Capítulo 2:
—Disculpen que me inmiscuya en la conversación, pero es inevitable no escucharlos, si me permiten ¿puedo decirles algo?
Jim inmediatamente contestó: —Por supuesto Katherine, adelante, claro que puedes opinar.
—Bueno yo puedo colaborarles con mis servicios como enfermera, dentro de unos días se acaba mi contrato en la clínica y necesito encontrar otro empleo, así que puedo ayudarles cuidando a la señora Megan y hasta también puedo darles una mano con los niños.
—Pues ¿Qué te parece cariño? A mi me parece una gran idea, además te cuidaría alguien profesional cosa que me daría mucha tranquilidad y al mismo tiempo no tendría que faltar al trabajo. ¿Qué opinas?
Megan inmediatamente sonrió y le dijo a Jim en voz muy tenue y hablando muy despacio:
—Pues me parece estupendo, la verdad es que voy a necesitar a alguien que me ayude con mi aseo personal, porque en estas circunstancias, no puedo hacer nada, ni siquiera puedo ir sola al baño.
Jim sonriendo y al mismo tiempo sintiendo un gran alivio, le dijo:
—Pues Katherine, estás contratada, a penas salga mi esposa de la clínica.
Katherine inmediatamente sonrió y les dijo emocionada: —Muchas gracias señor Smith, la verdad es que se los agradezco mucho a los dos.
—Y una pregunta Katherine, ¿Tienes experiencia cuidando niños? Porque tenemos dos hijos pequeños que son muy traviesos, Tony de 6 años y Melanie de 4. Son un encanto, pero debo reconocer que también hacen muchas travesuras.
—Tranquilo señor Smith, que yo soy la mayor de tres hermanos y me tocó cuidarlos muchas veces, así que por eso, no va a haber problema, además están muy pequeños todavía y sé que nos vamos a llevar muy bien. Además soy experta leyendo cuentos infantiles, así que todo va a salir muy bien se los aseguro. Bueno yo me retiro porque tengo que ir a ver a otros pacientes, acá les dejo mi tarjeta con mi número telefónico para que me llamen apenas le den de alta a la señora Megan, estaré atenta. Con permiso.
Katherine se fue de la habitación y Jim se acercó a Megan sentándose a su lado mientras le decía:
—Entonces ¿Qué te parece Katherine? ¿Estás de acuerdo de que sea ella la que se encargue de atenderte a ti y cuidar a los niños?
—Claro amor, me parece una estupenda idea, además es una buena enfermera, me ha tratado muy bien y por lo que veo es muy cariñosa y eso me da mucha tranquilidad. Sé que los niños la van a adorar.
—Entonces no se diga más, lo más importante es que tú y los niños estén bien.
(***)
Una semana después….
Habían dado de alta a Megan después de haber estado hospitalizada durante más de una semana, Jim iba manejando, Megan iba en la parte de atrás de la camioneta para su mayor comodidad, puesto que aún estaba enyesada, mientras que Katherine iba de copiloto con Jim. Megan había tenido una mejoría bastante notable, sin embargo mantenía el yeso en la pierna, el brazo y en la zona de las costillas, aún estaba convaleciente y tenía que depender de la ayuda de alguien más para poder bañarse, comer y hasta para ir al baño, de hecho, tenía que usar la silla de ruedas hasta que se recuperara completamente.
Jim estacionó su camioneta en el garaje de la casa y se bajó inmediatamente a ayudar a Megan a salir del vehículo para luego sentarla en la silla de ruedas. Mientras tanto Katherine observaba toda la fachada de la casa totalmente fascinada, era una propiedad realmente grande y muy hermosa, además de estar ubicada en una de las zonas más sofisticadas de la ciudad.
Inmediatamente entraron a la casa y los primeros en salir fueron los niños, que corrieron emocionados por la llegada de su madre.
—¡Llegó mamá!, ¡Llegó mamá!—Gritaron ambos eufóricos mientras brincaban de emoción.
—Hijos por favor con cuidado, mami no puede hacer movimientos bruscos, así que deben tratarla con mucha delicadeza para que no le duela.
—Pero vengan a darme un besito, me hicieron mucha falta—Les dijo Megan, mientras ambos niños le daban un beso.
—Niños vengan acá un momento que quiero presentarles a alguien—Dijo Jim.
Los niños acudieron al llamado de Jim, mientras éste les decía:
—Ella es Katherine, y va a ser la encargada de cuidar a mamá y también los va a cuidar a ustedes a partir de hoy. Así que ayúdenla mucho por favor, tienen que colaborar portándose bien.
Katherine los miraba a ambos con mucha dulzura y se les acercó diciéndoles:
—Hola niños ¿Cómo están? Mi nombre es Katherine y el suyo?
—Yo me llamo Tony
—Y yo me llamo Melanie.
—¡Oh! Pero qué nombres más lindos tienen, me encanta, estoy muy segura que nos vamos a llevar muy bien. ¿Les gustan las galletas de maní?
Ambos niños gritaron al mismo tiempo:
—¡Siiiiii!
—Pues si se portan bien, les voy a enseñar a preparar galletas de maní, ¿Qué les parece?
—¡Siii viva!—Gritaron ambos niños ante la mirada sonriente de Megan y Jim, que estaban muy contentos de que los niños recibieran a Katherine de la mejor manera.
Katherine le dijo a Jim en ese momento: —La verdad es que son adorables, ¿y qué edad me dijo que tienen?
Jim le respondió:
—Tony tiene 6 años y Melanie tiene 4.
—¡Ay! Qué ternura. ¿Y no piensan tener más hijos?
Megan se quedó mirando a Jim haciendo un gesto de sentirse algo incomoda con la pregunta, por lo que Katherine se dio cuenta y enseguida exclamó:
—Perdón, ¿Acaso dije algo malo?
Megan le dijo sin que los niños escucharan.
—Es que yo no puedo tener hijos, gracias a que una mujer nos vendió dos de sus óvulos por alguna necesidad que tenía en el momento, es que tenemos estas dos bendiciones que son nuestra vida entera.
Katherine miraba a Megan con mucho pesar mientras le decía:
—¡Qué bendición tan grande que hayan recibido ese regalo de Dios! , pero bueno cambiando el tema, creo que ya es hora de su medicina señora Megan, así que dígame ¿En dónde está la cocina para buscarle un poco de agua?
Jim inmediatamente le dijo:
—Sí es cierto, pasa por acá para que vayas conociendo la casa.
Mientras tanto Megan se había quedado en su silla de ruedas acompañada de los dos niños que estaban felices de tener a su madre de nuevo en casa, y ambos le habían hecho un dibujo de bienvenida que por supuesto tenía a Megan muy contenta a pesar de que todavía sentía mucho malestar.
En ese momento regresó Katherine con una bandeja donde tenía un vaso con agua y un vasito pequeño con tres pastillas dentro, las cuales le especificó a Megan cual era la función de cada una: —Muy bien señora Megan, aquí está el medicamento, ésta pastilla es para el dolor, ésta otra es un antiinflamatorio y ésta es para que pueda conciliar el sueño. Recuerde que mientras más reposo guarde, más rápido será su recuperación.
Megan sonriendo y muy agradecida con Katherine de la buena atención que tenía con ella, se bebió las tres pastillas. Luego Katherine le dijo:
—Muy bien señora Megan, ¿me indica en dónde está su habitación para llevarla?
Jim inmediatamente dijo: —Creo que ese trabajo me va a tocar a mí, porque nuestra habitación está en el piso de arriba, así voy a llevar a Megan en brazos, ¡vamos manos a la obra!
—Bueno entonces no sé diga más, yo le ayudo a llevarla.
Entre los dos subieron a Megan a la habitación, Katherine se encargó de acomodar su cama y Jim de acostarla, luego Megan apenas puso la cabeza sobre la almohada se durmió gracias al efecto de los calmantes.
Katherine le dijo a Jim en voz baja:
—Creo que es mejor que se mude de habitación mientras la señora Megan se recupera, porque en su estado sería muy peligroso que cualquier movimiento brusco que usted haga mientras duerme la pueda lastimar.
Jim miró a Megan que de por sí ya se había quedado dormida, pero le dio mucho pesar tener que dejarla sola, porque desde que se habían casado, era la primera vez que iban a dormir en habitaciones separadas. Jim le dijo:
—Creo que tienes razón Katherine, no me perdonaría que llegara a pasarle algo a Megan por mi culpa, desde hoy me quedaré en la habitación de huéspedes.
(***)
Al día siguiente…
Jim había pasado la noche en la habitación de huéspedes, al despertar inmediatamente se levantó y decidió ir primero a la cocina a preparar café, eran las 7 de la mañana y aún los niños no se habían levantado para ir al colegio. Cuando Jim entró en la cocina se llevó una gran sorpresa, porque Katherine ya tenía preparado el café y el desayuno, todo estaba servido en el mesón, Jim estaba muy impresionado porque Katherine había hecho todo como si mucho antes hubiera estado allí, él inmediatamente expresó:
—Buenos días Katherine, pero qué sorpresa ver que ya tienes todo el desayuno listo, de verdad que todo se ve delicioso.
—¡Buenos días señor Jim! , ¡qué bueno que le ha gustado!, me tomé el atrevimiento de preparar el desayuno porque me imaginé que estaría cansado, creo que han sido unos días muy difíciles para usted y los niños. ¿Le sirvo café?
—Sí por favor, por cierto ¿los niños no se han levantado aún? Ya deberían estar listos para ir al colegio.
—Sí, tiene razón lo que pasa es que me dio mucho pesar despertarlos porque casi no pudieron dormir, yo creo que estaban muy ansiosos con la llegada de su madre. Con todo respeto, ¿no será conveniente que solo por hoy no vayan al colegio y se queden en casa disfrutando de la compañía de la señora Megan?
Jim se quedó pensativo puesto que no le gustaba que los niños salieran de su rutina de deberes, sin embargo; como habían tenido más de una semana sin su madre, ese día le tomó la palabra a Katherine y dijo:
—Bueno creo que les hará bien poder estar con Megan después de tantos días sin verla. Por cierto voy a subir a la habitación a ver cómo amaneció.
—No, aún no suba, es que acabo de ir a verla y sigue dormida, debe ser por los medicamentos, pero ¿por qué mejor no aprovecha a desayunar y a tomarse el café? Mientras tanto yo voy a ver si los niños están despiertos.
Katherine le había mentido, ella no había subido aún a la habitación de Megan.
Así que dejó a Jim en la cocina desayunando mientras subía supuestamente a ver a los niños, pero en realidad no fue así, se dirigió directamente a la habitación de Megan.
Abrió lentamente la puerta tratando de hacer el menor ruido posible, pero cuando entró Megan ya había despertado y al ver a Katherine le dijo:
—¡Por fin llegaste! Tengo rato despierta y con ganas de ir al baño y pedí ayuda pero no me escuchaba nadie, así que me hice pipi en la cama, estoy hecha un asco. ¿Y dónde está Jim? Me sorprendió que al despertar no lo encontrara en la cama junto a mi, también lo llamé y no apareció.
—Lo siento tanto señora Megan, pero lo primero que hice al despertar fue venir a verla, pero estaba profundamente dormida por eso decidí bajar a preparar el desayuno y como ya está listo subí de nuevo para saber si ya se había despertado.
—¿Y dónde está Jim? ¿Por qué no durmió aquí conmigo?
—Qué pena decirle esto señora Megan, pero el señor Jim me dijo ayer que él prefería dormir en la habitación de huéspedes.
—¿En serio Jim te dijo eso? Pero qué extraño, si jamás habíamos dormido en cuartos separados desde que nos casamos. Y de haber estado él aquí, no me hubiera orinado en la cama.
—Pues ya sabe como son los hombres, ellos no son tan pacientes como nosotras las mujeres, se fastidian muy rápido cuando algo les provoca incomodidad, pero le recomiendo que no le diga nada, porque eso sería incomodarlo, es mejor que se quede tranquila para que él no sienta que le está reclamando, recuerde que todo esto ha sido muy difícil para él.
Megan se quedó pensativa puesto que tenía temor de que Jim se cansara de ella en medio de las condiciones que se encontraba, mientras tanto Katherine la ayudaba a subirse a la silla de ruedas para llevarla al baño y así poder asearla.
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Comments
kel
esta mujer es muy mentirosa algo trama
2024-05-17
0
Carmen Ortega
Oooooh la Katherine a de ser la loca 🫢🫢
2024-05-16
0
Yolanda Vaca
Esa enfermera se quiere quedar con el marido,los hijos y la casa !!😠
2023-10-18
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