hasta un interruptor aquí, pequeñas lámparas de pared por aquí conectadas en el mismo lugar que la anterior.

Mientras le explico voy dibujando en la imagen y aparece cada cosa que le digo.

–Eso que esta haciendo es magnífico y creo que se vera muy bien.

–Muchas gracias princesa.

–Solo llámame Raina.