Sophie
Me preparo para ir a la cama, cepillo mis dientes y al hacerlo, el dolor vuelve a hacerse presente. Si, es físico, es una constante en mi vida, consecuencia de aquella golpiza de hace años. Termino de prepararme, apago la luz y camino hacia mi cama, donde mi esposo hace ya mucho se encuentra dormido.
Cierro mis ojos con fuerza y trato de alejar esos malos recuerdos trayendo a mi memoria situaciones más felices, poco a poco me quedo dormida.
FLASH BACK
Veo mi cara golpeada frente al espejo y me pregunto cómo llegué a esta situación... ¿Dónde quedaron mis planes, mis sueños, en qué momento mi vida se convirtió en esta pesadilla?
Mientras intento caminar con dificultad hacia la puerta los recuerdos del último año vienen a mi mente…
Hace un año, quedé embarazada nuevamente, esta vez fue diferente, yo no quería otro hijo, no entiendo como sucedió, procuré cuidarme, pero pasó, y todos los recuerdos dolorosos volvieron a mi mente...
Sentí que no era justo, soportaba a Alfonse por mi Daniel, tener sexo sin amor y sin obtener alguna satisfacción a cambio, ¿y ahora otro hijo?
Pero abortar no estaba en mis planes.
Aún así, para Alfonse otro hijo significaba retroceder. Volví a tomar bebidas, sabía que eso no me iba a funcionar, me propuso inyectarme otra vez, y lo hice, si antes no había funcionado, seguro esta vez también sería así, estaba muy equivocada...
Dos noches después de haberme inyectado me desperté con unos fuertes cólicos, sentí mucho temor y me levanté rápidamente para ir al baño. Mi ropa interior tenía una mancha de sangre muy oscura. Aún así me tranquilicé, sabía que era normal tener algún sangrado durante los primeros meses de embarazo, así que tomé una toalla higiénica y volví a dormir.
Había terminado mi primer ciclo de estudios, por lo que había logrado conseguir un ascenso en mi trabajo, ya no sería una empleada temporal. Firmaría un contrato y obtendría un mejor sueldo, pero tendría que esforzarme más, mi horario sería más extenso, y aún no informaba de mi embarazo. No lo haría hasta haber firmado el contrato, así en la compañía tendrían en cuenta que yo era su empleada desde antes y no habría inconveniente.
Esa mañana en la oficina, sentí unos fuertes cólicos que me obligaron a ir al baño. Mi toalla estaba empapada de sangre maloliente, me asusté muchísimo y pedí permiso para ir de urgencias al hospital.
Al llegar allí estaba muy mareada y fría. Pedí que llamaran a Alfonse a su trabajo, él llegó unos cuantos minutos después.
En el hospital me hicieron los exámenes correspondientes. El médico dijo que estaba teniendo un aborto, pero que los síntomas no eran los normales, me preguntó si había hecho algo, y yo fui sincera. Aún así mencionó que la inyección que me había colocado no era abortiva, por eso con Daniel no pasó nada, que seguro se trataba de otro medicamento. Necesitaban saber su nombre para poder tratarme.
Al escuchar al médico, el rostro de Alfonse palideció, ante la insistencia, no tuvo más opción que dar el nombre del producto que me había inyectado.
-Esto ha sido muy peligroso señor- dijo el médico mirando a Alfonse con desagrado.
-Su esposa hubiera podido morir, ahora debemos practicarle un legrado, para evitar que sufra una septicemia...
No entendía lo que pasaba... no podía creer que me hubiera inyectado algo que podía matarme solo por no querer otro hijo, no había pensado en el riesgo que yo podía correr, en que Daniel me perdería.
A partir de ese momento Alfonse se convirtió en un extraño para mi, solo sería el padre de Daniel, no permitiría que me tocara nunca más. Quería alejarme de él para siempre...
Al regresar a mi trabajo algunos días después, oculté el motivo de mi ausencia médica, temía ser juzgada, así que continué con el proceso para el contrato. Me ordenaron los exámenes médicos y para mi sorpresa, la prueba de embarazo aún salía positiva.
Al hacerme la revisión física, el médico laboral me preguntó si estaba embarazada a lo que respondí que no. El hombre me miró con desaprobación mientras hacía unas anotaciones antes de decir:
-Bueno Sophie, pasaré el informe a la gerente, ella se comunicará contigo.
Al terminar mi jornada de trabajo, mi jefe, Amelia, me llamó a su oficina.
-Pasa Sophie, toma asiento
Me senté en la silla frente a su escritorio mientras ella me miraba fijamente
-¿Sucede algo?- pregunté ansiosa
-Sophie, llevas casi un año trabajando conmigo, creí que te había brindado la suficiente confianza como para que me contaras algo tan delicado como esto.
Me dice Amelia mientras siento como un sudor frío corre por mi espalda. Lo sabe... ella lo sabe.
No pude hacer más que bajar la mirada
-¿No crees que hubieras podido contarme lo que estaba pasando?, se que tu relación con Alfonse cada vez es peor, te he visto llorar, me has contado tantas cosas, pero esto? Si te ibas a practicar un aborto me hubieras dicho, para estar preparada y que no pasaras por el examen médico.
Me dice Amelia, ella da por sentado que esto fue voluntario.
Sin evitarlo rompo en llanto, y le cuento todo lo que sucedió, incluso detalles que antes no le había contado de mi relación con Alfonse.
-Oh por Dios Sophie, cómo es que has pasado por tanto, eres solo una niña, y ahora esto, siento tener que sumarte un problema más, la gerencia me ha dicho que no puedo contratarte...
Siento que el mundo entero reposa sobre mis hombros, mis sueños se caen a pedazos, este empleo era mi mejor oportunidad para reunir el dinero que necesito para dejar a Alfonse definitivamente e irme a otro país con mi Daniel.
Pero ahora tendré que empezar desde cero, y no se cuanto tiempo mas me tarde en conseguir un buen empleo, tendré que quedarme en casa de Alfonse quien sabe por cuánto tiempo más.
No se como voy a lograr mantenerlo alejado de mí, no se como voy a evitar que me toque, o que quiera tener relaciones, siento que es una pesadilla que no tiene fin.
Al volver a casa solo me consuela la sonrisa de mi Daniel que me espera con sus pequeños brazos abiertos. Su abuela es muy cariñosa con él y lo cuida muy bien mientras estoy fuera, pero no estoy segura de cómo ella vaya a tomar el hecho de que ahora estoy desempleada.
Me sorprende su reacción comprensiva, me dice que aproveche ese tiempo para compartir con Daniel, para adelantar mis estudios y para mejorar mi relación con Alfonse, es muy evidente que entre nosotros las cosas no van bien.
Al contarle a él lo sucedido en la compañía, se entristece, no puede evitar sentirse culpable y avergonzado por lo que ocasionó, trata de ser cariñoso y comprensivo, pero ya nada de lo que pueda hacer va a cambiar lo que siento.
Los siguientes días me enfoco en Daniel, y por las tardes voy a la universidad para ponerme al día con algunas materias.
Ahí me encuentro con Ariadna, ella es mi única amiga en la universidad. Es una chica de mi edad, pero al contrario de mi, ella es muy sociable, fiestera y cambia de novio a cada rato.
-No entiendo cómo pudiste casarte tan joven Sophie, no has disfrutado la vida, tienes un hijo y tu esposo no tiene ninguna virtud, es un antisocial, patán y ni siquiera es guapo, ¿Qué le viste?
Me dice con su acostumbrada imprudencia.
Yo solo sonrío vagamente y digo
-Lo se Ariadna, aún me lo pregunto, pero por ahora solo necesito encontrar un buen trabajo, necesito ahorrar dinero y poder tomar una decisión que no perjudique a mi Daniel.
-Hola hermosuras
La voz de Peter interrumpe nuestra conversación. Es el novio en turno de Ariadna, el insoportable Peter Knigth.
En California, los chicos que viven junto a las playas tienen fama de ser los más odiosos, mujeriegos, fiesteros, irresponsables, es lo que he percibido en todos los que he conocido, y Peter es uno de ellos. Ha salido con casi todas las chicas que conozco y eso que él está algunos semestres por delante de nosotras y es algo mayor.
Su familia es reconocida en su ciudad de nacimiento, Santa Mónica, su hermana mayor está casada con uno de los hombres más ricos de esta ciudad, San Diego, y Peter ocupa un cargo de importancia en una de sus empresas.
Así que además de odioso tiene dinero, una combinación tóxica que no le favoreció mucho, pues gracias a ello hubo una época en la que solo pensaba en fiestas y chicas, hasta cuando su familia lo obligó a mudarse a San Diego, para que por fin terminará sus estudios y trabajara en una de las empresas de su cuñado.
-Hola amorcito- dice Ariadna mientras le da un apasionado beso que él le corresponde sin pudor alguno.
-Hola Sophie- me saluda mientras yo le devuelvo el saludo con una media sonrisa.
-¿Decidiste volver a clases?- me pregunta
-Si, quiero aprovechar que tengo tiempo de sobra para ponerme al día- respondo.
-A propósito amorcito, Sophie está buscando un empleo, ¿será que tu puedes ayudarla con algo en la empresa de tu cuñado?
Le pregunta Ariadna mientras yo la miro con algo de enojo, la verdad no quisiera tener que deberle algún favor a Peter.
-Pues creo que es tu día de suerte Sophie, la asistente de mi cuñado está siendo investigada por un fraude, y seguro va a ser despedida en algunos días, si te interesa puedes hacer una entrevista, tendrías un buen sueldo, tiempo para estudiar, y no te preocupes, yo no seré tu jefe, sé que no te agrado- me dice sonriendo de manera sarcástica.
-Me interesa, claro que sí, y no es que no me agrades tú en específico, son los tipos como tu, arrogantes, que se creen más que todos- respondo con enojo
-Wao, cuidado amiga, no se le habla de esa manera a quien puede decidir si te dan ese empleo o no- dice sonriendo malvadamente.
Conversamos un poco más y quedamos en que me llamaría para darme una cita, aunque no creo realmente que lo haga, el tipo me cae muy mal y no he podido evitar decírselo a la cara…
.................
Interrumpo mis recuerdos al lograr salir a la calle en busca de un taxi. El dolor en mi rostro es insoportable.
Me dirijo al apartamento de Peter. No se me ocurre a dónde más ir. A mi casa es imposible, no se como podría reaccionar mi padre o mi hermano si me vieran así, y realmente no quiero más problemas.
Al llegar al lugar veo a Peter sentado sobre las escaleras del frente hablando con Cecilie, su hermana menor que estudia medicina. Me avergüenza que ella me vea así, por lo que le pido al taxista que me haga el favor de llamar a Peter para que se acerque.
Al llegar ve mi rostro y su cara lo dice todo. Sin decir una sola palabra le paga al taxista y abre la puerta para que me baje.
-Ese maldito...- dice entre dientes
Y yo no puedo sino llorar.
-¿Sophie? ¿Pero qué te ha pasado?- pregunta Cecilie, -¿Quien fue el bastardo que te hizo eso?
Se acerca a mi y entre los dos me sostienen mientras entramos al apartamento, pues los sollozos me han debilitado de tal forma que siento que me voy a desmayar.
Luego de unos minutos cuando me he tranquilizado, Cecilie me revisa. Los golpes del costado y las piernas no le preocupan tanto. Los de mi rostro si. Teme que tenga una fractura de la nariz, pero más le preocupan mis dientes. El golpe los ha aflojado bastante.
-Es un animal Sophie, tienes que denunciarlo, pero antes debes ir a un hospital. Debes hacerte una radiografía.
Asiento con la cabeza mientras las lágrimas salen de mis ojos.
-Debo irme Peter- dice ella, -Ve que vaya a un hospital y denuncie al maldito.
Ahora estamos solos y rompo en llanto mientras Peter me abraza para consolarme.
-Es un maldito Sophie, quisiera matarlo...
-Es el padre de Daniel... que voy a hacer, tengo tanto miedo- es lo único que logro decir.
FIN DEL FLASH BACK
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 101 Episodes
Comments
Vilma Maestre
ese es el pan de cada día para el que lo permita 😉
2025-07-14
0
Adoración del Carmen Martinez sonni
imagino q aquí es donde Peter se enamora de Sophie 🤔🤔🤔
2024-02-25
0