Capítulo 3. Lukas

Ya habían pasado unos meses desde que luna había vuelto en el cuerpo de Sol, su entrenamiento con la espada lo hacía en secreto por las reglas de la superiora, incluso como ya era costumbre, Clara se le había unido.

Gracias al entrenamiento, ambas estaban un poco más desarrolladas que los demás y se habían hecho muy buenas amigas como si en verdad fueran hermanas.

-Vamos a tener que dejar hasta aquí el entrenamiento… hoy tenemos que ir a misa.

-Sí. 

Sol ya no iba con tanto ánimo como lo hacía antes, era como si aquellas personas se hubieran escondido del mundo, no corría ningún rumor de ellos, nada y era algo que le ponía triste, pensaba que iba a tener noticias cuando William y Eider se casaran, pero eso jamás sucedió.

-Esta vez, tenemos que usar otra sala, escuche que un importante noble se va a casar.

-Bien.

Las niñas se fueron antes de que las buscaran, se bañaron y en pocos minutos ambas traían sus vestidos para ir a misa. Se unieron al resto de los niños, subieron a una carreta junto a dos encargadas. El camino a la iglesia era corto, ya que el orfanato estaba en el pueblo, aun así era incómodo ir en una carreta en lugar de un carruaje, pero como eran muchos niños.

Cuando llegaron las encargadas bajaron a los niños.

-Quiero que todos se mantengan cerca -dijo una de las encargadas -Nadie se distraiga y recuerden que hemos venido a orar.

Sol, a quien no le interesaba nada de lo que sucedía, pronto una conversación llamó su atención, un grupo de mujeres bien vestidas hablaban cerca de ellos.

‘No entiendo porque quisieron hacer la boda en un lugar tan poco civilizado, además hay tantos plebeyos’ 

‘Escuche que fue porque la señorita Eliot pasaba tiempo cerca de aquí, en una casa de campo… donde tenía un jardín secreto y allí va a realizar la fiesta’

En ese momento su corazón latió tan rápido que podía sentirlo en sus oídos, su mente se plago de preguntas, pero no le dio tiempo de pensar mucho, a lo lejos vio una cabellera peculiar, una que jamás olvidaría.

-Lukas… -dijo casi en un susurro.

Salió corriendo para alcanzar aquel chico, pero pronto se detuvo al ver como en un carruaje decorado con flores blancas, sale una chica y unas lagrimas salieron de sus ojos, aquella chica era su amiga Eider Roser y ese dia debia ser el dia mas feliz de su vida, pero ella no podía estar a su lado. Solo vio como caminaba del brazo de su padre y algo en su corazón se estrujó, más al notar que en el cabello llevaba una peineta blanca con incrustaciones de zafiros, el regalo que había escogido para darle en ese día especial.

Sol se quedó por un largo tiempo allí, observando a cada uno de los presentes quería entrar decirle todo a sus padres y a sus amigos, pero algo en su interior le decía que no, que algo no estaba bien y así era, cuando se dio cuenta que Lukas no estaba por ningún lado, pero ella lo había visto.

Así que empezó a buscarlo alrededor del templo, hasta hallarlo. El chico estaba de pie en el borde de la terraza de la planta alta, tenía la mirada perdida en el cielo, por lo que no nota a Sol que lo ve desde abajo. La niña al verlo fue directo a donde estaba Lukas.

Lukas ya no era aquel chico que tenía una persona especial al cual cuidar y proteger. Ahora que los señores Eliot planean adoptar a su hermana y a él, pensaba que la pequeña ya no lo necesitaba y solo quería vengarse de William, pues para él, el pelirrojo era el único culpable de la muerte de Luna y nada mejor que manchar su boda con sangre.

-¿Qué haces? -pregunta Sol, algo molesta. Lukas no se mueve y permanece inmovil -¿Acaso me está ignorando?

-Niña… vete de aquí -respondió el chico sin muchas energías -Ve a buscar a tus padres.

-Soy huérfana… no tengo padres, pero no por eso, cometo tonterías como la que está pensando hacer.

Lukas se giró molesto.

-¿Y tú… qué sabes? -al ver a la pequeña, quien ya se había sentado en el piso, se quedó sorprendido -Tus…

El chico no pudo terminar la frase, pues los ojos de aquella pequeña le recordaban tanto a los de Luna y le era difícil encontrar a alguien con ojos similares, pues la otra persona que conocía era la señora Eliot, pero ahí estaba una pequeña con esos ojos.

-¿Tú eres de ese orfanato? -pregunta, haciendo memoria.

-Si y usted es Sir Lukas, el caballero de la difunta Archiduquesa…

Lukas estaba como en trance al escuchar nombrar a Luna.

-¿Cómo sabes, quién soy?

-Aquella noble era nuestra benefactora… además -se queda pensando en si era bueno decir algo más -Usted fue meses después de su muerte…

-Si. lo recuerdo, las pequeñas de la entrada.

-Así es, tal vez no me incumbe… pero si ella lo estuviera viendo, le dolería en el corazón… -sonríe con tristeza -De verlo así… 

Lukas no sabía porque estaba prestando tanta atención a las palabras de una niña, pero la calidez de su mirada y sus palabras le llegaban a lo profundo de su corazón.

-Debo parecer patético ante sus ojos… -ve al cielo y luego regresa su mirada a la pequeña -Mas si una niña me da una lección.

Sol sonríe al ver la expresión del chico, tenia tiempo que no le veía reír, pero detrás de esa sonrisa sabía que había tristeza.

-Cuando se está enamorado, solo se ve a la persona con amor.

De pronto las campanas sonaron y empezó a escucharse ruido, Sol y Lukas se asoman por el balcón y ven cómo la gente empieza a salir del lugar.

-Supongo que arruinaste mi plan -suspira -¿Me acompañas a ver a los novios?

Lukas le ofrece la mano y Sol la toma, la diferencia de tamaño era muy grande, pero aun así caminaron juntos. Al llegar abajo, donde estaban por salir los novios, había bastantes personas, pero ellos no se acercaron.

-¿Ahora está mejor? -pregunta Sol.

Lukas la observa y por un momento, quiere creer que desde donde está, Luna le envió a esa pequeña para no hacer tonterías y luego le sonríe.

-Tus ojos me recuerdan a alguien -dice con nostalgia -Alguien muy preciado.

Sol levanta la vista y lleva sus dedos a su rostro a su párpado inferior y luego sonríe.

-Eso me dicen mucho, en el orfanato -miente y luego hace una reverencia -Fue un placer ayudarle.

Sol sale corriendo, pues debe regresar al orfanato ha decidido hablar con ellos y contarles la verdad, pero quiere despedirse de Clara primero. Lukas le ve marcharse y en ese momento se da cuenta que nunca le preguntó el nombre, regresa la mirada dónde están los novios  y mejor decide irse.

Sol iba corriendo para la otra sala, con suerte no tiene que ir hasta el orfanato, estaba decidida a decirles la verdad, quiere creer que ellos no dudaran de ella.  

A lo lejos ve a los niños saliendo del lugar, pero antes de llegar choca con una persona y cae al suelo.

-Lo siento - se disculpa y se levanta rápido, mientras sacude su ropa.

-Archiduquesa… -suena una voz. Sol se pone erguida y mira con asombro a aquel extraño -Sus ojos la persiguen… 

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