La Reencarnación De La Emperatriz: Annabella

Luego de leer esa ridícula historia, que me dejó un mal sabor de boca y con un dolor en el pecho, me fui a la cama a pesar lo estúpida que era esa Emperatriz, con su belleza hubiese podido conseguirse un hombre mejor y no luchar por un hombre que no valía la pena en nada! - el no te quiere ni que hagas lo imposible lo va a lograr! - solo te engañas sola y dejas de vivir para únicamente sobrevivir!!

Al siguiente día me levanté algo cansada, pero lista para otro día de arduo trabajo, pero a mitad de camino comenzó una terrible tormenta haciendo que nada se viera y sin darme cuenta en una de las curvas mi carro se deslizó y choque, lo último que recuerdo es la cara de los bomberos sacándome de mi auto y llamando. Luego todo se me fue poniendo oscuro y mi cuerpo lo sentía cada vez más pesado y sentía que algo me alaba hacia abajo. Solo sentía desesperanza, cansancio y dolor en el alma.

Pero ocurrió lo inesperado, apareció una luz tan brillante que me era imposible mantener los ojos abiertos y me dolían los ojos... y sentí que me empujaron y sin darme cuenta me desperté a los pies de una escalera con un dolor impresionante de todo mi cuerpo y en la parte de arriba había una mujer con los cabellos Rosa y los ojos miel, viéndome con odio y riendo de forma malévola. Me encontraba aturdida sin saber dónde estoy, cuando escucho a lo lejos una voz:

-- ¡Ayuda, Ayuda! -- ¡La Emperatriz se ha caído!

Y cuando me fijo nuevamente hacia el segundo piso me doy cuenta que la mujer pelirosa ha desaparecido.

Luego la joven que grita desesperada me intenta levantar, pero me duele todo mi cuerpo y ponerme de pies no es una opción.

--¡Guardias, ayuden a la emperatriz!! ¡Ayuda!.. De La nada aparecen unos soldados con vestimenta parecida que utiliza los guardias de la realiza inglesa. Y otras personas salen de unas habitaciones que traen vestimenta de épocas medievales, que son bellos a pesar de la cantidad de telas que tiene. ¡Yo podría hacer unos diseños más hermosos que estos! pensé.

Sin darme cuenta un hombre alto de 1,80 con un cuerpo muy formado vestido de guardia me levanta en sus brazos y pensé ¡Dios si esto es el cielo, debí venir más rápido! ¡Estoy en los brazos de un papacito, que está como me lo recetó el doctor! - Aprovecho y coloco mis brazos alrededor de este Dios Griego y hundo mi cabeza en ese pecho bien fornido que tiene, que si así es con ropa no me quiero imaginar cómo es sin ella.

Me doy cuenta que me llevan hasta una habitación grande y majestuosa con un ventanal impresionante de techo a piso que ilumina todo el lugar, y me coloca en la cama que es inmensa con colchas muy suaves más de lo que tengo en mi casa.. ¡Si, esto es el cielo!... mientras yo estoy perdida observando todo desde la cama, la joven me dice:

¡Majestad, ya viene el doctor para que la revise, ya le avisamos al emperador y le enviamos una carta a su padre!

yo la miro tratando de comprender lo que me dijo y sin querer le respondo: -¿Quien eres tú?

Acción que hace que la niña se pusiera a llorar y se cayera de rodillas al suelo gritando: -¡Mi señora que le ha pasado! -¡No recuerda nada! --¡Que le han hecho!

Con todo el dolor del mundo le digo que se calme y me responda.. y ella dice: -¡Majestad, usted es la Emperatriz Annabella Merh de Hamilton luna que ilumina las noches y guía el imperio Light!

--¡Ya va, ya va, como dices.. Emperatriz de qué??

--¡Majestad usted es la Emperatriz, esposa del Emperador Jaime Hamilton!!

-- ¿Cómo? -- Antes de que me respondiera entro un señor ya mayor con una bata, haciendo una reverencia, cosa que le asiento con la cabeza para que se acerque y me revise, aunque no entiendo que me está pasando.

Mientras viajo por todos mis pensamientos y estoy bastante distraída el doctor me dice:

--¡Majestad, disculpe que le diga esto pero no sé cómo está viva!! --¡Tiene un brazo y su pierna derecha rota y un golpe fuerte en la cabeza!-- Le voy a mandar unos analgésico y otras medicinas para que se las tomé!! ¡Además le voy a vendar su brazo y la pierna, para que se vaya recuperando! pero tiene que tener mucho reposo, porque sencillamente está viva de milagro!

--¿Usted recuerda lo que le pasó? ¿Cómo se cayó de las escaleras?

¡Umm, No se!

En eso habla la joven: ¡Doctor, la emperatriz no recuerda nada!

¿Eso es Así?, exclama el doctor con sorpresa y algo de preocupación. y dice: -¡ Si es así es mejor informarlo al emperador el sabrá cómo proceder es ese caso!

¡NO! grito impaciente, cosa que hace que el doctor me mire asustado: ¡No le diga nada, que yo se lo diré a penas me recupere! - ¡usted dijo que necesito reposo, y si todos saben esa información, no me van a dejar descansar!

¡Ahora sí es posible termine su trabajo y me dejan sola para descansar!

--¡Si majestad, se hará como usted diga! solo comunicaré su estado de salud si hablar de su perdida de memoria!

Lo único es que hago es asentir con la cabeza y me recuesto en la cama para pensar bien lo que debo hacer y ver si esto no es un sueño, aunque no creo porque me duele todo el cuerpo y según en el más allá no debe haber dolor!

Cuando me quedé sola, me dormí y tuve un sueño dónde me veía a un espejo y el reflejo era una mujer muy parecida a mi solo que con cabellos blancos y me decía ¡Ahora eres yo, venga mi muerte y vive feliz! ¡Ahora eres Annabella Merh!

¿Que? ¿Estoy en una novela de Plebeya a Emperatriz? ¡La más cliché, y estúpida historia de amor que he podido leer! --¡No puedo creer que la vida puede ser tan cruel conmigo! y sin más me desperté sudando y con mucho dolor.

A la mañana siguiente, me desperté y me trate de levantar pero la pierna no me permitía salir de la cama, y cuando pensé que me iba a quedar aquí, aparece la joven de ayer, me hace una pronunciada reverencia y dice:

¡Buenos días, Majestad! ¿Cómo amaneció hoy?

¡Muy bien, me ayudas a levantarme que quiero ir al baño! y una pregunta cómo te llamas?

¡Señora yo me llamo: Melli, majestad!

¡no me llames majestad, dime Anna!

¡No puedo llamarla así, es una falta de respeto y me pueden llevar a la guillotina por eso! dice muy nerviosa y apenada.

¡yo te lo estoy pidiendo, así que me puedes llamar como yo digo, pero para que no tengas problemas solo me dices Anna es privado, cuando estemos en público me dices majestad! le digo con una sonrisa grande y brillante! que hace sonrojar a la pequeña Melli

Con bastante dificultad fui al baño e hice mis necesidades, me cambié con vestido sencillo, que según Melli solo se usa para estar en la habitación, y me volví acostar porque es bastante cansón estar con la pierna y el brazo inmovilizados.

Cuando estaba acostada, le dije a Melli: ¡por favor, me puedes traer papel y lápiz!

¡Si Ma.. Anna! Ahora mismo se lo traigo, así como el desayuno!