John El mayor
Alice y yo estábamos sentados uno al lado del otro con el ceño fruncido, y sin decir palabra. Mientras tanto el señor Green estaba sentado en su imponente escritorio frente a nosotros con el ceño aun más fruncido que el nuestro, pero la vista clavada en uno documentos.
Al final el que rompió ese incómodo silencio fue yo.
—Disculpe, señor Green, pero creo que no debería de estar aquí. Después de todo fue ella la que me empujó y to solo trataba de defenderme.
—¡Tu golpeaste a mi hermano, mastodonte de mierda! —Me grito Alice furiosa.
El señor Green dejó caer la mano sobre su escritorio cayéndonos a los dos. Levanto su vista de los papeles y nos dijo:
—Trate de no decir groserías en mi despacho, ¿quiere señorita McCartney?
La “señorita McCartney” frunció el ceño pero no dijo nada. El señor Green se cruzó de brazos y finalmente nos dijo en tono sereno:
—Bueno, chicos después de sus actividades y tomando en cuenta que es el primer día, y que de uno de ustedes es la segunda vez en lo que va del año escolar que viene a mi ofician, he decidido tomar medidas para que esto no vuelva a pasar y para que ustedes se lleven bien.
Se inclino sobre su escritorio y pasando sus ojos azules entre nosotros dos, continuó:
—De ahora en adelante ustedes dos vendrán todos los días a firmar a la hora de llegada, y de salida. También serán compañeros en el laboratorio.
¡Genial! Así podré hacer experimentos sobre este fenómeno. ¡Súper!, pensé. Aunque fui lo suficientemente sensato como para callarme mi comentario, no así mi buen compañero (o compañera), Alice, quien volteo los ojos cuando escucho al señor Green.
—No. No, no ,no ,no ,no ,no y no. —Respondió Alice llena de indignación —. No seré compañera de este energúmeno, machista, misoginia y racista idiota…
—Yo no soy racista —intervine en mi defensa, y ciertamente no lo era —. Y en cuando a lo de misógino… hasta donde me quedé Misógino es al que le gusta insultar a las mujeres, y tu…
—¡Basta! —me interrumpió Green. —. No permitiré más faltas de respeto en esta oficina ¿entienden?
—Esta bien.
—¿Acaso no esta viendo como responde, señor Green? —Dice Alice. —. Es un Transfobico, de eso no hay duda. ¿de verdad me obligará a compartir con el?
—Alice, se que esto no les gusta, a ambos, pero es la única manera. Los dos convivirán y tratarán, por lo menos de llevarse bien.
—¿y esa es la única manera? —vuelve a preguntar Alice.
El señor Green suspira mientras niega con la cabeza.
—Aunque… —empieza a decidir y capta nuestra atención —. Si no quieren entonces ambos irán con los capas amarilla ¿que les parece?
Los capa amarilla eran un grupo de chicos al que les habían hecho bullyng, y se habian unido en una unidad, a la que podías tener acceso si gritabas ¡Cacacaca! Y ese grupo de chicos llegaba y te rodeaba como si fueras el presidente. Simplemente patético y una bonita unión de grupo, (nótese el sarcasmo).
Estar con ellos era una buena manera de hundirte en la escala social de la Harper, hasta lo más bajo. Por muy bajo que haya caído en esa escuela los capa amarilla eran el fondo falso. No iría ahí ni de loco. Mire a Alice que había puesto cara de asco y se estaba pensando su respuesta.
Seguramente se preguntaba algo así como: ¿Qué es mejor, aguantar a un chico que te dice la verdad (ese soy yo), o unirte a unos chicos con chaleco amarillo a los que llamas con un bonito ¡Cacacaca!?
Green nos vuelve a mirar a los dos, suspira y nos vuelve a decir:
—¿Qué dicen chico?
Alice suspira, me mira y vuelve sus ojos hacia Green.
—Bueno, yo…
Llegue a mi casa con la moral muy baja. Me había montado a un Uber, y aunque el costo me saldría a un ojo de la cara, era mi culpa por haberme metido en problemas y no había salido a tiempo para que mi madre me recogiera.
Cuando entró a mi casa voy directo a las escaleras, para poder encerrarme en mi habitación y olvidarme de todo por un buen rato. No era que me drogada, o me pusiera a beber solo para perder el conocimiento, si no que me encerraba en mi mismo para alejar todo lo malo que me pasara. Pero mi madre tenía otros planes.
—¡John, puedes venir a la cocina! —Grito mi mamá desde la cocina.
Puse los ojos en blanco cuando escuche eso. Baje los cinco escalones que había subido y fui directo a la cocina. Al abrir la puerta me encontré a mi madre sentada con una taza grande entre las manos, de la que caía una bolsillo, seguramente era te. Me miraba diciéndome: “ya se lo que pasó, y tu ya sabes lo que te voy a decir, así que es mejor que te sientes ahora para no hacer esto más difícil”. Si, es algo loco que me haiga dicho todo eso con una sola mirada.
Me senté en la silla que estaba frente a ella, puse las manos juntas sobre la mesa y mirándola a los ojos le pregunte:
—¿Qué pasó? —Pregunte sin mucha convicción.
—Tenemos que hablar cariño —Dice ella. Su voz tiene tono de decepción y frustración —. Me han llamado del colegio. Al parecer te has metido en dos peleas hoy, tu primer día de clase ¿Qué ocurrió?
Baje la cabeza avergonzado. Aunque parezca que no me afecta lo que me digan… bueno la verdad no, pero… es mi madre, y si algo no me gusta es decepcionarla.
Finalmente le contesté:
—Mamá, tuve un día difícil ¿bien?. Un chico me llamo ignorante y me escupió los pies, no podía dejar que me insultara. Y después la hermana o hermano… o lo que sea esa cosa, me empujó y prácticamente me reto a pelear. No pude controlarme.
Mi mamá suspira tratando de entenderme y de mantener su compostura sería. Se que ella solo trata de entenderme, y además también conoce como soy, y que puedo ser un poco (o mucho, como quieran verlo) bestia.
Se levanta y camina hacia mi.
—John, se que te puedes sentir provocado muy fácil. Y se que puedo sonar muy obviamente y repetitiva si quieres, pero la violencia no es la respuesta, cariño —Se pone detrás de mi, y me rodea en un abrazo con sus brazos —. Eres lo suficientemente inteligente como para entender eso ¿Bien?
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