¿Morir así de miserable? Esta novela es una mierda. Todos son unos lunáticos.
‹El villano maldito›, era una popular novela histórica sangrienta y con un romance un poco torcido. Leí el libro hasta que mi cuerpo enfermizo no pudo ni siquiera sostener el libro, y quedé ciega. No debí tener siquiera una pizca de lástima por el final miserable de la protagonista de la historia, ¡Entonces no habría reencarnado en su cuerpo! La princesa heredera y, el personaje más lamentable del libro. Murió tratando de dar a luz al heredero del frío y despreciable príncipe maldito, a quien amó sinceramente. El feto ni siquiera esperó 9 meses, como un monstruo, desgarró el vientre de su madre. No sé que pensaba esa princesa, pero no tendré una muerte tan lamentable otra vez. “En primer lugar, debo cancelar ese maldito compromiso”—Pero, ese desgraciado príncipe me tomó de la mandíbula y frunció el ceño atractivamente —“¿No me amas?—¿Estás tratando de escapar de mí?”.
原创故事。
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Capítulo 11 : Media hermana.
—Ayúdame a tumbarme —me ordenó.
Cuando vio que no me moví, hizo una mueca de burla.
—Niña, te has vuelto tan desobediente —volvió sus ojos a mí y su mueca burlona desapareció —¡Ahora ayúdame a tumbarme! —gritó, con su voz de anciano, haciéndome sobresaltar.
Es mejor no hacerlo enojar.
Hinque mis rodillas al suelo y lo coloqué de forma horizontal en la cama.
—Seca mis labios —gruñó.
Apreté los dientes mientras le ofrecí una sonrisa.
Viejo mandón.
—Ya deja de sonreír como una tonta y hazlo, ni siquiera puedo mover los brazos para hacerlo yo mismo.
Carraspeé.
“Es un anciano, trátalo bien, no lo ahorques, es solo la edad”—repetí en mi cabeza.
Solté un suspiro y pasé una tela de lino por sus labios mojados de saliva y medicina. Mientras lo hacía, Runhui decidió hablar.
—Debes estar conteniéndote para no arrancarme los pelos.
No es necesario, la vejez ya se encargó de eso.
—¿No me has contestado porque quieres ganarte mi favor?
Achinó los ojos cuando comenzó a reírse y carcajear.
—Olvídalo ya, solo cambiaré la escritura si te casas con Hwanhuan —se atragantó con la saliva —Agh, los gemelos de Hwanhuan —mencionó —solo elige uno, ¿por qué eres tan terca? Los dos son guapos —carraspeó —Pero, si cumples mi último deseo y te casas con esa familia para conseguir mi herencia, preferiría que sea con Hwan.
Apreté el paño de lino con el que le estaba secando.
¡¿Por qué mierda me casaría con ese maldito?! ¿Crees que he roto el compromiso con esa escoria porque no tenía nada que hacer?
¡Es ese maldito compromiso es que me hará morir!
—No me casaré con él.
Me miró y bufó.
—Haz lo que quieras, solo estaba sugiriéndotelo. ¿Entonces, será el hijo mayor? —se puso el puño sobre la boca para toser —Hunm, ¿Su nombre era Zorám? —miró el techo una vez más —Sé que no eres aceptada en Hwanhuan, por lo que, he hablado con el emperador, él dijo que incluso antes de que yo dijera algo, la orden de persecución ya había sido retirada, ¿Sabes quién hizo esto?—bufó —¿Qué otra persona se preocuparía por ti además de mí?
¿Fue retirada? ¿Quién haría algo así?
Moví la cabeza para negar.
—Está bien si no lo sabes, no es importante. Mañana regresarás a Hwanhuan. Se festejará la celebración del compromiso de la prima del emperador en todo el pueblo. Se prepara un pequeño Baijiaji también, así que, elige a tu futuro marido ahí. Solo tienes dos opciones, así no creo que haya mucho que pensar.
⟨“Baijiaji”. Significa literalmente “banquete de las cien familias”, y es exactamente eso. Un evento noble de las cien familias más importantes de un imperio. Con el propósito de arreglar matrimonios entre herederos.⟩
Rebañé el paño en una vasija. Le agarré el brazo y le pasé el paño mojado, tratando de quitar cualquier pegoste de medicina.
—No asistiré a ningún evento de mierda.
—Mira que bocota tan sucia —gruñó —¡Deja de decir esas palabras frente a tu padre que agoniza! —jaló el brazo que le estaba limpiando, con brusquedad —¡Si no vas a hacer lo que te digo entonces fuera de aquí!
Dios mío, ¿Por qué eres tan terco? ¿Estás tan intrincado en que tu hija muera en manos de ese hombre?
Suspiré.
—Lo siento —prenuncié, haciéndolo voltear su cuerpo —no volveré a hablar así.
Chasqueó la lengua de decepción y volteó su cuerpo otra vez.
Mierda.
Hoy estoy poniendo mi orgullo por el piso.
Gateé hasta donde estaba.
Notó que estaba detrás y, como no dije nada, comenzó hablando él.
—Odette vino hace unos días.
¿Esa vieja? ¿Para qué?
—Quiere que ponga mi testamento en nombre de su otra hija.
Hice una mueca inconscientemente.
—¿Qué? —volteé el cuerpo del señor —¿Tienen otra hija?
¿Qué es esto? Esto nunca se mencionó en la novela original. Estoy 100% segura de que Mei era hija única. Sin hermanos. Sin hermanas.
¡¿Me perdí algo del maldito libro?! ¿Es algo que se descubre después?
—Eres mi única hija —me aseguró —pero cuando me casé con Odette, ya se había revolcado con otro y estaba esperado una niña —bufó con asco.
También hice una mueca. ¿Ahora resulta que tengo una hermana?
—¿Quién es?
—No tengo idea —me dio una mirada cansada —solo sé que aún se mantienen en contacto a través de cartas—gruñó —Odette vino a rogarme eso, a cambio de que ella se convierta en mi hija legal —se incorporó otra vez y me miró indiferente— Si no quieres casarte con el imperio Hwanhuan, ¡entonces haz lo que quieras! adopté —tosió —adopté a esa chica.
—¿Ya? —reaccioné abruptadamente.
¡¿Qué mierda es la estoy escuchando?! ¡¿De dónde sacó esa maldita vieja otra hija?!
Solté una risita de lo irónico que me parecía esta situación.
—Entonces, ¿Por qué no la ha llamado a ella? —bufé.
—Mira como sigues respondiendo —gruñó —te he llamado porque quiero que te cases, ¡pero has estado rechazándolo todo, niña malcriada! —agarró la poco medicina que había en el bol y me la echó encima.
Tengo que calmarme.
Si, no conseguiré nada si me enojo con el viejo.
Agaché la cabeza y lo miré. Los ojos se me enrojecieron y comenzaron a lagrimear casi al instante.
Esto de la actuación debe ser un don mío.
—P-Padre —pronuncié, mientras mi voz parecía quebrarse.
—¡No me llames así! —gruñó, por milésima vez —Ya te lo he dicho, no cambiaré nada. Me ha dicho que probablemente no pasaré de esta noche, así que, si muero antes de que me des la respuesta que quiero, ¡tu media hermana se quedará con todo!
¡Que anciano más terco!
Iba a seguir refutando, pero Runhui comenzó a toser de nuevo, pero esta vez lo hizo más fuerte y durante tanto tiempo.
¡No te mueras, señor! ¡aún no has reescrito la herencia!
Me levanté a traer una escupidera, pero él escupió un gran flema enrojecida con sangre.
Incluso me asustó ver eso.
—¿Lo ves? —levantó la cara, dejándome verle toda la boca llena de sangre y saliva —entonces, ¿aceptas casarte?