V
.- Eso no importa pero téngalo por seguro que no somos esa tal María pero más vale que habiente el arma… y se baje del caballo. ¡Macario…!
José Pablo.- No estoy armado y si quieres el caballo ven por el…
.- ¡Rápido vamos por él, ese cabrón no se va a pasar de vivo vamos... ya saben que hacer!
.- Lo importante es que no se encuentren…
.- ¡No seas pendejo vayan tras él, yo tengo otro encargüito Jajaja…!
Era una noche desolada, las hojas de los cedros parecían bailar cada que soplaba el viento, una luna llena iluminaba mi camino, llegue hasta el faro gritando, al no verlo me asuste ¿Dónde estaba José Pablo? Por momento las dudas me invadieron, baje del caballo sin dejar de llamarlo camine cerca del embarcadero pero nada, derrotada desilusionada volteé en busca del caballo, fue cuando se encendió el faro, me levante el vestido corrí sin dudar, entre al faro, tome un quinqué y comencé a subir las escaleras en forma de caracol lo llamaba y no respondía nadie ni siquiera el farero que por lo regular siempre cantaba soliloquio del farero cada noche, pensé que quería darme una sorpresa y vaya que me sorprendería, pero tan solo era el inicio de una noche que parecería interminable.
María Martha.- ¡José Pablo, Dios no José Pablo…! ¡No… ayuda, auxilio…!
.- No creo que alguien vaya ayudarla aparte que el pobre de don Goyo ya está bien frio Jajaja… se me paso la mano…
María Martha.- ¡Por favor no se acerque!
.- La vamos a pasar bien muñeca, ven anda no te hagas la remilgosa ni te des aire de señorita decente, Jajaja
María Martha.- ¡No soy ese tipo de mujeres por favor déjeme ir…!
.- Jajaja… no claro que no, eres una mujerzuela… deja de hacerte la santa y ven acá…
No podía creer que estuviera en esa situación, seguí gritando pero era inútil aquel sujeto se fue acercando, me tomo del brazo al tiempo que yo estrellaba el quinqué en su cara el vidrio se hizo tiras en su cara lo que lo obligo a soltarme se llevó ambas manos a la cara no dejaba de gritar e insultarme pero no perdí ni un segundo Salí corriendo de ahí pidiéndole a Dios no tropezar con el vestido al bajar las escaleras…
Pero cuando me disponía
.- ¡Maldita perra…!
María Martha.- ¡auxilio…!
.- ¡Nadie vendrá maldita perra voy a matarte…!
Salía del faro cuando me tomo por los cabellos y me aventó hacia el suelo, trataba de levantarme pero no podía, se acercó a mí tomándome de los brazos, trataba de besarme podía sentir su aliento aguardentoso su mal olor, su barba restregándose en mi cuello sus manos tratando de quitarme el vestido a tirones cerré los ojos ante lo que parecía un fin inevitable, de pronto se detuvo ante un quejido, me soltó y cayó encima de mi inerte… no podía ver quien me lo quitaba de encima…
.- ¿María Martha estas bien?
María Martha.- ¡Aléjese de mi…!
.- ¡Tranquila María Martha soy yo Fabián Alcázar…!
Tomo mi mano para ayudarme a levantarme estaba tan sorprendida ¿Qué hacia ahí, como era que podía e acordarse de mí? Sequito su abrigo y lo puso sobre mis hombros y me abrazo frotándome el ante brazo.
Fabián.- Mírate estas echa un desastre, ¿Qué es lo que haces aquí a estas horas sola?
María Martha.- Fabián es una historia muy larga y estoy muy cansada podrías llevarme a mi casa por favor, pero gracias a Dios que te puso en mi camino pensé…
Fabián.- Tranquila ya todo termino y ese hombre está muerto por supuesto ven vamos caminemos…
María Martha.- ¡Pero mataste a un hombre por mí…!
Fabián.- Fue por defenderte, no te preocupes le contare a mi padrino y él sabrá qué hacer
María Martha.- Pero…
Fabián.- Confía en mí, soy un caballero yo estuve en el puerto esperando que fueran por mí al ver que ninguna diligencia venia decidí encargar mi equipaje y caminar ese hombre trato de asaltarme y solo tuve que defenderme…
María Martha.- No tienes que hacer eso por mí, a parte ese hombre mato al farero y…
Fabián.- Ya no pienses en eso ven vayamos a tu casa don Andrés debe estar muy preocupado por ti…
María Martha.- ¿Cómo supiste que era yo?
Fabián.- Lo de la diligencia es cierto, se suponía que desembarcaríamos al amanecer pero lo hicimos antes, me desespere y pensé que aun alcanzaba a llegar a la cena de mi padrino escuche algunos gritos me acerque y bueno lo demás ya lo sabes…
María Martha.- Pero la última vez que nos vimos fue…
Fabián.- En tu primera comunión, siempre he soñado contigo como olvidar tus cabellos rojizos tus ojos… siempre has estado presente en mi vida…
María Martha.- ¡Fabián… yo…!
Fabián.- No digas nada por hoy fue suficiente…
Pero no aún no había sido suficiente, aún tenía que enfrentar a mi padre vaya que sería una noche muy larga, no podía dejar de pensar en José Pablo que habría sucedido que me dejo plantada o aquel hombre le ¿habría hecho algo? Esperaba que no, porque ya no habría marcha atrás, pensaba que tal vez en realidad Fabián era mi destino.
Cuando llegamos a casa las luces de los candeleros anunciaban que me esperaban o por lo menos esperaban tener noticias mías, al vernos entrar mi madre no dejo de santiguarme al ver el estado tan desastroso en el que iba, sin dejar de agradecerle a Fabián su intervención, mi madre me llevo a mi habitación a ayudarme a quitarme aquel vestido no dejaba de hablar yo solo quería meterme a mi cama y no saber nada.
Andrés.- ¡Gracias muchacho por ser un caballero!
Fabián.- Don Andrés…
Andrés.- ¡No creo ni una sola palabra de lo que has dicho, con migo no tienes que fingir! pediré a uno de los criados que te lleve y otra vez gracias por traerla de regreso.
Fabián.- No es necesario puedo…
Andrés.- Por favor muchacho… ¡Julia…!
Julia.- ¡Mande aste patrón…!
Andrés.- Lleva a Fabián l comedor, para que coma algo y luego le dices a Epifanio que prepare el coche para llevarlo a donde desee…
Julia.- Como usted mande patrón, señorito por aquí venga…
Fabián.- ¡Gracias don Andrés por su hospitalidad…!
Mi madre no dejaba de preguntarme qué había pasado, era obvio que tan poco creía en la versión de Fabián, sabían que era un gran acto de caballerosidad por parte de mi salvador pero en ese momento no me importaba si me creían o no.
Andrés.- Déjame solo con María Martha…
Mariana.- ¡Por Dios Andrés ya es tarde vayamos a dormir mañana…!
Andrés.- ¡No…! ¡Que te largues de aquí Mariana…!
Mariana.- ¡No pienso irme de aquí…!
Andrés.- ¡Eres una estúpida Mariana! Si te creíste el cuento de ese muchacho él es un caballero y…
Mariana.- ¡No soy ninguna estúpida se perfectamente que Fabián es un caballero! hay cosas que no concuerdan como eso de que quedaron de verse… pero… ¡suéltala Andrés…!
Andrés.- ¡A mí no puedes engañarme…! ¿Ibas a huir con ese bastardo de mierda verdad?
María Martha.- ¡Me lastimas…!
Andrés.- ¡Contéstame con un carajo…! ¿Eso es lo que quieres ser una mujerzuela?
María Martha.- ¡Si iba a huir con José Pablo qué más da que tenga hijos fuera del matrimonio como tú! ¡Qué más da si termino como Sofía…!
Mi padre me soltó y me aventó al suelo de la bofetada que me asesto para levantarme de nuevo y estrujarme, podía sentir su fuerza en mis antebrazos, y los moretones serian testigo de aquella noche pero no me importaba nada en ese instante no habría de callarme aun así me matara a golpes por insolente.
Mariana.- ¡Dios mío, no Andrés…!
Andrés.- ¿Cómo te atreves a faltarme el respeto de esa manera soy tu padre?
María Martha.- ¡No… eres tú quien no se tiene respeto asimismo, el que no le tiene respeto a mi madre, a mí que quieres imponerme un matrimonio con un hombre que casi ni conozco con un hombre que no amo…!
Andrés.- ¡Con un carajo cállate María Martha…!
Mariana.- ¡Hija por Dios, por lo que más quieras cállate…!
María Martha.- ¡No voy a callarme! pégame todo lo que quieras… pero no voy a callarme, puedes estar seguro que ni a golpes vas hacer que deje de querer a José Pablo…
Andrés.- ¿Cómo es que puedes amar a ese bastardo?
María Martha.- ¡El amor no se cuestiona papá…! Yo no tengo la culpa de que a ustedes les faltara valor para defender su amor, yo no tengo la culpa que se conformaran el uno con el otro… si amaras a mamá no buscarías otras mujeres, mujeres como Sofía de Altamira…
Andrés.- ¡Tú qué sabes… no eres nadie para juzgarme, ni ponerte en ese maldita postura, porque juro que vas a salir perdiendo María Martha, no sé qué voy hacer contigo pero por Dios que a ese maldito de Mendoza no lo vuelves a ver, por Dios santo que no dejare queseas una inmoral…
María Martha.- ¡Por Dios padre… basta teniéndome aquí enclaustrada no vas a ganar nada, no voy a dejar de amar a José Pablo, ¿Inmoral? si eres tu quien tiene de amante a esa mujer con la que tienes una bastarda…!
Andrés.- ¡No eres nadie para juzgarme ni faltarme al respeto…!
Volvió a bofetearme y volví a caer al suelo, estaba agotada, que me quede ahí en el suelo con la mano en mi mejilla, tratando de mitigar el ardor en mi rostro. Él se dio la media vuelta y azoto la puerta, mi madre corrió a mí para levantarme, pero esta vez no articulo palabra alguna termino de aflojarme el corsé para ayudarme con el camisón, beso mi frente me arropo con las cobijas y con un soplido apago las velas, salió de mi habitación.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 24 Episodes
Comments