NUEVA LUNA

NARRADOR

– ¿Y qué creen que traerá la eterna enamorada de los trillizos este año? – dijo uno de los presentes con burla, a lo cual Noah, Sam y Max rodaron los ojos.

– Espero que esa chiquilla no se aparezca por aquí, ya no la soporto – dijo Max irritado.

– Vieron la cara que puso cuando la pasamos de largo – dijo Sam con burla – espero que le empiece a quedar claro que a ninguno de nosotros nos atrae una poca cosa como ella.

– Si, solo nuestra futura compañera tendrá todo el amor y cuidado que se merece, mientras tanto, Annie es una buena compañía para los tres – finalizó Noah.

Alguien más intervino: – Saben, me quiero imaginar la cara de Nina cuando se entere de que su hermana tiene una relación con los trillizos, seguro se vuelve loca. – dijo entre risas una de las chicas que hacía parte del grupo.

Todos ante el comentario se empezaron a reír con ganas, mientras estaban expectantes por si aparecía Nina, pero no tenían ni idea que ella, de por sí ya había llegado y escucho cada cosa que dijeron.

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NINA

Me siento asqueada y con ganas de vomitar. Sus palabras y burlas hacia mí, me pegaron sin piedad en el corazón. Sí, sé que es de conocimiento de toda la Manada de que estoy enamorada de los trillizos y que ellos no me corresponden, pero eso no les da el derecho de minimizar lo que siento. Cómo pude me fui de allí ocultando mi presencia, no les voy a dar el gusto de que me sigan viendo la cara.

Lo que más me tiene intranquila es el comentario de Susan, insinuando que mi propia hermana mantiene una relación con los trillizos. Se supone que nos queremos y apoyamos mutuamente, y si esto resulta ser cierto jamás se lo voy a perdonar. Quisiera preguntarle directamente, pero conociéndola, no lo voy a admitir, así que lo mejor es vigilarla y ver qué descubro. Mientras tanto, me dirijo torpemente a mi casa y subo rápidamente a mi cuarto, para intentar despejar mi mente y descansar, pero mis turbulentas emociones me lo impiden.

En la madrugada, aún despierta, escuchó la puerta de mi hermana abrirse lentamente, lo cual me pone alerta. Decido cambiarme rápidamente, mientras escucho sus pasos alejarse y después me dispongo a seguirla con cuidado de que no se dé cuenta de mi presencia.

Veo como vamos por el espeso camino boscoso, hasta que divisó una cabaña que conozco muy bien, es la de la familia Alfa y es usada mayormente por los trillizos. Este hecho hace que mi corazón se vaya poniendo pequeño, tal parece que lo que dijo Susan es cierto, pero a la vez no quiero precipitarme, me niego a creer que mi hermana es capaz de traicionarme de esa manera.

Pero mis emociones empeoran cuando veo como ella toca la puerta y Noah se la abre.

Cuando la cierra, con el corazón en la garganta me voy acercando cada vez más para observar lo que están haciendo.

Y lo veo...

Mi hermana está en el centro, recibiendo caricias y besos por parte de los trillizos, mientras ella al mismo tiempo les brinda cariño a ellos. Se empiezan a quitar la ropa y tumban a Annie sobre la cama mientras la siguen devorando. Después la ponen en una posición que le permite a Sam y a Max estar dentro de ella, mientras a Noah lo complace con su boca, y mientras va pasando esto, el ambiente se va llenando con el sonido de los gruñidos y gemidos de los cuatro.

Yo, por otro lado, hago lo posible por alejarme, pero el simple hecho del golpe de realidad que acabo de recibir me tiene para en el sitio. Mientras va pasando el tiempo observó horrorizada como se dan placer mutuamente sin pudor, hasta que terminan con la respiración entrecortada y el pecho agitado.

Después de unos minutos me percaté que iban a continuar con su encuentro, e incapaz de soportarlo más me fui rápidamente de allí. No sé cómo llegué a mi cuarto, pero cuando reaccioné nuevamente, sentí como las lágrimas corrían por mis mejillas sin control. Me quise dar un baño ese momento, por lo que abrí el agua de la bañera y puse un poco de jabón. Mientras me restregaba el cuerpo con rabia y dolor mis lágrimas se mezclaban con mi baño, y no fue hasta el punto en la que mi piel se puso tan roja y sensible, que me detuve .

Cuando pude despejar un poco mi mente, me fui nuevamente a mi cuarto para ponerme una pijama nueva. Y me quedé mirando al techo con los ojos rojos por tanto tiempo que casi no me doy cuenta de que estaba amaneciendo.

Al poco tiempo, escucho pasos nuevamente e imagino que es mi “queridísima” hermana, pero viene con alguien más.

– Annie, ¿otra vez te fuiste a ver a escondidas con los trillizos? – dijo la una voz que me pareció la de Liam.

– Si Liam, sabes que no tengo opción, si no quiero que Nina se entere. – le contestó Annie a nuestro hermano.

Liam soltó un bufido y le contestó: – Si de verdad te importará lo que siente o piensa Nina no te estarías acostando con los chicos que le gustan a tu hermana.– dijo con un dejo de sarcasmo

–Tú no te hagas el santo que tanto tú como nuestros padres saben de la relación que tengo con Noah, Max y Sam, y poco les importa, porque al igual que yo piensan que no es para tanto – le replicó Annie.

–Bueno, bueno ya. Dejemos esta conversación para después estamos casi que al frente del cuarto de Nina y con el ruido la podemos despertar – habló nuevamente Liam.

–Bueno, en ese caso, me voy a dormir un rato, es Sábado y voy aprovechar para dormir un poco más.– se despidió Annie.

Definitivamente, la Diosa me odia por darme esta familia. Como es posible que todos sepan de Annie y los trillizos y a mí me tienen como estúpida en la oscuridad. Saben de esto e igual de alguna manera u otra me incentivan a seguir persiguiendo a Max, Noah y Sam Moon, de verdad que son unos hipócritas y traidores.

Esto es inaceptable de muchas maneras, mi propia familia me da la espalda.

Por lo general, lo fines de semana salgo de casa para ir a la zona de entrenamiento, para ver a los demás entrenar al igual que a los trillizos, ya que todavía no tengo la edad mínima para unirme a ellos, pero con mis emociones revueltas y mi estado de ánimo por el piso, lo mejor es que me quede aquí encerrada, total lo menos que quiero ahora es seguir siendo la payasa de BLOOD MOON.

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Han pasado algunos días y la interacción que tenía con los demás ha cambiado drásticamente. A mis padres los trató cuando es necesario, y con respecto a mis hermanos, a los trillizos y sus amigos, los evitó como si fueran la peste, bueno... En realidad si lo son. Sé que todos se han percatado de mi cambio de actitud, pero sinceramente me importa poco. Antes todos ellos podían venir a mí y pedirme todos los favores que quisieran y yo con gusto los ayudaba sin dar queja alguna, podía ser que necesitaban una tapadera, hablar con los profesores, ayuda con sus tareas o para organizar algún evento, daba igual, yo lo hacía mientras pudiera. Pero ya con los ojos abiertos y conociendo cómo me ven realmente, una tonta fácil de engañar, no hace falta que siga cumpliendo con ese papel para satisfacer su entretenimiento, en definitiva, ya se acabó.

Voy a aprovechar que soy muy buena académicamente, para solicitar ser un estudiante de intercambio, principalmente para el prestigioso internado de cambia formas White Soul el cual está ubicado en Francia, y lo mejor de todo, queda bastante lejos de esta manada. Estoy trabajando duro para cumplir con los requisitos necesarios para optar por una beca aquí.

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Un año después...

Estoy muy emocionada. Después de meses de esfuerzo y trabajo duro, logré ser aceptada en el internado. Sé que tengo que trabajar duro para cumplir con sus estándares y poder optar a uno de sus más tentadores privilegios. Si logras destacar en las distintas áreas que te ofrecen, tiene la opción de estar afiliado a su programa de trabajo, con el cual tienes la oportunidad de formar parte de comunidades especiales de hombres lobos alrededor del mundo, en las cuales puedes hacer tu vida, sin la necesidad de renunciar por completo a la Manada a la que perteneces, y, por lo tanto, no serás considerado un renegado.

Pero como todavía soy menor de edad, necesito la autorización de mis padres y del Alfa de BLOOD MOON, para este plan a futuro.

Sin duda tanto mi familia como el Alfa y Luna se sorprendieron de mi decisión, aunque mi madre quiso convencerme de cambiar de opinión me mantuve firme, y por lo menos tuvieron la decencia de respetar mis elecciones.

Por eso estoy aquí, una noche antes de irme a Francia revisando que todo esté en orden y que no voy a dejar nada atrás.

Cuando estoy cerrando mi octava maleta, escucho como la puerta se abre y volteo. Para mi mala suerte veo a Annie.

– Hermanita, ¿estás segura de tu decisión? – pregunta – es un cambio muy grande y todavía eres prácticamente una niña.

– Por supuesto que estoy segura con lo que estoy haciendo, y ahora qué te veo, más que nunca lo estoy – le respondo de manera tajante. Ella me mira sorprendida.

– Nina, se puede saber qué te pasa. Desde hace meses estás actuando rara, ya no convivimos como antes, incluso, ignoras a los trillizos cómo si no existieran. Sabes la sorpresa que nos llevamos cuando te negaste a organizar su cumpleaños número 18, ni siquiera apareciste en la fiesta.– me recordó Annie.

– No tenía ningún sentido que fuera – le contesté secamente.

– Pero por qué no, si hasta hace un año no veías por otra cosa que no fueran tus estudios o los trillizos– habló desconcertada y el ceño fruncido– Si supieras que los tres me han preguntado por ti, creo que extrañan tu compañía– dijo con una risita.

Que gran estupidez acaba de decir, solo pude reírme secamente sin intenciones de decirle más nada. Pero después lo pensé mejor y decidí callarla de una buena vez, porque ya se me acabó la paciencia para seguir escuchándola.

– Por favor, deja de ser tan hipócrita. Qué me van a estar extrañando esos tres, si te tienen a ti. Porque no vas y los consuelas en la cama de la cabaña, si es que dices la verdad de qué necesitan compañía– sentencié finalmente.

Observé divertida como Annie iba perdiendo el color de su rostro.

– N.i.i…naa, déja..me expli...carte lo ... Lo que vis..te no es lo que pa...rece, en serio – dijo en tono suplicante y desesperado.

– No malgastes mi tiempo, no hace falta que digas nada más lo que vi y escuché ese día fue suficiente para que entendiera que en esta casa la única que sobra forma en esta familia soy yo y que para los trillizos, sus amigos y todos los demás, solo soy la niñita tonta a la que le vieron la cara. – dije con molestia e irritada para que me entendiera– Y te agradecería que te fuer de una buena vez de mi cuarto, necesito terminar de arreglar mis cosas– le dije en un todo que no daba cabida a más discusiones.

Observé como mi hermana se estremecía del asombro y encogía los hombros, pero reaccionó rápido y se fue de mi cuarto.

Mientras trato de calmar un poco el disgusto, decido bajar rápidamente a buscar algo ligero para comer. Después de prepararme un sándwich subo a mi cuarto a comerlo. Me doy un baño e intento dormir.

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Al día siguiente, me despierto antes de que suene mi alarma. Me estiró, escojo unos blue jeans, una bonita blusa blanca y una chaqueta de cuero negra con botines del mismo color. Bajo a la cocina con un bolso para guardar algunos alimentos que compré para consumir en el avión, y a un cuando tengo boletos de primera clase, pagué un extra para que me permitieran llevar mis propios alimentos.

Luego me dispongo a prepararme un desayuno completo para mí sola, con una variedad de platos.

Una vez satisfecha y que ya limpie la cocina, pongo a cargar mi celular y voy a darme un buen baño. Me tomo mi tiempo y cuando considero que es suficiente, me empiezo a vestir. Después de una hora ya estoy casi lista, por lo que bajo mis maletas de dos en dos hasta terminar. Salgó y le indico a mi taxi que ya me puede venir a buscar.

Mientras espero, observó como el Beta baja con el resto de su familia. Se sorprenden al verme ya levantada, pero rápidamente sus expresiones varían entre la vergüenza y el arrepentimiento, me imagino que su adorada hija les dijo que ya se todo.

Al poco tiempo llega mi taxi y empieza subir mis maletas. La Sra. Ana intenta detenerme un poco preguntando si ya comí o si no me hace falta nada, yo le doy a entender que no se preocupe que yo organice todo de antemano. Cuando ya todo está dentro del carro, me subí rápidamente y el auto arrancó poco después, sin despedidas ni mirar atrás.

Una vez en el aeropuerto puerto me dirijo a chequear mi pasaje y observar que todo esté en orden, y demostrando que aunque soy menor de edad tengo la autorización necesaria para viajar sola.

Mientras espero el momento de abordar, me acerco a una tienda y compro un nuevo número de teléfono y otro celular, el cual es el que voy a usar de ahora en adelante.

Y bueno por fin llegó mi momento de ir al avión. Una vez encuentro mi asiento, me pongo cómoda. Esperé con ansias este día, ese en el cuál podía dejar sin arrepentimientos las decepciones y mi pasado atrás y caminar hacia el nuevo horizonte que se abré para mí.