Una cena

...Narradora...

Melisa se animó a ella misma a enfrentarse a Santiago. Santiago era como todos los demás ricos qué solo trataban de humillar al que estaba por debajo que ellos.

Melisa _ ¡Joven Santiago, creo que se está pasando. No pienso seguirle el juego, de ir la mesa, para sentarme con esos buitres!...

Melisa se dio la vuelta para salir lo antes posible de la habitación de Santiago. Melisa se sintió tan desilusionada, al darse cuenta de que Santiago era igual que los demás hombres.

Santiago __ Eres muy inocente, ya que no te has dado cuenta qué el que manda aquí soy yo, y tú solo eres una sirvienta más en esta casa.

Melisa se dio la vuelta, sus los labios de se movieron violentamente, nunca se imaginó que un día pudiera ser tan humillada por un hombre.

Era claro que Santiago, lo único que quería hacer es humillarla delante de todas esas personas importantes, como era Paola, y los dos ancianos que acababan de llegar a la mansión Wlod.

Melisa _ ¡Usted solo intenta humillarme delante de todas esas personas, que se creen mucho!... Pero no lo voy a permitir, seré muy su sirvienta, y si quiere me puede despedir. ¡Pero, le advirtió que no me voy a prestar a esta humillación!...

El rostro de Santiago cambió rotundamente, sus labios se apretaron con furia, y sus manos se apretaban con fuerza, en el reposabrazos.

Melisa, que es una chica muy observadora, miró los gestos que Santiago hacía, aunque eran muy discretos, fueron suficientes para los ojos de Melisa.

Santiago _ No has entendido, ¿verdad?... Hazte a la idea que te vas a convertir en mi esposa, y debes convivir con personas importantes...

Melisa (Ni loca me voy a convertir en la esposa de un hombre que no tiene corazón, y qué solo me quiere obligar a casarme con él, para fregarme la vida). _ pensó Melisa con desagrado.

Melisa dio un ligero paso hacia delante, para después inclinarse un poco hacia delante, y quedar cada a cara con Santiago.

Melisa _ Yo nunca me voy a casar con un hombre que solo me quiere usar, para hacerle darlo a la Lady!...

Santiago enfureció con las palabras de Melisa, ¿Quién se creía, para hablarle de esa manera?. Melisa no era más que una sirvienta, a la cual, le iba a hacer un favor en convertirla en su esposa.

Santiago levantó su mano, y la colocó en la nuca de Melisa, con un empujón fuerte, obligo a Melisa acercarse a él.

La respiración de los dos se comenzó agitar, la de Melisa se fue haciendo lenta, mientras recurrirán los segundos. Sin embargo, su corazón quería salir corriendo de esa habitación...

Santiago __ ¡Escúchame ahora tú, niña estúpida... Soy un hombre, el cual no te va a agradar tener de enemigo.

Melisa intentó alejarse de las manos de Santiago, el hombre tenía muchas fuerzas, por lo cual, era imposible que Melisa se logrará soltar de sus manos.

Melisa __ ¡Suélteme!...

Melisa __¡Suélteme!...

Santiago no tenía ninguna intención de soltar a Melisa, ejerció más fuerza sobre el cuello de la chica. Para así, lograr someterla...

Era asfixiante para Melisa, la posición en que Santiago la tenía. Melisa se mordió su labio inferior con fuerza, ya que solo quería golpear a Santiago con fuerza.

Santiago acercó a Melisa tanto a él, que sus labios rozaron el oído de Melisa. El aroma natural de la piel de Melisa, ocasionó que Santiago se sintiera atraído a ella.

Santiago __ Sé todo de ti, no me gustaría que fueran tus hermanos los que paguen tu desobediencia.

Las manos de Melisa sirvieron como armas, para defenderse de Santiago, la chica encajó sus uñas en las piernas de Santiago.

El dolor que Santiago sintió fue suficiente, para que soltara a Melisa. Al quedar liberada de Santiago, Melisa dio varios pasos hacia atrás.

Melisa __ ¡No se meta con mis hermanos, ellos no tienen nada que ver en esto!...

Santiago __ ¿Sabes qué uno de tus hermanos que lleva por nombre Tony ha cometido un crimen, y que está a nada de ir a la cárcel?... Sería una verdadera lástima que allí dentro viviera un infierno...

Melisa no pudo soportar más los chantajes de Santiago, se acercó a Santiago, y le dio una fuerte bofetada.

Melisa __¡Maldito asqueroso, solo puedes amenazarme con lastimar a los que más amo!...

La voz de Melisa fue muy débil, su garganta fue bloqueada por algo muy grande, que no la dejaba hablar con claridad.

Santiago movió su silla de ruedas, agarró a Melisa del brazo, y la volvió empujar hacia él... Al tener a Melisa indefensa, Santiago miró sus ojos, para reconocer el miedo en ellos.

Santiago __ ¡No me vuelvas a levantar la mano nunca más!... O, voy a hacer que tu vida y la vida de tu familia sea un infierno!...

El cuerpo de Melisa tembló de miedo, no podía escapar de la maldad del hombre delante de ella...

Después de un corto tiempo, Melisa enderezó su espalda. Entre más se negará a obedecer las órdenes de Santiago, más iba a salir lastimado.

Melisa __ Aceptó casarme contigo, pero con la única condición de que ayudes a mi hermano a no ir a la cárcel.

Santiago dibujó una sonrisa victoriosa entre sus labios gruesos. Era la respuesta que esperaba escuchar de parte de Melisa.

Santiago _ Me alegra que te des cuenta de quién tiene el mando. Por supuesto que ayudaré a ese malnacido a no ir a la cárcel. Aunque estaría bien que le dieran un escarmiento, por ratero y por estúpido...

Melisa se limpió las lágrimas que cayeron por sus mejillas. Levantó lentamente su mentón, y miró a Santiago a los ojos.

Melisa __ ¿Dime que quieres que haga?...

Santiago señaló el asiento, vació delante de él... Aunque Melisa rechazo su invitación a tomar asiento, Santiago no se enojó.

Santiago _ Lo que vas a hacer es muy siempre. Deberás ayudar a llegar al comedor, tu mano va a ir junta con la mía, como si fuéramos la pareja más enamorada del mundo… Al entrar deberás darme un apasionado beso en los labios, sabes besar, ¿Verdad?...

Melisa continuó escuchando las órdenes de Santiago; aunque no estuviera de acuerdo, no le quedaba de otra más que ser fuerte.

Después de unos segundos, Melisa entró al baño de Santiago, para lavarse la cara. Debía actuar lo más natural posible.

Santiago y Melisa entraron al lujoso comedor, antes de entrar por completo, Santiago agarró la mano de Melisa para que ella se detuviera.

La mirada fría de Santiago se colocó en las cuatro personas que se encontraban sentadas al rededor de la mesa.

Una de esas cuatro personas era el abogado de su difunto padre, y verlo ahora sentado junto a las otras tres personas, Santiago se dio cuenta de que era un traidor.

Santiago __ Buenas noches, señores.

Al escuchar la voz de Santiago, Paola fue la primera en voltear a ver hacia la puerta del comedor. Por un momento, el rostro de Paola se volvió pálido, pero rápidamente, supo controlarse.

Paola ni nadie de los que estaban sentados al rededor de la mesa se esperaban ver a Santiago ahí. Paola se levantó de la mesa, recorrió su silla, para salir de allí.

Caminó unos cuantos pasos a donde estaba Santiago acompañado por Melisa. Aunque Melisa tuvo mucho miedo por la manera en que Paola la estaba mirando, prefirió hacer lo que Santiago le ordenó por el bien de su hermano Tony.

Paola __ Querido, no esperaba que vinieras a cenar con nosotros. Inmediatamente, llamaré a la sirvienta para que ponga a otro lugar en la mesa.

Aunque aparentemente, Paola estaba feliz de tener a Santiago sentado en el comedor, por dentro estaba furiosa.

Con la presencia de Santiago sentado en la mesa, para, Paola sería imposible hablar con Felipe sobre la negociación que tenía en mente.

Santiago _ No solo será un lugar el que deba poner en la mesa, sino dos. O, no te has dado cuenta de que mi prometida comerá con nosotros en la mesa.

Los ojos de Paola se abrieron al escuchar que la nueva sirvienta se convirtió en la prometida de Santiago.

Por unos segundos, Paola no escondió su desagrado en contra de Melisa. Para después, girar un poco su cabeza, a donde estaba el abogado sentado.

En voz muy baja, Paola llamó al abogado. Necesitaba enviarlo a él, para advertirle a Santiago que dejara de bromear.

Paola __ Acercate a Santiago y a la asquerosa sirvienta. Adviértele que abandone este juego estúpido, O la cabeza de esa niña tonta va a caer.

El abogado se acercó a Santiago y a Melisa, llevando a cabo las órdenes de Paola. En cuanto llegó a Santiago, el abogado bajando la cabeza.

Fabián __ Joven Santiago, creo que este no es el momento para estas bromas de mal gusto. Deje que la sirvienta vaya a hacer sus deberes, y usted venga a la mesa.

Una ligera sonrisa apareció en las comisuras de los labios de Santiago. Fabián, no era más que un títere en manos de Paola.

Santiago __ ¿Quién eres tú, para decirme qué puedo o no puedo hacer?... Solo eres un sirviente más en esta familia, ¿Acaso los has olvidado?.

El rostro de Fabián se volvió blanco en un segundo, giró un poco su cabeza a donde estaba Paola parada.

Paola movió un poco su cabeza, para ordenarle al abogado que se alejara de Santiago. Ella misma iba a hacer que Santiago, salga humillado de allí.

Paola volteó a ver a los dos ancianos que se encontraban observando silenciosamente el espectáculo familiar.

Paola _ Una disculpa por este incómodo momento. Lo que sucede es que no esperaba que mi hijastro tuviera una prometida después de que casi muerte por Úrsula... Y mucho menos que fuera una sirvienta de la mansión Wlod.

Los dos ancianos se quedaron mirando a Melisa, en especial la esposa de Felipe. La mujer no pudo evitar hacer un claro gesto de asco.

La esposa de Felipe __ Joven Wlod, si necesita encontrar una esposa, yo le puedo presentar a mi ahijada. Es una chica muy hermosa, y tiene mucha más clase, que una sirvienta.

Santiago continuó avanzando a la mesa, recorrió la silla, para que Melisa tomara asiento.

Santiago __ Le agradezco mucho su preocupación por mi futura esposa, pero, no hay mujer tan hermosa como mi prometida.

La esposa de Felipe, se negaba a compartir la mesa con alguien inferior a ella. Su rostro se distorsionó, y miró a su esposo para irse de ahí lo antes posible.

Aunque Felipe se había mantenido neutral a lo que estaba sucediendo. Agarró la mano de su esposa, para salir lo antes posible del comedor y de la mansión Wlod.

Felipe _ Lo siento, debemos irnos, mi esposa no se siente bien.

Santiago __ Antes de que se vaya, necesito que hablemos. Por favor sígame.

Santiago tenía toda la intención de dejar a Melisa a solas con Paola y con la esposa de Felipe. Desde ese momento, Melisa tiene que enseñarse a defenderse de las arpías.

Santiago volteó a ver a Melisa, con la mirada le ordenó que se acercara a él... Melisa se inclinó para abrazar a Santiago, al estar muy juntos, Santiago le dio indicaciones a Melisa.

Santiago _ Debes quedarte aquí hasta que yo regresé. Por nada del mundo, puedes salir de este comedor…

Felipe siguió a Santiago hasta su despacho, al quedar las tres mujeres a solas, Paola como la esposa de Felipe, miraron a Melisa con desprecio.

Paola __ A penas acabas de llegar a la mansión, y ya has podido envolver a un inválido...

Melisa trató de ignorar las palabras de Paola, ella solo se sentó en la mesa, y colocó sus manos en sus oídos, tratando de cubrirlos para no escuchar el veneno que Paola arrojaba.

Paola se sintió ofendida al ser ignorada por Melisa, que no era más que una sirvienta. Paola agarró la copa con agua que se encontraba sobre la mesa y se la arrojó a Melisa en la cara.

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Comments

Jesus Castro Montero

Jesus Castro Montero

Bueno Paola ya encontrastes la horma de tu zapato ahora que hará Melisa con lo que le acaba de hacer Paola excelente novela

2024-06-09

0

Patricia Salazar

Patricia Salazar

Paola tiene que recordar que ella fue una "sirvienta "como ella dice también 🤷‍♀️

2024-06-02

1

Melody 25

Melody 25

desgraciada vieja

2024-05-04

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