Lágrimas

Maciel necesitaba cambiarse de ropa, volvió a la habitación, después de ver por la ventana como su esposo se iba con su amante joven. Abrió el placar y sacó toda la ropa de su esposo y la tiro por la ventana. —¡Estás olvidando tu basura Henry!— le gritó desde el segundo piso.

La ropa voló y cayó al suelo mojándose con la lluvia.

—¡Boluda de mierda! ¿Qué estás haciendo?— con furia gritó Henry.

—Boluda fui. Ahora toma tu mierda y fuera de mi vida.

—Ni piensas que te vas a liberar fácil de mi Maciel. En unos días vas a estar rogando que te perdoné.

—¡Antes muerta que rogarte!

—¡Ya lo veremos!

Henry alzó la ropa que pudo y se subió a su auto.

La enfermedad del engaño, lastimaba con malos recuerdos a Maciel. Desde ese día ella empezó a apagarse, un día había aprendido a amar, ahora tenía que aprender a vivir sin ese tipo de amor.

Perdió las ganas de seguir fluyendo como lo venía haciendo, desde el día que se casó hasta, el día que hecho a su esposo de su casa.

Sumida en sus lágrimas y encerrada en su habitación, creía que podía sanar un poco, para luego afrontar la realidad de las calles. Pero estaba muy equivocada, el dolor se la estaba llevando y esto lastimaba a su hijo.

Una mañana muy temprano Ezequiel se dirigió a la cocina, y le preparo un delicioso desayuno a su madre. Quería matar a su padre por dejarla tan dolida y dañada. Él no podía curar sus heridas, pero podía cuidarla de alguna manera.

Toco la habitación de su madre, pero ella no respondió nada. Cuidadosamente y en silencio se atrevió a entrar, su madre estaba acostada en su cama.

—Buenos días, mamá. Te traje el desayuno— dijo apoyando la bandeja en la cama.

—Buenos días mi amor— respondió sentándose en la cama— se ve todo rico, pero no tengo hambre— continuó.

—Mamá, hace días que no comes bien, necesitas energía para levantarte de esta cama. Mi viejo no se merece que sigas llorando por él.

—Fueron muchos años Ezequiel. Realmente amaba a tu padre, a pesar de su imperfección, sentía que encajábamos. Tal vez pienses que estoy mal por él, pero no es así, también fue mi culpa por haber invertido más de mi tiempo en él y no en mí.

—Odio verte triste mamá.

—No te preocupes por mi, mi vida— dijo con mucho cariño, acariciando el rostro de su hijo.

—Come mamá, así podré irme tranquilo a la facultad.

—¿Cómo te fue en los parciales?— preguntó mientras se tomaba el café.

—Bien mamá, aprobé con nueve, pero no me van a subir la nota hasta que pague la mensualidad.

—¿Qué paso con la tarjeta que te di?

—Supuestamente quedo sin fondos.

—Eso no puede ser, más tarde llamo al banco.

—Bueno mamá, te veo más tarde que ya me tengo que ir— dijo dándole un beso a su madre.

Maciel comió algo más del desayuno y luego llamo al banco. Con todo el dinero que había generado durante varios años de trabajo duro, no podía ser posible que no haya fondos disponibles.

Maciel sintió una apuñalada por la espalda, cuando el director del banco le dio la noticia que ninguna cuenta tenía en su nombre, que todo estaba en nombre de su esposo y que sin su autorización no podía sacar ningún peso.

En cuestión de segundos había perdido todo, "Eres un completo hijo de puta Henry", gritó tirando el teléfono.

Cuando era joven había heredado una cadena de supermercados de sus padres. Con buenas estrategias, logró generar más ingresos de lo habitual. Conoció a Henry en una reunión para inaugurar nuevas sucursales. Jamás imaginó que este hombre se quedaría con todo su trabajo.

No sabía si llorar o tomar alcohol y un encendedor para quemarlo vivo.

Tomo una ducha fría para calmar un poco su rabia, se soltó a llorar por unos segundos, no podía aguantar toda esa mezcla de sentimientos.

Ya más calmada se cambió. Su ropa triste y fuera de moda, no combinaba con su hermoso rostro. Nunca le importo mucho su apariencia, a pesar de tener mucho dinero. Le importaba más generar ingresos, para dejar un legado a su hijo.

Cuando estaba lista, subió a su auto y se dirigió a la oficina central, donde su esposo de seguro estaría ahí. Cuando llegó estacionó correctamente, hasta que alguien por atrás la choco.

"¡Maldita sea!", furiosa gritó, golpeando el volante con mucha fuerza. Salió del auto, para descargar su enojo con el causante del choque, pero al acercarse al otro vehículo, se dio cuenta de que estaba inconsciente, tenía la camisa manchada de sangre. Toco la ventanilla con cuidado, para ver si el hombre despertaba, pero no reaccionó.

Los nervios la consumían, sus manos empezaron a temblar, busco su celular en su bolso, pero por los nervios todo se le cayó al suelo, "esto no puede estar pasando", se decía a sí misma, tomando sus cosas para volver a ponerlo en su bolso.

Revolvió su coche para encontrar su celular, hasta que por fin lo encontró, llamó a emergencias. Las emociones de la vida estaban jugando con ella. Maciel solamente quería enfrentar a su esposo, pero ahora se veía envuelta en otro asunto. Caminaba de un lugar a otro mientras esperaba a los médicos, no sabía si escapar o simplemente dejar que el destino siguiera su cursó.

Antes de tomar una decisión la ambulancia llegó, ella dio una pequeña explicación de lo sucedido a los doctores, segundos después apareció la policía. La cosa se estaba poniendo más rígida, y esto ponía más inquieta a Maciel.

—¿Usted puede comunicarse con sus familiares?— preguntó una doctora de ojos claros, muy joven y hermosa.

—Yo no lo conozco— respondió, mirando como lo subían a la ambulancia.

Miro atentamente su rostro, luego giro la vista para ver el automóvil del hombre con mucha atención. Recordó que una vez se subió a ese auto.

—¿Puedo ir con él?— Maciel preguntó a la doctora.

—Por su puesto.

Maciel se acomodó en la ambulancia y tomó la mano del hombre."¿Qué fue lo que te pasó?, le preguntó acariciando su rostro.

Le dolía ver como la vida en cuestión de segundos le cambiaba los planes y todo lo que anhelaba. En unos días pensaba festejar el aniversario de su boda. Meses venía planificando una cena con invitados, pero ahora todo ya no tenía sentido.

Unas lágrimas de desamor cubrieron su hermoso rostro, mientras aguardaba noticias del individuo, que un día le llevó a su casa, pensado que era un Uber.

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Comments

Patricia montufar

Patricia montufar

Está bonita y felicidades pero mucho tiempo para subir capítulos uno después pierde el hilo

2025-04-19

2

Carolina Acosta

Carolina Acosta

estás muy equivocado en lo que dices, pero te daré la razón que es tu culpa no querés salir de ese vínculo que creaste

2025-04-18

1

Carolina Acosta

Carolina Acosta

éramos muchos y parió la abuela pero presiento que de este choque puede salir algo bueno

2025-04-18

1

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