Durante diez años, Carla Magdalena amó a su tío adoptivo, quien se convirtió en su tutor tras la muerte de sus padres.
Carla era tan posesiva con su tío que estallaba en gritos y enojos contra cualquier mujer que se acercara a él, Bastian Kenneth.
Por eso, Bastian terminó odiándola y siempre la ignoraba.
La prima lejana de Carla, Ivanka Caroline, del lado paterno, se convirtió en la rival de Carla para conquistar el amor de Bastian.
Ivanka envenenaba la mente de Bastian, logrando que él despreciara cada vez más a Carla.
Hasta que, cuando Carla perdió la vida en manos de su prima, Bastian no mostró ni la más mínima reacción.
El dolor de esa verdad hizo que Carla se diera cuenta de lo ingenua que había sido al amar demasiado a Bastian Kenneth.
Si alguna vez se le diera otra oportunidad de vivir, Carla juraría no volver a amarlo jamás; se arrepentía profundamente de haberlo amado.
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Capítulo 23
Carla se despertó tarde, debido a lo profundo de su sueño. Sentía que era el sueño más reparador que había tenido, desde que dejó de pensar en Bastian.
Con pereza, se levantó de la cama. Esta mañana desayunaría en la cafetería del primer piso del apartamento.
Carla, sin sentir vergüenza, solo vestía ropa interior y caminó hacia el baño. Se sentía muy libre, sin nadie a su alrededor.
Después de desayunar, iría a recoger su ropa de la Mansión Miller.
Mientras tarareaba, Carla comenzó a cepillarse los dientes y luego continuó limpiando su cuerpo con una cara que se veía muy feliz.
Quince minutos después, parecía haber terminado de ducharse y vestirse.
Afortunadamente, la noche anterior había comprado varios conjuntos de ropa, antes de llegar a su apartamento.
Después de atarse el pelo largo y maquillarse de forma sencilla, Carla se apresuró a desayunar.
Todavía tarareando, Carla cerró la puerta de su apartamento y se dirigió al ascensor.
Carla encontró una cafetería en el primer piso, que resultó estar casi llena de otros residentes del apartamento.
Afortunadamente, todavía quedaba una mesa en la esquina de la cafetería, y pudo desayunar.
Un camarero de la cafetería se acercó y le preguntó qué quería desayunar.
Carla miró el menú del desayuno y mencionó el menú del desayuno que quería.
El camarero se fue a tomar su pedido, y un hombre se acercó a la mesa de Carla.
"Disculpe, ¿está sola, señorita? Las mesas están llenas, solo queda una silla..."
Carla miró al hombre y de repente no podía creerlo, ¿el hombre de la fiesta de anoche, cómo podía estar en la cafetería de su apartamento?
"¡Sí, estoy sola!" respondió Carla.
"¡Oh, gracias, señorita!" dijo el hombre sonriendo alegremente.
"¿No es usted el de la fiesta de anoche? Andrian Stephen, ¿no es ese su nombre?" preguntó Carla, con un poco de duda.
El rostro del hombre se iluminó al instante y observó el rostro de Carla, "¡Ah, sí! ¡Resulta que es usted, señorita, todavía me reconoce!" El hombre parecía muy feliz.
"¿Por qué está aquí?" preguntó Carla.
"Yo también vivo aquí, en el quinto piso!"
"Ooh..." Carla finalmente entendió.
Inesperadamente, podía estar en el mismo edificio de apartamentos con el hombre llamado Andrian.
Mientras tanto, en la Mansión Miller.
Bastian no pudo dormir en toda la noche, pensando en que Carla no regresaba a la Mansión. Lo que le preocupaba mucho por el estado de Carla.
Le dolía la cabeza, porque no podía dormir. Se quedó despierto en la sala principal de la Mansión, mirando la puerta de la Mansión, esperando que Carla apareciera por detrás de la puerta de la Mansión.
El jefe de mayordomos colocó con cuidado un té caliente sobre la mesa junto a Bastian.
"Amo, aquí tiene té caliente, bébalo, ¡la señorita Carla tal vez esté durmiendo en la casa de un amigo!" dijo el jefe de mayordomos con cuidado.
"¿Amigo? Siento que no tiene amigos, ¿está seguro de que tiene amigos?" preguntó Bastian inexpresivamente.
"Emm..." el jefe de mayordomos no pudo responder, porque cualquiera sabría, quién era Carla que le gustaba estar sola.
Todos sabían, que a Carla no le gustaba tener amigos, porque Carla temía, que sus amigos se enamorarían de Bastian.
Tan pronto como el jefe de mayordomos recordó, que Carla no tenía amigos, de repente se preocupó y sin darse cuenta pensó en cosas negativas.
Como por ejemplo, tener un accidente, o ser secuestrada por criminales, y pedir un rescate.
"¿No ha movilizado a Rocky, para ordenar a algunas personas, buscar el paradero de la señorita Carla, Amo?" El hombre de unos cincuenta años, se preocupó cada vez más, después de pensar en el estatus de Carla.
Bastian presionó sus sienes, que se sentían tan mareadas, luego tomó la taza de té de la mesa.
No respondió la pregunta de Simon, el jefe de mayordomos de la Mansión Miller, porque el que había sido asignado, para verificar quién era el hombre, que hablaba con Carla, aún no había venido a informar.
Cuando estaba a punto de preparar su té, pareció que la puerta de la Mansión se abría, haciendo que Bastian detuviera su mano al instante.
Al igual que Simon, esperaba que el que apareciera por detrás de la puerta fuera Carla.
El rostro de Bastian cambió de repente, al ver quién aparecía por detrás de la puerta abierta.
Con fuerza, colocó su taza de té. Al igual que el rostro de Simon, que de repente se enfrió al ver quién venía.
"Señorita Ivanka, ¿qué asunto tiene que aparecer en casa ajena tan temprano? ¿No tiene trabajo la señorita Ivanka, para que venga a visitar la casa ajena tan temprano?" preguntó Simon con brusquedad, mirando fríamente a Ivanka que aparecía en el umbral de la Mansión.
Ivanka detuvo su paso al instante, mirando a Bastian y Simon, que parecían mirarla, con una mirada que se veía tan fría.
Continuará....
