Después de la muerte de sora el ángel de la reencarnación, asmodeo planeaba destruir la tierra en señal de venganza, años después sora reencarna en un joven llamado touji quien deberá descubrir su pasado.
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Capitulo 2 El despertar de un nuevo salvador
Y así transcurrieron cien largos años desde la muerte de sora en aquella batalla en que los ángeles casi se extinguen, nadie entendió el por que los demonios obtuvieron tanto poder para serles frente, la reencarnación de sora vagó por años buscando a su nuevo portador, los ángeles que tanto esperaban su regreso habían perdido toda esperanza y los demonios esperaban el día de su regreso.
Koji quien esperaba su regreso, finalmente había traicionado a asmodeo y a sus compañeros, pero fue un día en que el llanto de un bebé llegó hasta sus oídos, sabía que sora al fin había regresado después de tantos años de espera.
Koji se encontraba en el infierno huyendo de los generales de asmodeo, no podía ser capturado por ningún motivo por que sabía que sus planes fracasarian y todo se vendría abajo.
—Te llevó mucho tiempo regresar sora—sonrió koji, mientras huía de los generales de asmodeo.
—Maldito seas koji—gritaron los generales de asmodeo mirando como se les escapaba y sin poder hacer nada para detenerlo.
—No te lo perdonaré, yo misma acabaré con tú miserable y patética vida—gritó naomi advirtiendo a koji.
Pasaron 17 años desde que koji traicionó a sus camaradas y aquel bebé había crecido en un amable joven que no sabía lo que le esperaba.
PUEBLO DE AKAKU
—Hoy es el día de mí cumpleaños y al parecer nadie se acordó—dijo touji con una sonrisa falsa para no pensar en ello.
El pueblo de akaku preparaba una fiesta de cumpleaños sorpresa para sorprender a touji, las aves empezaban a emigrar sintiendo que algo terrible estaba por comenzar, el amanecer respondió como si no tuviera fin.
—¿Hijo?—preguntó mí madre, mientras su voz era nerviosa.
—¿Qué deseas madre?—respondí preguntando tratando de olvidar mí cumpleaños.
—Puedes ir al bosque y buscar unas flores—dijo mi madre apresurandome como si algo le preocupara.
Su voz era nerviosa y sospechosa.
Touji se dirigió al bosque en busca de las flores que le había pedido su madre, al entrar sintió una extraña sensación recorrer su cuerpo mientras miraba las ramas de los árboles crujir.
El bosque empezaba a cubrirse de una intensa niebla, mientras caminaba podía escuchar el susurro de su alrededor.
"Touji touji".
Una voz aguda y misteriosa, miró a su alrededor pudiendo encontrar algo que lo pudiera guiar, pero no sé encontraba nadie.
"Touji".
Susurró una vez más el eco.
Al no ver nada se preocupó, hasta que decidió escuchar detenidamente el llamado, miró un pequeño lago que había a mitad del bosque pero aún así no pudo encontrar nada.
"Touji acércate una vez más al lago".
Susurró la voz al oído de él.
Una extraña sensación recorría por sus espaldas sintiendo como si el destino lo llamara.
—¿Esto es raro?—se preguntó confundido mientras se preguntaba por qué miraba su propio reflejo.
De pronto, el lago empezó a reflejar imágenes que él no podía explicar como habían llegado hasta ahí.
¿Por qué sólo yo puedo ver las imágenes?.
Se preguntó, mientras nuevamente el susurro lo llamaba hasta el fondo del lago.
"Mira el fondo del lago touji".
Dijo la voz misteriosa mientras observaba el lago, una intensa batalla se reflejó, se sintió incómodo al mirar lo que ocurría.
—¡Estás en peligro!—dijo la voz aguda diciéndole que huyera del pueblo antes que fuera demasiado tarde para él.
Touji se preocupó al no tener idea de lo que sucedía, corrió hasta su casa pero por dentro sabía que algo lo perseguía desde que salió del bosque asustado.
El atardecer estaba por comenzar y touji había entrado a su casa pero no encontró a sus padres, una nueva voz empezó a escuchar pero está vez eran risas.
—¿Hijo estás bien?—preguntó mí madre sorprendiendome, te noto distraído.
—No pasa nada madre, estoy bien—respondió touji como si se le acabara el aliento para poder responder.
—¿Puedes venir conmigo un segundo?—dijo mí madre sonriendo.
—¿Pero? ¿Y las flores?—pregunté.
La madre de touji sin responder le vendó los ojos para que no pudiera ver, el silencio emanaba en el exterior de su casa, el ambiente era tan tranquilo que incluso touji olvidó lo que había pasado, después de un rato se sorprendió al ver que no se habían olvidado de su cumpleaños.
—¡Feliz cumpleaños!—gritó el señor banri el líder del pueblo.
Touji olvidó lo que había pasado en el bosque y decidió divertirse en la fiesta que le habían preparado, miraba la intensa comida que abundaba en la mesa, de repente, una sensación extraña se apoderó de él.
Cayó al suelo y algo le sucedió, comenzaron a llegar imágenes en su cabeza, como si pudiera recordar partes de su pasado.
Su madre quien lo miraba angustiada logró despertarlo.
—¿Por qué te desmayaste hijo? ¿Te sientes bien?—preguntó mí madre preocupada.
—Estoy bien madre—le respondí sabiendo lo asustado que estaba por dentro—no puedo decirle lo que ocurre.
Touji se levantó e ignoró lo que había sucedido, regresó de nuevo a la fiesta para divertirse con las personas que lo rodeaban en especial con makoto quien era su amigo de la infancia.
El sol comenzó a ocultarse entre las nubes y la noche caía lentamente en el pueblo de akaku, la fiesta terminó y entre todos hicieron una fogata, touji sentía un mal presentimiento en su corazón como si algo estuviera por ocurrir.
El líder del pueblo habló de una vieja historia que hablaba de ángeles y demonios, touji lo miraba inquietante sintiendo un presajio, entonces le pregunto queriendo saber más.
—Señor banri ¿Qué historia es esa? ¡Ángeles y Demonios!—pregunté.
El señor banri respondió.
—Miles de años atrás, se libró una batalla en la que se decidiría el destino del mundo, en donde murieron cantidades de ángeles y demonios por quien gobernaría el mundo, asmodeo el rey de los demonios había jurado acabar con el mundo en señal de venganza, el único ángel que podía detenerlo era sora el ángel de la reencarnación pero fue asesinado por asmodeo.
Touji escuchaba con atención pero sabía que por dentro temblaba,era lo mismo que había visto horas antes en el lago del bosque.
—Aquel ángel se perdió en la reencarnación—dijo el señor banri.
Pero algo lo inquietaba como si supiera algo y tratara de ocultarlo.
Si el ángel de la reencarnación no aparecía lo más pronto posible el mundo y los humanos estaban condenados a muerte y a un eterno sufrimiento.
Al escuchar las palabras intensas, touji derramó una gota de lágrima mientras observaba la fogata en pleno silencio.
Antes que los habitantes se marcharán,del cielo emanó una intensa lluvía de fuego que arrasaba con la vida de algunas personas, touji miró el cielo observando al demonio que había visto antes, sabía que era imposible.
—Despues de tanto tiempo te he encontrado, ahora no podrás esconderte—gritó el demonio mientras volaba por encima de mi.
El demonio se acercaba a touji lentamente y alzó su espada en contra de él imponiendo arrogancia.
—Asi que sora te eligió a ti, no esperaba menos de el pero es lo mismo que seas un simple humano—dijo el demonio con su orgullo en alto.
Touji suplicaba por su vida al observar que el demonio intentaba asesinarlo, pero no entendía lo que ocurría en ese momento.
—Tu poder por fin será de mi amo, acepta tú muerte y no habrá tanto dolor—gritó el demonio.
Una extraña voz retumbó por los cielos, mientras observaba el cielo azul buscando el extraño sonido, un demonio apareció.
Aquel demonio que tenía una apariencia extraña se hacía llamar koji el segundo general de asmodeo, quien lo había traicionado para poder robar el poder de touji, el demonio sujetó su espada y apuntó en contra de él.
Touji estába por ser asesinado, al punto de morir, su madre se interpuso entre él y la espada así ocasionando que muriera al instante, la sangre derramada en el suelo era imperdonable.
—Esta vez ha faltado poco, hoy te has salvado pero juro que volveré y te arrevatare la vida—dijo koji con su voz burlona.
Touji miró a su madre morir en su presencia, sentía aquella misma sensación de antes recorrer por su cuerpo como si algo le susurrara al oído, sin explicación sus ojos cambiaron de color y de la nada aparecieron unas alas blancas.
—¡Alto ahí koji! te mataré así como tú mataste a mi madre!—gritó touji adviertiendo a koji por haber asesinado a su madre.
Touji al momento de intentar querer volar sus alas desaparecieron, entonces koji se burló de él al no poder hacer nada para defenderse.
Nos encontraremos de nuevo y tú poder será sólo mío, no lo olvides—gritó koji retirándose del pueblo.
Touji miró como koji escapaba con una gran facilidad mientras él caía inconsciente al suelo.