Una mentira

Al arrojarle la copa de agua en la cara a Melisa, Paola, miró al abogado que estaba parado sin hacer nada.

Paola _ Te puedes retirar.

Fabián salió del comedor, dejando a las dos mujeres a solas con Melisa. No quería ser testigo de lo que le iban hacer a Melisa.

Melisa se levantó inmediatamente de la mesa; empujó un poco la silla donde estaba sentada hacia atrás.

El agua que Paola había arrojado en su cara todavía caía lentamente por todo el rostro de Melisa.

Paola dejó la copa vacía a un lado, para después, mirar a Melisa como si fuera una rata mojada. Melisa al estar furiosa, volteó a ver a Paola.

Melisa _ ¡¿Qué le pasa?! ¿Por qué me ha arrojado el agua en la cara?...

Los hermosos labios de Paola dibujaron una ligera sonrisa. Estaba complacida de poder poner a Melisa en su lugar.

Paola __ Es para que aprendas, cuál es tu sitio en esta casa. ¡No eres más que una sirvienta, que debe limpiar pisos.

En los labios de la anciana se dibujó una enorme sonrisa. Era lo menos que Melisa se merecía por trepadora.

La esposa de Felipe __ Esta niña es demasiado tonta. Para pensar que con un cuerpo tan insignificante como el tuyo, puedes engatusar a un hombre como lo es Santiago…

Esposa de Felipe __ Si él quiere una esposa, puedo presentarle a una mujer que si está a su mismo nivel, y no a una sirvienta que solo quiere pasar de ser criada a señora...

Melisa se sintió cada vez más humillada por las dos mujeres. Ella no estaba allí, porque así lo haya querido. Fue obligada por Santiago.

Sin poder evitarlo; las lágrimas comenzaron a caer lentamente por las mejillas de Melisa. La chica apretó con fuerza los costados del vestido rosa que usaba…

La esposa de Felipe __ Esta niña, debe saber cuál es su lugar en esta casa y en la sociedad.

Paola inmediatamente entendió lo que la anciana quería decirle. Miró a Melisa dar un paso hacia atrás y la agarró del brazo.

Paola __ Eres una sirvienta, y tu lugar es estar allí.

Paola agarró a Melisa del brazo y la arrojó con fuerza al suelo. Melisa cayó arrodillado frente a Paola.

Melisa se sintió tan humillada que sus lágrimas no pararon de caer por sus mejillas... A Paola, y mucho menos a la anciana les basto con ver humillada a Melisa delante de ellas.

La anciana se acercó a Paola y a Melisa que se encontraba de rodillas con la cabeza clavada en el piso.

Al ver a la chica tan humillada, la anciana se inclinó para poner su mano en el cuello de Melisa.

Clavando sus uñas en la piel blanca de la chica. La anciana obligó a Melisa a levantar la mirada.

La esposa de Felipe __ Ahora comprende cuál es tu nivel, sirvienta...

Paola y la anciana se miraron satisfechas de poner a Melisa muy por debajo de ellas.

Paola __ Comienza a limpiar el piso, maldita sirvienta...

Marcos que había estado grabando todo lo que las dos mujeres le hicieron a Melisa, entró al comedor furioso.

Marcos _ Señorita Melisa, por favor acompáñeme.

Marcos se inclinó para ayudar a Melisa a levantarse del piso. Fue tanta la humillación que recibió de las dos mujeres, que Melisa no pudo levantar la cabeza.

Paola __¡Quién te crees, sirviente para llevarte a esa basura de aquí!...

La anciana no quería que Marcos se llevara a Melisa, así que agarró el brazo de Melisa con fuerza.

Esposa de Felipe __ ¡Deja a esta sirvienta aquí; y lárgate!.

La anciana le ordenó a Marcos, como si ella fuera la dueña de la mansión. Marcos dibujó una ligera sonrisa en las comisuras de sus labios.

Marcos __ Señoras, la señorita Melisa es la prometida del joven Santiago... Y Hasta donde yo recuerdo, ninguna de ustedes es la dueña absoluta de esta mansión.

Paola se sintió humillada por Marcos, él solo era un chofer, y no tenía ningún derecho de hablarle de esa manera.

Paola levantó su mano, para dejarla caer en el rostro de Marcos, sin embargo, Marcos no iba a permitir que ella le pusiera una mano encima.

Marcos agarró la mano de Paola en el aire. Por un corto periodo de tiempo, Marcos agarró la mano de Paola con fuerza, como si quisiera romperla...

Paola __ ¡Maldito empleado, cómo te puede atrever a ponerme una mano encima!...

Marcos soltó la mano de Paola, sin embargo, no estaba dispuesto a dejarse golpear por ella.

Marcos _ Por su bien, señora Wlod. Respete a su futura hijastra. Si no quiere hacer enojar al joven Santiago.

La anciana caminó hasta donde estaba Marcos, protegiendo a Melisa. La anciana estaba furiosa, de ver como alguien muy por debajo de Paola se atrevían a faltarle el respeto.

La esposa de Felipe __ ¡Que falta de respeto es esa!... Cómo te atreves a levantarle la mano a tu jefe... ¿Acaso has olvidado, qué solo eres un sirviente?...

Santiago __ La que olvidado, que en esta casa no es nadie es usted, señora.

Paola volteó a ver a Santiago. Al verlo acompañado de Felipe, Paola fingió estar lastimado.

Paola _ Santiago, no quiero volver a ver a este criado más en esta mansión. Me ha humillado.

La esposa de Felipe __ Es verdad, él se atrevió levantarle la mano a Paola, ¿Ha olvidado que solo es un sirviente?...

Marcos bajó la cabeza, se sintió muy apenado de la decisión que tomó por su cuenta. Ya que en ningún momento recibió una orden de Santiago, para defender a Melisa.

Santiago __ Arregla tus cosas y vete de esta mansión... Que te quede claro, que solo eres un chofer, y Paola es la viuda de mi padre.

Marcos soltó el brazo de Melisa, ya que no podía quedarse por más tiempo allí. Había cometido un grave error, y tenía que pagar por él.

Marcos __ Lo lamento.

Melisa se cansó de escuchar como las dos arpías escupían liberalmente su veneno, en contra de Marcos.

Melisa __ ¡Las cosas no fueron así, Marcos solo me defendió de ellas dos. Las señoras, no se si así se les pueda llamar señoras a dos serpientes venenosas. Me humillan, me golpearon ¡Marcos únicamente me defendió!...

El rostro de Santiago cambió totalmente, pero, aunque quisiera dejar a Marcos en la mansión, no lo podía hacer. Él se atrevió a llevar a cabo una decisión sin antes consultarla. Eso tenía que tener un castigo...

Felipe __ Señorita, mi esposa no es una serpiente, así que cuide como le habla...

Felipe se encontraba furioso después de la amenaza que le hizo Santiago. Si se atrevía ayudar a Paola en alguna cosa, el video que Marcos acababa de grabar sería entregado a los medio periodísticos.

Para su esposa sería un fuerte golpe, ya que era embajadora de los derechos humanos de las personas de bajos recursos...

Felipe _ Fátima nos vamos ahora mismo.

La esposa de Felipe se apresuró a ir hasta donde estaba Felipe parado. Lo agarró del brazo, para salir de la mansión.

Paola __ ¡Que no escuchaste, lárgate ahora mismo de esta mansión!...

Paola se encontraba muy alterada, ya que nada había salido como ella lo había planeado.

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