La adivina sacó un pequeño libro de hechizos de un cajón, hojeándolo hasta encontrar la página que buscaba. Miró fijamente el texto, luego levantó la vista y me dijo:
-Esta noche, cuando la luna esté en su punto más alto, debes realizar un ritual en un lugar donde Kael haya estado antes. Esto te permitirá ver por qué ha desaparecido. -
Me quedé mirándola con incredulidad, sintiendo cómo crecía el escepticismo en mí. ¿Realmente estaba considerando hacer un ritual mágico? ¿No sería más probable que simplemente me estuviera estafando?
-¿Y cómo sé que esto no es simplemente una estafa? - pregunté con voz temblorosa pero decidida. -Podrías estar aprovechándote de mi desesperación. -
-Te entiendo - respondió la anciana con calma. -Pero déjame mostrarte algo que te demostrará mi poder. -
Entonces, sin previo aviso, comenzó a recitar palabras ininteligibles en un tono escalofriante, mientras movía sus manos en un extraño patrón. De repente, sentí un fuerte escalofrío recorrer mi cuerpo, como si un viento helado soplara a través de mi alma.
-¿Recuerdas - dijo la adivina, mirándome fijamente a los ojos, -cuando eras una niña y te caíste del columpio en el parque? Te lastimaste la rodilla y lloraste durante horas, hasta que tu madre te calmó con un oso de peluche color rosa. -
-¿Qué...? - murmuré, sorprendida por la precisión de sus palabras. Ese era un recuerdo tan lejano, que apenas lo recordaba yo misma.
-Y - continuó ella, -¿qué tal cuando Kael te confesó su amor por primera vez? Habían ido de incursión a insistencia tuya. -
-¿Cómo lo sabes? - exclamé, sintiendo cómo el miedo se mezclaba con mi asombro. No había forma de que supiera esos detalles íntimos a menos que realmente tuviera poderes sobrenaturales.
-Como dije - repitió la anciana, -lo puedo ver en tus ojos, es la puerta a tu alma. - Entonces me miró fijamente y agregó: -Si realizas este ritual, descubrirás por qué Kael ha desaparecido. -
Mis pensamientos corrían frenéticamente mientras consideraba mis opciones. Aunque no estaba convencida al cien por ciento, la adivina había demostrado un conocimiento sorprendente de mi vida. ¿Qué perdería intentándolo? Si había incluso una pequeña posibilidad de encontrar a Kael, tenía que aprovecharla. Asentí lentamente, aceptando la propuesta de la adivina.
-De acuerdo - dije finalmente, con voz temblorosa pero decidida. -Haré el ritual esta noche. -
Mis amigas, parecían convencidas, observando mi expresión preocupada.
-Ana - comenzó una de ellas, Sofía, tomándome del brazo para detenerme en seco, -sé que esto te asusta. ¿No vale la pena intentarlo? Al menos podrías descubrir qué pasó con Kael. -
-Es cierto - agregó Valentina, mirándome con comprensión en sus ojos, -no perderás nada con intentarlo, y si funciona, recuperarás al hombre que amas. -
Sus palabras resonaron en mi mente mientras consideraba la posibilidad. A pesar de mis temores, no podía negar que tenía sentido. Si realmente existía una forma de encontrar a Kael a través de este ritual, tenía que hacerlo, aunque fuera por amor y desesperación.
-Está bien - acepté finalmente, sintiéndome más decidida que nunca, -lo intentaremos. -
-Entonces - dijo Sofía, entrelazando su brazo con el mío, -anciana, las hierbas para el ritual. -
La bruja se puso de pie, caminó a un estante dónde tenía las hierbas y otros objetos que no me gustaría y empiezo a colocar varias hierbas en la mesa. A medida que los colocaba, pude sentir cómo mi ansiedad aumentaba.
-Esto será muy costoso - murmuró Valentina, viendo cómo la bruja pesaba las hierbas.
-Parece ser - dije, tratando de mantener la calma. No podía permitirme preocuparme por el dinero en un momento como este. Kael era más importante que cualquier cantidad de dinero.
-Ana - intervino Sofía, -no tienes que hacer esto sola. Podemos ayudarte a pagar. -
-En serio - asintió Valentina, -somos amigas y estamos aquí para apoyarte en todo momento. -
-Gracias - susurré, sintiendo una lágrima rodar por mi mejilla. No sabía qué habría hecho sin ellas en ese difícil momento.
La bruja se acercó a nosotros, mostrando una sonrisa y un rostro poco confiable. Sus ojos notaban curiosidad al tiempo que su boca preocupación.
Saco una hoja de su libreta y empezó a escribir varias instrucciones que parecían que haría un ritual con malos espíritus. Tenía miedo, no quería hacerlo, pero al tiempo sabía que no podría darme vuelta para atrás, era lo único que me quedaba para encontrar a Kael.
-Guarda tu dinero por ahora - dijo la anciana tratando de mostrar preocupación, -si encuentras a Kael, ven a buscarme, pero debo advertirte algo. Busca las respuestas que necesitas para encontrar a Kael, no tomes atajos ni te distraigas, pues eso solo hará que sufras -.
Salí con mis amigas del local de la adivina, a medida que dejábamos el mercado, el sol comenzaba a esconderse tras las montañas, anunciando la llegada de la noche. El momento del ritual se acercaba rápidamente, y con él, la esperanza de descubrir el misterio detrás de la desaparición de Kael. Me sentí de nuevo estafada.
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